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Política

45 años después habrá justicia para Eduardo Mondello

El terrorista de Estado, mayor (r) Dardo Barrios irá a prisión

El Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 1er. turno rechazó el recurso presentado por la defensa del militar, que sostenía la prescripción de los delitos que se le adjudican, por lo que es inminente el procesamiento con prisión de Barrios, quien en 1976 torturó a centenares de personas detenidas en el Batallón de Ingenieros de Combate Nº 4 de Laguna del Sauce.

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El entonces teniente tuvo participación en las torturas que en 1972 provocaron la muerte del simpatizante nacionalista Francisco Chocho; en las torturas, asesinato y desaparición en 1976 del edil comunista y sindicalista Horacio Gelós Bonilla y del militante del MLN, Eduardo Mondello, asesinado por torturas también en 1976.

Durante los primeros años de la dictadura el Batallón Nº 4 fue convertido en una carnicería de personas. Efectivos del OCOA 4 y del SID lo usaron como centro de torturas por el que pasaron centenares de militantes de izquierda y algún blanco.

El publicista Claudio Invernizzi, detenido en Piriápolis mientras pintaba una leyenda contra la dictadura, fue uno de los que pasó por esa unidad militar. En diciembre de 2019 cuando  Dardo Barrios fue detenido en Paraguay, Invernizzi dijo al programa Todo pasa de Océano FM: “Acabo de enterarme de que está preso el tipo que me torturó. El que me hizo conocer el olor del miedo. El que vandalizó la carne y el espíritu. El soldado del odio. ¿El que mató a Eduardo? ¿A Gelós Bonilla? Ojalá vuelvan a preguntarme por mi sensación una vez que pase por la Justicia”.

Barrios también fue el torturador del mucho años después diputado frenteamplista Darío Pérez; de Carlos Núñez, quien en 2000 fue el primer gobernante de izquierda en San Carlos y también de Julio Vidal, un reconocido docente de matemáticas, detenido junto a casi toda su familia, cuando se encontraba en silla de ruedas.

Lucia Rezzano Tizze escribió al respecto: “Yo acuso y denuncio por este medio al Zorro Barrios y a todos los efectivos que trabajaron con él en el Batallón 4. Los acuso de haber practicado salvajes torturas a decenas de ciudadanos entre ellos mis padres, mis tíos y mi abuelo. Los acuso de haber perpretado al menos tres asesinatos. De haber violado todos los derechos y la dignidad humana. Los acuso de secuestro y de privación de libertad. Los acuso de ser cómplices, si no partícipes directos, de la muerte de mi abuela Amelia Lavagna de Tizze, quien fuera detenida en Manantiales y devuelta sin vida rotulando el caso como ‘suicidio’. Finalmente acuso a Barrios -y de esto hay múltiples testigos- de haberle dado una brutal paliza a mi abuelo cuando este se enteró de la muerte de su esposa”.

Prácticamente no hay un militante de izquierda en Maldonado preso en esos tiempos que no recuerde a Dardo Barrios como uno de sus torturadores. No distinguía entre hombres y mujeres, aunque a estas también las manoseaba, ni entre jóvenes o viejos. A todos torturaba con igual saña y placer.

A fines de los años 90 también fue denunciado por ejercer violencia de género por su compañera de la época con quién vivía en Ocean Park.

 

Sus crímenes

El 14 de octubre de 1972 a las 22 horas fue detenido en un operativo conjunto de la Policía y efectivos militares Francisco Chocho,  taximetrista y simpatizante del Partido Nacional. Trasladado a esa unidad militar murió tres horas después  a consecuencia de las brutales torturas que recibió. Su hijo, quien revistaba en la base aeronaval de Laguna del Sauce contigua al batallón, encontró el cuerpo de su padre en la morgue local. Aún estaba mojado y atado con alambre. El entonces alférez Dardo Barrios fue identificado como uno de los torturadores.

Oficiales presentes en el interrogatorio: teniente de Navío Hugo Iglesias, teniente 1º Ulysses Prada, alférez Dardo Barrios, Alférez Roberto Echevarría.

