El Negro Pamento, que tiene sus calendarios, recuerda que hace una punta de años tallaba en el Partido Colorado un famoso Cardozo, con baluarte en la Ciudad Vieja, bajo el título “La cuarta de fierro”.
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Me interrumpe el Negro para decirme: “Lo cuento yo, vos atendelo al Gaita”, y pido la de fin de año con hielo con picada de mi flor, para que Pamento siga:
–La especialidad de aquel Cardozo, o antecesor del secretario general de los Colorines de hoy, era la emisión industrial de los “pronto despacho”, que consistían en una tarjetita dirigida a un señor diputado, o ministro, o portero, con unas líneas al dorso: “Estimado correligionario y amigo”, y tras cartón el verso del portador, que podía darle pase al corralón municipal, al trámite jubilatorio, un puesto en la Ancap, o donde fuera, que votos se necesitan siempre. El origen de la masificación de funcionarios públicos data de las tarjetas de “pronto despacho” que inundaron el país para fortalecer la votación del Partido Colorado, que hoy, sin tarjetas, hace cola en todas las divisionales, pero no en la urnas. ¿De dónde viene el Cardozo contemporáneo? No lo sé. Dios lo cuide. Pero se le ve disgustado, en la responsabilidad de un Partido histórico y hoy histérico, que tuvo su marca más noble con el batllismo en una vertiente, y en otra los golpistas de Terra, que contaron con la concertación de Herrera, y la más reciente, del también colorado Bordaberry, el rabanito, que contó con los blancos aguerrondistas del herrerismo. Hoy en el Partido del secretario general, Batlle le puede decir al diputado Ope Pasquet que es un estúpido, por reclamar, siendo senador, una autocrítica del Partido Colorado y de una serie de candidatos que faltaron a la ética de su Partido apoyando a intendentes blancos y esas cosas. Ahora se le fue Faccelo. También Novick, que según muchos correligionarios suyos, tiene el perfil de Faccelo. Los colorados se van, se abren, para aquí, para allá. Se van. Y el secretario general no banca el lavaje, y entonces cuando le arriman el cucurucho de los medios se despacha. Insulta. Agravia. ¿A los que se van? ¿A los que se abren? No, qué va. Insulta al Pepe. Al Frente.
Tintinean los cubitos en los vasos rebosantes que se mandó el Gaita.
–Qué cuadro, che, le digo al Negro.
–Pa colgarlo. El Partido Colorado se merece tener algún batllista, y no a este muchacho que da línea desde una secretaría general de los días del pronto despacho. Hay que colgarlo, sí, en ese despacho. Y pronto.
Pasamos del mal trago al del futuro.
Les deseamos lo mejor a todos, incluyendo a este pibe, sin agravios gratuitos, fortuitos, que entremos en el 16, en un año de construcción entre todos, y que la oposición suspenda –que ya es hora– su espíritu de campaña electoral.
Y apurando el trago largo, Pamento grita:
–¡¡Uruguay, nomá!!