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Sociedad

Nunca más: Espacio Memorial Penal de Punta Carretas

Hace un año, un grupo de presos políticos conformó una comisión con el objetivo de construir la memoria de sus años de prisión en el penal de Punta Carretas y plasmarlo en un memorial que representaría un homenaje a los protagonistas y, a su vez, un legado para sus familiares y para la sociedad. Para materializar esta iniciativa, se realizó un llamado a concurso que recibió 44 proyectos, y que ya tiene la propuesta ganadora.

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Por Meri Parrado

¿Cómo se gestó el proceso hacia el memorial? ¿Cuál fue la motivación de quienes se postularon al concurso? Caras y Caretas dialogó con Héctor Ortega del Río, representante de la organización, y con Federico Lagomarsino, uno de los creadores de la propuesta seleccionada por el Ministerio de Educación y Cultura.

La historia del memorial comenzó hace un año y tiene como protagonistas a un grupo de personas que pasaron por el penal de Punta Carretas como presos políticos entre los años 1968 y 1985, y que tenían como objetivo instalar un memorial en el lugar que funcionó la vieja cárcel. Las primeras acciones se coordinaron mediante un grupo de WhatsApp en el que se fueron sumando personas que habían compartido esta experiencia.

 

Haciendo memoria

La primera acción de este grupo de compañeros fue ubicar a todos aquellos presos políticos que habían sido parte de esta historia y a partir de allí solicitar en el Ministerio de Educación y Cultura la colocación de una placa memorial en donde funcionó el Penal de Punta Carretas, actual shopping. Pero esto no fue tarea fácil, había que hacer mucha memoria para recordar y ubicar a cada protagonista.

Héctor Ortega del Río, ex preso político, participó desde los inicios en la creación de esta comisión, y le contó a Caras y Caretas cómo vivieron este proceso. «En primera instancia, solicitamos al Ministerio del Interior, institución de la cual dependía el penal, un listado de quiénes pasaron por allí. En ese listado figuraban 478 personas, pero todos teníamos la convicción de que había muchos más, nos faltaba gente y comenzamos a hacer memoria para recordarlos. En ese momento, publiqué la lista en el grupo de WhatsApp con los nombres proporcionados por el ministerio pidiendo que recordaran y transmitieran los nombres de los que no estaban en esa lista, que debían ser reconocidos por más de un compañero para considerarlo un dato veraz. Actualmente somos 804 compañeros en esa lista», contó Ortega.

Con respecto al proceso previo de conformación de la comisión, el ex preso político contó que tuvieron en cuenta a todos los que pasaron por el penal en esos años. «Al armar la comisión entre 8 o 10 compañeros, tuvimos en cuenta la representación de las diferentes tendencias y orientaciones políticas de los que pasaron por el penal en esos 17 años en que hubo presos políticos. Buscamos que el grupo fuera representativo de las diferentes etapas, ya que no todos los presos estuvieron la misma cantidad de años, y en cada etapa se experimentaron diferentes formas de experiencias y vínculos».

Ortega del Río contó que en los comienzos de esta iniciativa se cuestionaron la situación de hacerse un homenaje propio y si eso estaría bien visto. «En definitiva valoramos el hecho de dejar ese legado para nuestras familias, un recuerdo que deseamos que para ellos represente un orgullo el día de mañana. Que tengan la certeza de que en su familia hubo antepasados comprometidos con la causa de la libertad, la democracia y la lucha por la construcción de una sociedad justa», remarcó.

«Conformada la comisión empezamos a trabajar y nos presentamos ante diferentes organismos públicos. Al tiempo logramos el interés de Presidencia de la República, del Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Ministerio de Turismo, Ministerio de Defensa y la oficina de la Unesco en Uruguay. Finalmente, la comisión quedó conformada por 6 ex presos políticos y otros participantes que invitamos a sumarse, como Adriana Barros, presidenta de la Junta Departamental, Fernanda Aguilar, de la Comisión de Derechos Humanos del Pit-Cnt, Miriam Cabrera, de Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, y Victor Garabal de Crysol», explicó.

Por otra parte, manifestó que la comisión, desde sus inicios, tuvo como objetivo instalar un memorial como recuperación de la memoria y recuerdo de aquellos años y especialmente a modo de homenaje a los familiares de los presos que fueron quienes sostuvieron y acompañaron todo el proceso.

«Una de las primeras gestiones fue ponernos en contacto con el Consejo Municipal CH y luego con la Intendencia de Montevideo para saber si el predio donde estaría ubicado el memorial era de propiedad pública o privada. Resultó ser propiedad pública y ahí arrancamos los trámites para lograr los permisos pertinentes, proceso que llevó 2 o 3 meses. En diciembre ya teníamos la resolución y en marzo de este año la Junta Departamental resolvió afirmativamente dar anuencia a esta disposición del Ejecutivo», agregó. Luego de esta resolución  realizamos consultas con profesionales porque ninguno de nosotros teníamos experiencia en este tipo de cosas y procedimos a realizar el llamado solicitándole al arquitecto Salvador Schelotto que fuera nuestro asesor, quien respondió afirmativamente».