El 2 de enero de 1976 a las 20 horas fue detenido Horacio Gelos Bonilla por efectivos del OCOA 4, que operaban desde el Cuartelillo de Maldonado, exactamente a una cuadra de esa unidad militar. Gelós era edil suplente del Frente Izquierda de Liberación (Fidel), dirigente del Partido Comunista y también del Sindicato de la Construcción (Sunca).

Fue trasladado el batallón 4 donde ya estaban varios dirigentes comunistas detenidos por esas horas. Carlos Julio Barrios, entonces secretario departamental del PCU, relató en 1986 a la Comisión Departamental de DDHH lo que él vio que le hicieron a Gelós.

“Yo no sé adónde me llevaron, supongo que sería cerca de la Laguna del Sauce. Ahí fueron indescriptibles las torturas. Me colgaron de las manos y del cuello, me pegaban fuerte por todos lados; en el estómago, en los testículos. También me daban picana y eso duró horas […] Me sentaron en el suelo y me interrogaron sobre una lista secreta de contribuyentes al Partido Comunista. De repente vino uno que le dijo al que me interrogaba ‘déjelo a ese viejo traidor, que ahora vamos a hacerle una operación a su querido camaradita Bonilla y después se la hacemos a él’. Ahí me levantan la capucha y traen a Gelós Bonilla, maneado con las rodillas junto a la cabeza. Los traían a rastras. Ahí vi que lo castraban y salía sangre a borbotones. Yo solo veía parcialmente el cuerpo de Gelós, se quejaba espantosamente. Los quejidos se fueron apagando y a mí me ponen una venda en los ojos y la capucha y me llevan a unos 20 metros del lugar con un soldado al lado. Ahí se produce un gran revuelo entre los torturadores y siento que no muy lejos de mí se preguntan si nos largaban. Varias veces les había oído decir que o hablábamos o nos mataban y tiraban al medio de la laguna […] Nos cargaron a todos en un vehículo y a mí me tiraron en Rincón y Francisco Maldonado. Me dijeron que no me sacara la capucha hasta que no pasaran cinco minutos. Era la madrugada del 6 de enero de 1976”.

Todos los testimonios identifican a los siguientes militares como partícipes en las torturas reseñadas: sargento Amorín, teniente Nelson Silvera, alférez Dardo Barrios, teniente Carlos Techera (a) el Caballo, capitán Stocco, capitán Eduardo Giordano, oficial Cristo, mayor Premoli, comandante Juan Cirilo (S2 a cargo de la tortura), coronel Artigas Bianchi, Dr. Julio César D’Albora, médico militar, Dr. José Luis Braga, médico militar, Dr. Francisco Pons, médico militar.

El 6 de marzo de 1976 a las 3 de la mañana fue detenido Eduardo Mondello en su domicilio de Piriápolis. Se desempeñaba como fotógrafo y era hijo de un personaje de esa ciudad balnearia, José Mondello, propietario del estudio «Foto Pepe». Estaba acusado de integrar el MLN.

Tres días después fue trasladado al Hospital Marítimo, donde murió en la puerta de emergencia. El cadáver presentaba múltiples hematomas, producto de las torturas a la que fue sometido. Su muerte se produce a causa de un paro cardíaco anóxico debido a la aplicación de “submarino seco o húmedo”.

El Dr. Moisés Salgado Moreira, luego en democracia dirigente colorado y candidato a la intendencia, fue obligado a realizar la autopsia y en 1986 su testimonio ante la Comisión de Derechos Humanos de Maldonado fue clave para determinar responsabilidades en el crimen.

En su declaración Salgado dijo que «en ese momento no conocía el llamado submarino seco o húmedo, no interpreté todas las lesiones que quedaron consignadas en el protocolo de la autopsia […] Pensé que el occiso había llegado al paro cardíaco anóxico, por la insuficiencia cardiaca derecha aguda […] Esta fue la única vez que me vi obligado a autopsiar a un torturado […]”.

