Ayer, miércoles 30 de octubre, a los 86 años de edad falleció el dramaturgo y director de teatro Dervy Vilas (1933-2019). Fue una de las figuras señeras y fundacionales del teatro El Galpón, institución que le dedicó su actual temporada de espectáculos en reconocimiento a su larga trayectoria artística, a su influencia en las últimas generaciones y a su militancia cultural.
El velatorio se realiza hoy, jueves 31, en la empresa Martinelli hasta las 12 horas.
En un comunicado difundido en las últimas horas de ayer, El Galpón repasó brevemente el legado de Vilas y maniestó su valoración hacia su trabajo y compromiso militante. “Con profundo dolor comunicamos que hoy falleció nuestro querido Dervy. Los que lo conocimos sabemos muy bien lo que Dervy significó para cada uno de nosotros, para el Galpón y para todo el movimiento cultural de este país (…) Para lo que no lo conocieron, decirles que Dervy fue un hombre de teatro independiente magnífico, un galponero de alma, maestro de muchos y enorme referente de la cultura en la resistencia en los tiempos de la dictadura cívico militar encarando emprendimientos de gran coraje en CX30 la Radio, en la cámara del Libro, en Banda Oriental, en la directiva de SUA y luego a partir de 1992 en COFONTE”, expresó la histórica institución teatral en el comunicado.
Pilar del arte y la cultura
Oriundo de Montevideo, egresado de la Escuela Municipal de Arte Dramático y declarado Ciudadano Ilustre de Montevideo, Dervy Vilas consagró su vida y sus búsquedas artísticas a las escena teatral en proyectos muy diveros, jugado siempre a la construcción de un lenguaje de refinada estética y valor técnico. Tuvo una destacada actuación en otros ámbitos, como la radio y la docencia, actividades en las que dejó claro su compromiso ideológico, social, político y artístico.
Hacia fines de los años sesenta abandonó la actuación para concentrarse en dos de sus pasiones: la dirección y la docencia, las que desarrolló tanto en El Galpón como en La Gaviota y Teatro Circular, y en otros emprendimientos del teatro independiente.
Como dramaturgo fue reconocido por su participación como adaptador en el montaje de “Fuenteovejuna”, pieza clave del Siglo de Oro español y de la creación de Lope de Vega, que contó con la dirección de Taco Larreta, y en la recordada puesta de “¡Ay, Carmela!”, de José Sanchis Sinisterra, en la década de los noventa.