Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Columna destacada |

El chancho y la bajada

Por Eduardo Platero.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Es un dicho, no una verdad incuestionable, pero la pregunta “¿Quién empujó al chancho en la bajada?” se usa desde que yo tengo memoria.

Es posible que cada vez menos porque, entre mis primeros años y los actuales, la sociedad y sus dichos se han vuelto mucho más urbanos. La terminología “rural” de a poco se ha ido desvaneciendo, pese a los esfuerzos de los compañeros que militaron en el viejo MLN, que ostentaba como emblema diferencial su origen campesino. Por los cañeros, Sendic y UTAA.

Eso de “Difícil que el chancho chifle” o “¿Quién empujó al chancho en la bajada?” se va desvaneciendo. Se utiliza mucho más la imagen de la “bola de nieve”… ¡en este país en donde no hay nevadas ni pendientes abruptas!

Pero todo el mundo entiende. Una cosa es empujar al chancho para que resbale en la pendiente o formar una bola de nieve para que ruede y crezca al rodar pendiente abajo. En los dos casos la imagen es utilizada para significar que algo que iniciamos ha tomado vida propia y se ha convertido en indetenible.

Total, he vivido tres cuartas partes de mi vida en Montevideo, pero uno conserva el idioma y los giros del lugar donde aprendió a hablar. Conozco algo de chanchos.

Razón por la cual he preferido esa imagen del chancho en la bajada para dedicarle unas reflexiones a la situación de nuestros vecinos. Argentinos y brasileños, que son vecinos, los sentimos como hermanos, en todo menos el fútbol, y la están pasando.

Es difícil establecer el momento o el suceso exacto que desencadenó esta serie de acontecimientos que, hoy en día, parecen ser una fatalidad que conduce a otra hasta el derrumbe total.

¿Cuándo empezó el proceso? ¿Cuándo terminó el segundo mandato de Lula y Dilma lo sucedió sin el carisma del primero pero con el empuje del PT? ¿Cuándo se dio vuelta el viento y la crisis mundial originada por el pufo de Lehman Brothers asoló al orbe entero y frenó el crecimiento de los países periféricos? ¿Cuándo la “revolución neoconservadora” iniciada por Reagan y la Thatcher decidió que ya era tiempo de ponerle freno a los intentos sudamericanos de construir “Estados benefactores”? ¿Cuándo los verdaderos dueños de poder se dieron cuenta de que los Brics podían crecer y disputarles la hegemonía? ¡Ya no importa!

La cuestión es que “se dio vuelta el viento” y recobró ímpetu la derecha y, mala comparación, nos vienen cazando de a uno. En tanto Argentina se sumerge en su peor crisis, que únicamente terminará cuando los capitales multinacionales se hayan apoderado de todas sus riquezas, conducida firmemente por Macri que controla y acelera la caída, Brasil tambalea políticamente.

Tendríamos que estudiar con más detenimiento el proceso argentino. ¿Recuerdan que cuando la visita de Obama yo advertí que el mensaje era “Macri es el hombre”?

Firmó la misma carta de intención que provocó la caída de De la Rúa, ¡pero no cayó! Ganó elecciones legislativas y provinciales y aceleró una transformación económica que venía procesando en forma gradual. Ahora el FMI presta y exige. ¡Nada de gradualismo, los purgantes se toman de una sola vez!

Ha habido gigantescas manifestaciones, el dólar saltó a más del doble, el número de los alcanzados por la pobreza llega a casi la mitad de los argentinos, pero sigue adelante. Y tiene apoyos, el verso de la herencia maldita y la corrupción de la era Kirchner es suficiente para responsabilizar al pasado. Y el verso de que “hay que sufrir un poco para luego mejorar” le da una base sólida.

Uno, que desde la reforma de Azzini ha escuchado con pocas variantes el mismo verso de la austeridad y el sacrificio necesario, ya está vacunado. Cuando el remedio heroico termine en un completo desastre ya sabemos la justificación del mismo: “No fuimos suficientemente a fondo”. “Tendríamos que haber sido más radicales en las medidas, pero… ¡los políticos!

También en Argentina hubo cartas de intención, austeridad y sufrimiento con la explicación del fracaso por las mismas razones: no se fue hasta el final porque los políticos no resisten la presión y aflojan.

