El negocio del sexo en tiempos de pandemia

Entienden que es “un error” considerar la medida de cierre desde el punto de vista de la salubridad. Destaca que se prohíbe su funcionamiento, pero no la prostitución, “lo que sería peor aún”, por lo que “sólo se trasladó el problema y se agrandó”.

“La actividad de ejercer la prostitución nunca paró. Solamente se le quitó a las meretrices la posibilidad de trabajar en el único lugar que les ofrecía y exigía garantías en la medida de lo posible”, subrayan.

Sostienen que la actividad igual se realiza y se preguntan “qué es lo menos malo dentro de lo malo. ¿Qué se realice sin control por no saber quiénes son, donde están y cómo trabajan, o que lo hagan en lugares con controles en la medida de lo posible? La actividad nunca se detuvo ni lo hará. Antes estaba acotada a un lugar, un barrio y un horario en nuestro rubro. Ahora está en cualquier lugar, en cualquier barrio y en cualquier horario. En muchos casos, convive e interactúa con nosotros, pero ahora sin que lo sepamos”.

Por esa razón sostienen que “es mucho peor mantenernos cerrados que abiertos y con controles”.

“Aun hoy con un rebrote, porque eso solo aumenta el riesgo de contactos sin control por estar cerrados”, la medida de cierre de estos centros “sigue siendo un error que crece de manera exponencial”, agregan.
“Seguramente las denuncias vinculadas a temas referentes a la actividad han aumentado, las consultas por enfermedades de transmisión sexual también; la presentación de la libreta sanitaria en orden público lo que garantizaba los controles, disminuyó dramáticamente. Entonces, debemos ser el único rubro que genera más problemas que soluciones al mantenerlo cerrado”, resaltan en la carta.