El gobierno español tiene pronto el reglamento y normativa del Decreto Real sobre autoconsumo eléctrico, que implica cobrar un impuesto a los propietarios de instalaciones renovables en concepto de contribución al sostenimiento de la red eléctrica del país.
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La controvertida norma, bautizada coloquialmente como el «impuesto al sol», plantea que el gobierno español recaude este impuesto de forma retroactiva desde abril de 2016 a los autoconsumidores de energía fotovoltaica. Si los propietarios de placas solares en sus casas no pueden pagar el monto total del ‘impuesto al sol’ de 2016 en el plazo de unas pocas semanas, se enfrentarían a una multa.
También deberán pagar a las empresas comercializadoras de electricidad como Endesa o Iberdrola, que se encargarán de mantener con lo recaudado el sistema eléctrico en el país.
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) sostiene que con esta regulación no se podrá desarrollar el autoconsumo en España. Sobre todo desde el punto de vista económico, ya que será casi imposible ahorrar nada con tantos cargos para los autoconsumidores y para la industria fotovoltaica en general.