Mentira tan grande como repetida. En la última mitad del siglo pasado se ensayaron varias veces las políticas que receta el FMI. Con políticos y con dictadura. ¡Terribles! Ya nadie se acuerda del “Plan Conintes” de Rojas y Aramburu con sus muertos. Del “Hay que pasar el invierno” de la época de Frondizi y Alsogaray, el ministro militar. Del “Proceso de reorganización nacional”, con sus 30.000 desaparecidos, y Martínez de Hoz, su ministro de Economía, que mientras la gente se moría de hambre o “desparecía”, él vacacionaba en Sudáfrica matando elefantes.

Ya parece que nadie en nuestro país se acuerda de Azzini, de Giannattasio y su austeridad, de Chico Tazo y su “marcarlos y ¡a Tablada!”, de la congelación y el pachecato y de la dictadura con su “tablita”

No es por “los políticos”, no es por falta de rigor en las políticas librecambistas, no es por la corrupción de unos pocos; el capitalismo es corrupto. El imperialismo es corrupto y ladrón. Las políticas del FMI únicamente favorecen la concentración de la riqueza y el despojo de las naciones dependientes.

Nos fue mal con estas políticas y nos irá peor ahora. Si no lo entendemos, pagaremos el precio.

Y parece que no lo entendemos. ¡Estamos preocupadísimos porque pueden venir menos argentinos en esta temporada! Ya estamos preparando planes por si vienen pocos y para compensar a los pobres operadores turísticos.

Vendrán menos. Pero los que viven en dólares, los que exaltan las políticas de Macri reclamando más sacrificios patrióticos a los trabajadores, a los pasivos, a los más desvalidos, esos seguirán viniendo.

Hay veces que mi gobierno me calienta. Como gallinas espantadas por la presencia de un gavilán, se acurrucan y no hacen otra cosa que decirles amén a los reclamos de los que nunca pusieron algo de lo que ganaban, pero siempre pidieron que se les compensara por las supuestas pérdidas.

Hay veces en que uno se pregunta: ¿será que somos bobos o será que nos convencieron?

¿Quién está recorriendo el país mostrando en el ejemplo de nuestros vecinos el costo social de salvarles los privilegios a los privilegiados?

¡Joder! Que me están cansando. ¿No recuerdan que les hemos concedido la responsabilidad de organizar, esclarecer y organizar al pueblo? ¿No saben utilizar ejemplos tan cercanos?

En Brasil depusieron a Dilma, sacamos declaraciones. Pusieron preso a Lula, sacamos declaraciones. Ahora le han cerrado el camino de las urnas y nosotros seguimos sacando declaraciones.

¡Nada de trillar los comités de base! Nada de salir a ensuciarse los zapatos con barro caminando entre la gente. Eso sí. Todos atentos al jueguito de las candidaturas y a tratar de trepar algún escalón por si la creciente es muy grande.

¡Que se moje el de abajo!

Hoy, tal como están las cosas, en Brasil el camino parece una recta carretera hacia el golpe de Estado y la dictadura militar. Que será de derecha porque sus protagonistas lo serán y porque necesitará el visto bueno de Trump.

Si Lula no es candidato y no pueden dejarlo correr, porque ganará, los votos en blanco serán mucho más que los que pueda conseguir el fascista de Bolsonaro, a quien no pueden dejarlo ganar porque provocaría un colapso, una pueblada inimaginable.

Entonces, si Lula no corre y no pueden dejarlo correr, nadie puede ganarle a Bolsonaro. Tampoco Lula, a esta altura, puede desviar su caudal electoral hacia otro candidato. Sus votos son los del repudio a toda esta porquería que es el régimen político que ha terminado con Dilma depuesta y él preso. Y si pretende seguir “dentro” de este régimen podrido, maniobrando, sellando alianzas con la derecha, nadando dentro de esta misma repugnante charca, habría que ver cuántos lo siguen.

El chancho, la bola de nieve, el proceso, ya es algo indetenible y conduce a etapas diferentes. A gobiernos autoritarios o a gobiernos verdaderamente populares con participación directa y constante del pueblo organizado.

Será ahora, será dentro de un tiempo, ¡pero será!

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO