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El Tala de Artigas

Por Leonardo Borges.

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Una historia casi legendaria se repite en los territorios de la antigua villa de la Purificación, en la que Artigas colocó allá por 1815 su cuartel general. ¿Artigas meditaba a la sombra de un tala, denominado “tala de Artigas”? La pregunta vuelve a relacionar al caudillo con un árbol, como luego sucediera en Paraguay. Pero más allá de las enormes dudas sobre la ubicación de la villa y un juicio de expropiación que quedó en la nada, es bueno recordar esa historia del paradigmático tala.

No existe ningún documento de los tiempos de Artigas (que hayamos encontrado), ni inmediatamente posterior, en que se nombre a ningún árbol bajo el cual el caudillo pasara sus horas meditando, mucho menos un tala. El tala se encuentra a unos 1.500 metros del casco de la actual estancia El Hervidero (la que se intentó expropiar hace algunos años) y la tradición -más que nada oral- lo denominó “tala de Artigas”, pues, al ser un árbol añoso. Seguramente estuvo allí en los tiempos revolucionarios. De esos tiempos es la primera referencia documental, una foto del Padre Juan J. Alonzo en el álbum de El Diario de 1933.

En el suplemento dominical del diario El Día, fechado el 16 de diciembre de 1945, en la página 7, aparece una espléndida foto del tala con la siguiente descripción: “Tala de Artigas en la meseta, bajo el cual, según la tradición oral, se cobijara el prócer”. Más allá de esto, la denominación aparece en otros documentos e inclusive planos, pero todos ya entrado el siglo XX.

En este sentido, quedaría en discusión nuevamente dónde se encontraría la villa basándonos en algunos análisis subacuáticos. Aparece nuevamente la interrogante: será el Daymán, tal vez la Meseta, o el tala de Artigas o el establecido Hervidero. Esto último (el análisis subacuático), empero, echaría por tierra que el casco de la estancia El Hervidero fuese de hecho uno de los renombrados “cuartos de Artigas”, que algunos de los evadidos mencionó alguna vez. Los documentos de estos hombres que escapaban lo mencionan.

Nos encontramos con un plano extremadamente afamado en el mundillo de los historiadores: el plano de Besnes e Irigoyen de (circa) 1832. Allí se mencionan los también afamados cuartos de Artigas (que no se tiene mucha idea de qué se trata).

El plano en cuestión fue firmado por la “Comisión Irigoyen” y tiene algunos detalles dignos de ser marcados. Primeramente no posee fecha estampada. En él aparece la firma, además, de Nicolás Guerra y está hecho en una escala de 1.000 varas, debidamente establecida en el ángulo inferior izquierdo. Este plano se encuentra en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

José Manuel Besnes e Irigoyen era un artista plástico nacido en San Sebastián (Donostia), en 1789, que arribó a la Banda Oriental en 1808. Aquí se relaciona, según algunos autores, con el gobernador Francisco Xavier de Elío, llegando a ser su escribiente. Formó parte de la Hermandad de la Caridad, se hizo masón, fue director de una escuela, hasta que llegó a ser, por sus capacidades, oficial delineador de la Comisión Topográfica. Fue uno de los que en 1839 viajó a Durazno para hacer jurar a Fructuoso Rivera como presidente, en un país de cara a la Guerra Grande (1839-1851). Fue él quien, según la mayoría de las fuentes, pintó este plano, en el que aparecen varias referencias de los campos de Nicolás Guerra, incluida una casa, denominada “Caxa enramada”. Las investigaciones apuntan a que esa casa, marcada en el plano -y que existía allí se supone desde por lo menos 1832-, estaba hecha sobre los restos de los cuartos de Artigas y que, a su vez, es la base del actual casco de estancia de El Hervidero. Sostiene la investigación de 2003 de la Facultad de Humanidades que “la sospecha de que Guerra reutilizó construcciones ya existentes es pertinente”. Y continúan: “Lo que sí conviene subrayar es la existencia de una casa que corresponde al actual casco de la estancia. Casa que Carlos Joanicó, en una carta a su padre del 14 de febrero de 1838, definía como el ‘edificio del Hervidero’”. Joanicó fue el administrador de El Hervidero tras la salida de Guerra. Los investigadores citan variados documentos del desarrollo de esa zona, de la aparición en tiempos de Joanicó de un saladero, de una jabonería y de algunos cambios en el paisaje. Pero la base de la hipótesis es la existencia del plano Besnes, que da la pauta de una casa que podría ser base de la casa actual. Sobre este respecto, Fernando Chevataroff, como parte integrante del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, ensaya una explicación sobre el concepto de “Caxa enramada”. A su entender, casa enramada viene del sistema constructivo de la época, el sistema de enramado o ramada, o sea, “un armazón de ramas entrelazadas con un esqueleto, también de madera, pero de mayor resistencia”. Este tipo de sistemas constructivos tenían como dificultad la poca durabilidad de los mismos, por destrucción o descomposición. Chevataroff calcula en 20 años, máximo, esa durabilidad. Por tanto, si era una construcción de ladrillo, no tiene sentido que Besnes la nombre por su característica constructiva, bastante diferente a unos cimientos.

Pero, volviendo al plano en sí, si lo filtramos por un análisis cartográfico, el mismo por el cual descartamos los otros mapas y planos (escala, referencias), nos topamos con algunas sorpresas. Primero, además de carecer de fecha y tener dos nombres (Besnes y Guerra), el mapa no posee nada que lo relacione con Purificación en sí. Posee “una escala gráfica de 1.000 varas castellanas con un cuadriculado rayado cada 100 varas, orientado al norte magnético” (expediente); además, posee una declinación magnética con un valor de 11 grados de declinación este. Por tanto, ateniéndonos a la escala, la casa (Caxa enramada) se ubicaría a unas 620 varas de la costa, mientras que el casco actual de la estancia, según las fotografías aéreas, está a unos 350 metros. 620 varas son aproximadamente unos 520 metros. Por tanto, hay una diferencia de 170 metros entre la casa de Besnes y la actual en sentido este-oeste. “[…] asimismo la distancia del puerto de embarque es de 740 varas [620 metros], en tanto que en la fotografía la distancia al mismo es de 500 metros, un desplazamiento de 120 metros norte-sur, de cuya composición según Pitágoras, resulta que la casa actual se encuentra a 208 metros al noroeste de la del plano de Besnes e Yrigoyen” (expediente del caso). Sumado a esto, el plano plantea una interesante deformación en la desembocadura del arroyo Hervidero. Está errada la dirección de la línea de costa del río Uruguay, como en la forma de esa desembocadura. En consecuencia, los autores del informe afirman que Besnes no era agrimensor, sino un dibujante que ni siquiera estuvo en el lugar ni recorrió los campos por lo crasos errores, ya no de interpretación, sino de observación. Hoy día ya no hay cuartos de Artigas, ni tala, ni siquiera podemos saber a ciencia cierta dónde se encontraba la paradigmática villa del caudillo oriental. Es una ironía que el sitio más radical de la revolución haya quedado en el olvido y, sobre todo, en la leyenda.

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