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Mundial Rusia 2018

Entre las montañas nevadas y el Mar Negro

Este sábado, en la calurosa Sochi, Uruguay se jugará el pasaje a los cuartos de final contra Portugal; Cuando la paridad del Mundial genera incertidumbres en las grandes potencias, la celeste se presenta como un rival duro para cualquiera.

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Por Álvaro Levin A luz de las definiciones que se han dado en la fase de grupos de la Copa del Mundo, el rendimiento y los resultados que ha obtenido la selección uruguaya se ha redimensionado. La primera victoria agónica contra Egipto, el tímido gol de Suárez contra Arabia y el contundente resultado contra los locales, conformaron una primera fase que hubieran añorado tener alemanes, argentinos, brasileños, mexicanos, españoles o portugueses. Dicen que las comparaciones son odiosas, y es entendible que cada rendimiento es producto de sus circunstancias, pero hay algo que viene dándose en este mundial y es la paridad constante. Ganar es muy difícil. Muy pocas selecciones han podido dominar en juego y resultados sus partidos. Bélgica, Inglaterra, Croacia, Francia, y Uruguay, hasta ahora, ocupan el grupo de selecciones que llegan a octavos de final tras haber superado con cierta “tranquilidad” la fase de grupos. Los dos caminos que se han abierto en esta parte de octavos del mundial, no sólo han hecho saltar por los aires las pencas, sino que con total claridad en quedado desbalanceados respectos a poderíos y potenciales de cada selección. Portugal, Argentina, Francia, Brasil, Argentina, México y Uruguay van por un camino, y por el otro, España, Bélgica o Inglaterra. La temprana eliminación de Alemania, festejada con bombos y platillos por los periodistas brasileños en el centro de prensa de Moscú, ha sido la mayor sorpresa en este mundial junto con las dificultades que mostró Argentina y España para conseguir sus clasificaciones. La brecha entre potencias futbolísticas se ha acortado, y esta copa, hasta el momento, no ha mostrado un equipo revelación con claridad. Tal vez los suecos y croatas son los que más se han acercado a esa categoría, aunque a partir de esta fase es cuando se pueden confirmar o descartar estas primeras sospechas. Uruguay El buen rendimiento que mostró la celeste en la última presentación ante Rusia hace pensar que difícilmente el maestro Tabárez modifique el equipo. Podría cambiar cierta disposición de la figura, de acuerdo al análisis que haga el cuerpo técnico uruguayo sobre Portugal. Como repite una y otra vez en cada conferencia el DT celeste: limitar a los rivales en sus virtudes y tratar de imponerle condiciones que beneficien a Uruguay. En el arco, Fernando Muslera, que en este mundial llegó a las 100 presentaciones con la selección –y 14 en mundiales-, está seguro y ha tenido un rendimiento parejo. En el último partido tuvo un error técnico al patear con su pierna inhábil tras pase de Coates. Podría haberse transformado en gol de Rusia, pero simplemente este hecho pasó al anecdotario. La línea defensiva viene siendo, tal vez, el punto más alto que ha mostrado la selección. Diego Godín y José María Giménez (que podría ingresar como titular este sábado), y luego Sebastián Coates, han estado firmes, atentos, transmitiendo seguridad tanto en los marcajes como en el traslado y distribución de la pelota. Además, han sido claves en la generación de situaciones de gol a partir de sus habilidades para el juego aéreo. Primero como lateral izquierdo, y en el último partido como lateral derecho, el “Pelado” Martín Cáceres viene teniendo un correcto mundial. En la faceta defensiva ha tenido muy pocos errores, y en la parte ofensiva, ha pasado al ataque con menos frecuencia de lo que se podría esperar. De hecho, en el partido contra Arabia, las pocas llegadas que generó Uruguay fueron a partir de sus subidas. Diego Laxalt se metió por la ventana del avión de la selección que lo trajo a Rusia. Los partidos que jugó en la China Cup le abrieron la posibilidad, donde se destacó especialmente, lo colocaron un escalón por encima de Gastón Silva en las preferencias del Maestro. Su rendimiento en el último partido le brindó al