En el informe de la autopsia realizada por Salgado afirma: «Sobre mi participación, en la autopsia del cadáver de Eduardo Mondelo [sic] […]: Una madrugada de marzo de 1976, fui llamado de parte del juez de turno para realizar una autopsia en el Hospital Marítimo. Alrededor de las tres de la madrugada, bajo una lluvia copiosa, me vinieron a buscar, en un jeep del ejército del Batallón de Ingenieros N° 4, para llevarme. Al llegar  me condujeron a la morgue del mismo, en el subsuelo se encontraba el doctor José Luis Braga y un teniente al mando de seis soldados armados de metralletas y fusiles. Una vez allí se me informó que el occiso había llegado con vida y muerto en el servicio de puerta del Hospital Marítimo, sin aclararme los síntomas ni el tratamiento instituido.

Cuando pedí instrumental para realizar la autopsia, el teniente quiso impedirlo, diciéndome que solo tenía que constatar la muerte y firmar el certificado. Yo le dije que tenía una orden del juez de realizar autopsia y que eso debía hacer.

El Dr. Braga habló con el teniente y este accedió de mala gana, pero haciendo pasar los soldados hacia la parte de atrás de la mesa de autopsias, y tuve que realizar la autopsia en presencia del teniente, los seis soldados y el Dr. Braga. Recuerdo aún que el cadáver ya estaba quedando rígido y frío por lo que tenía de 4 a 6 horas de muerto […].

El cuerpo presentaba más de 200 erosiones equimosis, así como heridas superficiales en cara, tronco y cuatro miembros. Gran hematoma pectoral derecho debido a una contusión importante a ese nivel. Al abrir el cadáver del cuello al pubis y retirar la parrilla costal se comprobó que el hematoma pectoral llegaba a las costillas. En el abdomen había líquido cero hemático en la cavidad peritoneal y equimosis en los mesos, posiblemente por traumatismo con contusiones profundas. En el tórax existían a nivel de ambos pulmones funciones hemorrágicas subpleurales, que podían corresponder a las llamadas manchas de Paltauf que se ven en las asfixias así como también líquido cerohemático en la serosa pleural. El corazón presentaba una llamativa dilatación de sus cavidades y agrandamiento del hígado, también distendido”.

Mondello murió a causa de las golpizas y el ahogamiento producido por la práctica del “submarino”. El teniente Dardo Barrios fue uno de los torturadores y quién pretendió oponerse a la realización de la autopsia en el Hospital Marítimo.

 

Barrios, el torturador fugado

Sudestada publicó el año pasado una breve biografía del mayor (r) Barrios. Nació el 7 de julio de 1952 en Rocha. Ingresó al Ejército el 1º de marzo de 1968 al Arma de Ingenieros. Cadete en 1971, ascendió a alférez en 1972, a teniente en 1976, capitán en 1982 y a mayor en 1989.

Egresado de la célebre Escuela de las Américas, en Panamá, donde realizó el curso de contrainsurgencia “Internal Security Operations CC-6” entre el 1° de enero y el 5 de febrero de 1971. Allí fue compañero del excomandante del Ejército Carlos Díaz y del torturador Gustavo Taramasco, entre otros.

En 1972 se desempeñó en el Batallón de Ingenieros de Combate Nº 4. Entre 1973 y 1974 trabajó en el Batallón de Ingenieros Nº 1. Volvió como S2 (Inteligencia militar) al Batallón de Ingenieros en 1976 y de allí al Servicio de Información y Defensa hasta 27 de abril de 1982”.

En 1990 asumió como director de Infraestructura Deportiva en el Campus de Maldonado, nombrado por el intendente Domingo Burgueño (PN).

A principios del 2000 se presentaron denuncias contra él y, entonces, con su compañera de la época, una ciudadana paraguaya que administraba propiedades en Punta del Este, se fueron a Paraguay. El fotógrafo Jorge Vidart lo vio caminando por Asunción, lo siguió y encontró que la pareja tenía una papelería en el centro de esa ciudad.

