Por Isabel Prieto Fernández
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Desde hace años que se habla de una crisis en la enseñanza privada. Al menos, gran cantidad de los representantes que integran la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep) considera que el Estado debería aportar más a los centros educativos pagos, ya sean laicos o religiosos, aunque estos últimos suelen ser los que encabezan la lista de pedidos. Es normal que a la hora de difundir el reclamo de becas a la opinión pública, omitan que no gastan ni un peso en aportes, que están cien por ciento exonerados de impuestos, que no pagan aporte patronal, ni contribución. Están exonerados hasta de la patente de rodados, por eso hay más de un caso de directores que tienen el auto a nombre del colegio, inclusive siendo vehículos de alta gama. Así que no sería insensato pensar que con una buena gestión no tienen cómo fundirse. Si a esos datos se le agrega el caso particular del colegio y liceo José Pedro Varela, donde la cuota más baja en ciclo básico es de 17 mil pesos y la franja de sueldos se ubica entre los 20 y los 30 mil pesos mensuales (se fracciona en caso de profesores, así que un docente con pocas horas puede ganar tres mil pesos), cuenta con 1.172 alumnos y 432 funcionarios, es menos comprensible aún que hoy esté en la situación que dice estar. Embestida vareliana El Varela cortó grueso: sus 432 trabajadores (o sea toda la plantilla) fueron enviados al seguro de paro. Esa fue la sorpresa del 30 de diciembre, como para que en la cena de Nochevieja no se les olvidara llenar un tapper para guardar en el freezer, que aún pueden venir tiempos peores. La decisión fue acompañada de una propuesta: rebaja salarial de 30 % para los que tuvieran la suerte de conservar el trabajo. Desde Aidep se asegura que “la situación del Varela es la más grave pero no está aislada de lo que sucede a otros colegios privados”. Como suele suceder en estos casos, la causa de la emergencia no es la mala gestión -faltaba más- sino que “las instituciones han tenido un crecimiento muy grande en el compromiso de los salarios, habiendo una disminución de la matrícula”. Increíble si se tiene en cuenta que por ahora lo que está vigente en el consejo de salarios es que el laudo de un docente es de 13 mil pesos y, por otra parte, los datos que arroja el Anuario Estadístico 2014 del Ministerio de Educación y Cultura, muestra el crecimiento constante de la matrícula desde el año 2000, con la única excepción de la crisis de 2002. Sin embargo, la Aidep ve el panorama cada vez peor. Este jueves, representantes de la patronal, de los trabajadores y del gobierno se reunirán en la Dinatra. El consejo administrador del Varela ofreció poner los libros contables sobre la mesa. Los trabajadores esperan que la empresa cumpla. Gilardoni: “Una especie de chantaje” La secretaria general del Sintep, Liliana Gilardoni, conversó con Caras y Caretas Portal. Comenzó diciendo que los trabajadores del Varela intuían que había una situación un poco compleja, “ pero nunca de la gravedad que la institución afirma. Sí imaginábamos que pudiera haber algún despido o que dijeran que no había plata para el aguinaldo. Nunca esto”. ¿Este seguro de paro por cuánto tiempo es? Lo que plantean es por enero y febrero e ir viendo los reintegros en función de las necesidades y posibilidades de la institución. En realidad no nos queda muy claro porque en febrero están los exámenes. En primaria, es más fácil, pero lo docentes de secundaria… Plantearon que la situación era trágica pero no fueron claros. Sin embargo mandaron a todo el personal al seguro de paro. En la educación privada la zafra es diciembre. Nuestros despidos siempre se dan en ese mes y después del 20, porque es una manera de no dejarte margen para negociar o reclamar. Ahora, en una situación supuestamente tan trágica como la del Varela, me parece que fue un gran error del Consejo no haberlo dicho a tiempo. Porque si dicen que está fundido y es cierto, se buscan fórmulas, nadie va a decir “no te doy nada, cerrá y nos vamos”. Ahora, al comunicarlo el 30 de diciembre no dieron margen para negociar. Pero ese colegio en diciembre tenía las inscripciones abiertas. Hay gente que ya pagó la anualidad. Es más, algunos pagaron todo el ciclo, los seis años. Queda la esperanza de que se encuentre alguna fórmula y no cierre. ¿Barajan la posibilidad de que sea una forma de presión por parte de la patronal? Obviamente eso está evaluado. También somos conscientes de que la forma en que se hizo la propuesta tiene un viso de chantaje porque incluye el 30 % de rebaja salarial. Ellos plantean mandarte al seguro de paro, que no es negociable, más la rebaja salarial. ¿Y con los docentes que tienen doble empleo y no les corresponde el seguro? Ese es otro problema porque la gran mayoría no lo cobrará, ya porque tenga otro trabajo, ya por tener algún grupo en Secundaria. En este caso, aunque cobres tres mil pesos, no tenés derecho al seguro de paro. En realidad para la mayoría de los trabajadores ese beneficio será simbólico, sólo es la empresa la que se salva de pagar. ¿La matrícula ha bajado? La información oficial es el anuario del MEC, y ahí la matrícula aumenta, no a los ritmos que venía aumentando, pero no disminuye. Por otro lado, la psicosis del receso empezó ahora, no puede tener repercusiones en la matrícula aún. ¿Ya firmaron el acuerdo? No, todavía no cerramos consejo de salarios, así que eso también pone a todo este movimiento bajo sospecha. Algunos directores salieron a la prensa a hablar de la necesidad de los famosos vouchers o becas, ¿el Sintep sigue estando en contra? Por supuesto. De todas maneras, te diré que siempre salen con lo mismo. No importa por qué sea la discusión, ellos van y empiezan con esa sanata. Los que suelen pelear las becas son los colegios católicos, y más desde que Tabaré Vázquez lo lanzó en la campaña. Los del colegio Nubarián, por ejemplo, que se está desmantelando, dicen claramente a los representantes del gobierno: “Si ustedes nos dan los vouchers, vamo’ arriba, seguimos con el colegio abierto”. Nosotros estamos totalmente en contra. No tienen vergüenza; no pagan nada, están exonerados de todo.