«El llamado tuvo éxito y se inscribieron 105 interesados, de los cuales finalmente se presentaron  44 proyectos. «Consideramos que esta iniciativa generó una fuerte motivación debido a la temática que trata», expresó.

«Nosotros estamos viviendo esto con una emoción enorme, para nosotros significa el reencuentro con otros que hacía 40 años no los veíamos, más allá de que la mayoría siguieron vinculados al trillo de la política, lo principal era comenzar a recordar a quienes no están, recuerdos, anécdotas y la emoción de encontrar que la mayoría de nosotros seguimos con las mismas convicciones de siempre».

 

Llamado para recordar

El llamado a concurso fue propuesto conjuntamente por el Ministerio de Educación y Cultura, Crysol (Asociación de ex presos políticos del Uruguay), y la Comisión pro-Memorial y fue dirigido a jóvenes arquitectos y artistas plásticos, con el objetivo de plasmar un recordatorio físico de los presos políticos que permanecieron en la antigua cárcel.

La resolución del concurso fue expresada públicamente el pasado lunes 15 de julio por el Ministerio de Educación y Cultura, que transmitió la decisión de un competente jurado designado para la ocasión. El mismo estaba constituido por los arquitectos Raquel Lejtreger, Américo Rocco, ambos propuestos por la comisión de arquitectos, Marcelo Roux, por la Intendencia, Ángela Perdomo, por la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, y el decano de la Facultad de Arquitectura, Marcelo Danza, propuesto por voto secreto de los concursantes. Todos ellos con voz y voto. Además, participó de este jurado Héctor Ortega del Río como representante de la comisión, con voz y sin voto.

El proyecto ganador fue presentado por un equipo liderado por el arquitecto y artista visual Federico Lagomarsino, y el arquitecto Leandro Alegre, quienes trabajaron en forma conjunta con un equipo de colaboradores  profesionales del estudio de arquitectos Tatú: Federico Lapeyre, María Lucía Arce, Lucas Cardona y Lourdes Silva.

Este equipo finalmente construirá  el Espacio Memorial Penal de Punta Carretas, en el sitio de la antigua cárcel donde ahora funciona un shopping . En la ceremonia de selección del proyecto, participó María Julia Muñoz, quien expresó que  “la memoria de los pueblos es la que permite no repetir el terrorismo de Estado”.

También participaron de este evento Gustavo Cabrera, representante de la Comisión pro-Sitio de Memoria, y Enrique Chalar, de Crysol, asociación que nuclea a los ex presos políticos de Uruguay, entre otras autoridades y referentes del sector.

 

Una mesa significativa

El memorial que será construido este año es una mesa de grandes dimensiones que llevará impresos los nombres de los presos políticos. Según manifestó la ministra Muñoz, al momento de la selección fueron valorados los siguientes aspectos: «Sitúa un objeto simple y cotidiano que se resignifica y se integra a un espacio urbano con numerosos estímulos visuales imponiéndose sin estridencias. Alude a un momento positivo de encuentros, como las visitas que vincularon a los dos tipos de actores homenajeados, los privados de libertad y sus familiares. Se valora también la ubicación de la lista de nombres», explicó.

Por su parte, Federico Lagomarsino, uno de los integrantes del equipo seleccionado, le explicó a Caras y Caretas que  el concepto que utilizaron para darle vida a la idea fue el de familia. «Utilizamos este concepto en el entendido que es un homenaje no solo para los actores que estuvieron presos, sino principalmente paras las familias que acompañaron todo el proceso de sus familiares encerrados», expresó.

A entender de Lagomarsino, este memorial representa esa mesa de visitas donde los presos se reencontraban con sus familiares. «Si bien por mucho tiempo no hubo mesas de visitas en este penal, en algún momento se utilizaron para recibir familiares. Valoramos esta  mesa como dispositivo para recibir al familiar, para comunicar el adentro con el afuera, el mundo del preso con el del libre», agregó.

El profesional explicó que al trasladar esta idea al espacio físico se podrá observar una mesa diferente a la doméstica. Se trata de una mesa más grande, más urbana y paisajística. “Esta mesa no solo remite al vínculo familiar, sino que, una vez en el espacio, pretende abrir otras posibilidades. En una mesa se reúnen los amigos, la familia, se definen las leyes, se define la guerra, el amor, se educa y suceden muchas cosas. Todo esto habilita una narrativa bien interesante.

Por otro lado, Lagomarsino explicó que la intención de este memorial va más allá de su función como un simple homenaje, sino que propone otro tipo de utilidades. «Este memorial no significa un  aparato que se erige, sino que pretende ser parte del equipamiento de la ciudad y generar barrio. No propusimos un obstáculo o un mero dispositivo de contemplación, sino algo apropiable». Además, valoró que la propuesta tiene un interés performático. Nos interesa inaugurar la obra con un banquete invitando a los ex presos políticos y sus familiares, y a partir de ahí, en esta mesa se podrían llevar a cabo otras cosas de interés para la comunidad».

Con respecto a la motivación del equipo para presentarse al concurso, manifestó que, además del interés profesional ante cualquier llamado, esta propuesta tenía otra particularidad. «Si bien se trataba de una propuesta que tenía una escala pequeña y de bajo presupuesto, valoramos el potencial simbólico y cultural que representaba para nosotros», concluyó.

 

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