equipo herramientas y recursos ofensivos. La mitad de la cancha de Uruguay, que ha sido el Talón de Aquiles en los primeros dos partidos, parecería haberse encaminado. Lucas Torreira ha aportado muchísima intensidad de juego, tanto en la recuperación de la pelota como en el traslado. Además, al igual que lo hace en su equipo, se encarga de la ejecución de la pelota quieta. Esto se complementa con el apoyo de dos volantes interiores, tanto Nandez y Vecino, pudiendo ser también Bentancur. Justamente el lugar de cuarto volante o enganche podría ser ocupado por él, como el partido anterior, u optar por Arrascaeta. En el ataque Suárez y Cavani, que aunque hayan estado poco finos en la definición, han sabido sacar provecho de su condición de goleadores. Si la celeste logra una victoria, el próximo rival saldría del partido que jugarán Argentina vs Francia, en la ciudad de Nizhny, donde está alojada la selección uruguaya. En este juego de cruces y azares, es normal querer evitar a ciertos rivales y anhelar jugar con otros. Un detalle, que no es para nada menor, es que la gran mayoría de periodistas extranjeros plantean lo difícil que es enfrentarse a Uruguay. Tal vez los uruguayos no somos conscientes de lo que representa Uruguay en el ámbito del fútbol mundial, pero queda clara la idea de que la celeste es un rival a evitar en la medida de lo posible. Organización y aspectos de seguridad Hay una serie de aspectos que hacen a la organización que hacen del Mundial, en los que Rusia se ha preocupado especialmente para que salgan bien, y eso se percibe en cualquier detalle. Los estadios y campos de entrenamiento son de primer nivel en todo sentido: excelente césped, comodidad para que trabajen los periodistas, seguridad por todos lados. La logística entre las conexiones aéreas es impecable, y son muy pocos los problemas en este rubro; detalle nada menor tomando en cuenta las largas distancias que conectan a cada una de las sedes. Otro de los aspectos a resaltar tiene que ver con la seguridad. En general, ésta se compone por diferentes grupos. Primero los voluntarios, que son la cara más simpática de la copa; luego los de chaleco amarillo, que son la seguridad local de cada región; los policías propiamente dicho, y por último lo que vendría a ser la gendarmería. Además, hay un grupo, vestido de civil, que permanentemente están alerta de lo que pueda estar ocurriendo. Un ejemplo de operativo se dio al ingresar al Sports Centre Borsky, donde es el bunker de Uruguay, hay que sortear un férreo control de seguridad, similar al de los aeropuertos. Ocho personas son las encargadas de autorizar las entradas; tres en una oficina que monitorea las cámaras, dos guardias de seguridad y otros tres que se los encargados del escanner y detector de metales. Cualquier anormalidad es penada bajo cierta amenaza. De hecho, pasó que dos periodistas estaban charlando, y uno de ellos hizo un comentario gracioso. Bastó esa situación para que los muchachos de la oficina se acercaran, le pidieran la acreditación y cotejaran su rostro con el de la foto. Más para amedrentar que otra cosa. Hasta Oscar Washington Tabárez deslizó en la primera conferencia de prensa de la copa, que la seguridad era muy estricta. Sochi A 1800 kilómetros al suroeste de Moscú, Sochi presenta las montañas nevadas del Caúcaso, que se imponen por un lado, y al otro el Mar Negro. La Al llegar al aeropuerto, lo primero que se siente, a diferencia de las otras sedes, es la sensación de estar en pleno verano. Temperaturas que tienen como sensación térmica entre 35 y 40ºC. El aire acondicionado se vuelve imprescindible en las habitaciones. Los paisajes son de los más vistosos, en comparación con las otras sedes donde estuvo la selección uruguaya: modernas infraestructuras que fueron construidas para los juegos olímpicos de invierno, que se desarrollaron aquí en 2014; palacios tradicionales restaurados con toques modernos. Y el “Fisht Stadium”, que ubicado en una zona de parque de diversiones, parece un juego más: con forma de pez, el imponente estadio parece más un acuario que una cancha de fútbol. Además éste forma parte de una espectacular ciudad deportiva.

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