Este jueves, el Pentágono informó que lanzó su bomba no nuclear de máximo tamaño: una GBU- 43. El lanzamiento fue a las 19:43 hora local, sobre un territorio que, según Estados Unidos, escondía una serie de túneles del ISIS-K (facción afgana de Estado Islámico). La bomba tiene el nombre técnico de Explosivo Aéreo de Ordenanza Masiva, cuya sigla en inglés es MOAB, equivalente a ‘mother of all bombs’ o, dicho en español, ‘madre de todas las bombas’, de ahí que así se le llame a este artefacto de 10 toneladas de peso. A tres meses de asumida la presidencia, Donald Trump muestra la hilacha, que no es muy diferente a la de sus antecesores: ataque en Siria, provocación a Corea del Norte y ataque a Afganistán. Aún no se conocen los daños humanos y materiales del impacto de la bomba sobre terreno afgano. Por supuesto que la argumentación la tienen y es conocida: el ISIS, pero la humanidad sabe cuánta tragedia cargada de muerte suelen llevar los ataques estadounidenses sobre países que siempre están bien lejos del suyo. La población civil afectada tampoco es la de ellos.
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