Barrios sospechó que lo habían ubicado y se refugió en Villa Florinda, localidad del departamento de Misiones, limítrofe con Argentina. Allí tenía un pequeño campo y allí lo ubicó Interpol que lo detuvo a principios de diciembre de 2019 para cumplir con el requerimiento del fiscal en DDHH Ricardo Perciballe. Este había reclamado su captura internacional en mayo de 2018, cuando había solicitado procesar a seis oficiales y funcionarios del batallón por torturas, muertes y desapariciones durante la dictadura cívico militar.

El 22 de enero de 2020 fue trasladado a Maldonado para responder ante la jueza Ana María Guzmán y el fiscal Luis Pacheco, quien subrogaba a Perciballe durante la Feria Judicial. Sus defensores, la doctora Graciela Figueredo, abogada del Centro Militar y de todos los terroristas de Estado, junto al abogado Emilio Mikolic, presentaron al inicio de la audiencia el ya habitual recurso de inconstitucionalidad contra la ley de caducidad y la prescripción de los delitos de los que se acusa a su defendido.

En ese momento, la jueza resolvió otorgarle la libertad hasta que la Suprema Corte se expidiera por enésima vez contra el recurso, pero dictó medidas cautelares. Debió entregar todos sus documentos y esa misma tarde en la Jefatura de Maldonado se le otorgó uno provisorio para que pudiera circular por Montevideo, lugar que no puede abandonar sin permiso de la Justicia. Y además a todos los efectos fijó su domicilio legal en el Centro Militar.

Los abogados de los denunciantes son María del Carmen Salazar, Leonardo Pereira y Gonzalo Peloche.

Esta semana el Tribunal de Apelaciones en lo penal de 1er. turno rechazó por unanimidad el recurso presentado por los defensores y eso habilita a la jueza Isaura Tórtora a procesar y remitir a prisión al mayor (r) Dardo Barrios, como lo solicitó el fiscal Perciballe, por el caso Mondello. El asesinato y desaparición de Gelos Bonilla se sigue en otro juzgado, también el de Francisco Chocho.

Después de 45 años el terrorista de Estado Dardo Barrios comenzará a pagar sus crímenes.

 

Se cerró el círculo
La presencia del abogado Jorge Napoleone en la sede judicial el día que Barrios debía responder a la Justicia sorprendió a los periodistas que seguían el desarrollo de la audiencia, aunque fuera del recinto, ya que corresponde al código viejo y no eran públicas. El abogado se presentó como defensor del médico José Luis Braga, médico militar en el batallón 4 y sobre quien pesaba un pedido de procesamiento. Aunque ese día el caso no estaba en consideración. Muchos se preguntaron cómo Dardo Barrios había llegado a ser director de infraestructura deportiva en el Campus de Maldonado durante el primer gobierno del nacionalista Domingo Burgueño (1990-95). El 22 de enero del 2020 quedó claro. Lo recomendó Braga que lo conocía de sus “andanzas” conjuntas en el batallón 4. Braga fue director de Promoción Social del mismo gobierno y Napoleone, secretario general.

 

“Los militares uruguayos actuaron como la Gestapo nazi o la KGB estalinista”

La resolución del Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 1er. turno, rechazando la prescripción de los delitos adjudicados al capitán (r) Dardo Barrios, compara el accionar de los terroristas de Estado uruguayos con el de la Gestapo nazi y la KGB estalinista.

«Por su gravedad -entre otros fundamentos- las Naciones Unidas, el 26/11/1968, acordaron excluir estas conductas de la prescripción ordinaria (Convención Internacional sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad, art. 1°).

Ello, porque son generalmente practicados por las mismas agencias de poder punitivo operando fuera del control del derecho penal, es decir, huyendo al control y a la contención jurídica.

Las desapariciones forzadas de personas en nuestro país las cometieron fuerzas de seguridad o fuerzas armadas operando en función judicial. Los peores crímenes nazis los cometió la Gestapo (Geheiminis Staatspolizei o policía secreta del Estado); la KGB estalinista era un cuerpo policial». expresa el dictamen redactado por el ministro Alberto Reyes y aprobado en unanimidad por los otros dos ministros: Graciela Gatti y Sergio Torres.

Textos: Carlos Peláez

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