Tabaré Vázquez (1940-2020) alcanzó la primera intendencia de Montevideo para el Frente Amplio en el año 1989 y luego llegó a la Presidencia de la República en 2005 y de nuevo en 2015. Oncólogo de profesión, hincha y exdirigente de Progreso, oriundo de La Teja: Vázquez creció en un entorno humilde, abandonó el liceo luego de Ciclo Básico para trabajar, retomó con 21 años en el IAVA y siguió su trayectoria educativa en el ámbito público. Un hombre que, en palabras de la diputada frenteamplista Martina Casás, «nos cuidó como médico y como presidente».
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Legítima Defensa dedicó el programa del viernes 11 de diciembre a homenajear a Tabaré Vázquez recordando hitos de su vida y de su obra, trazando un recorrido a partir de entrevistas a personas que lo conocieron, que trabajaron con él, que ayudaron en su formación política y que crecieron con su figura como referencia. Participaron del programa el politólogo Óscar Bottinelli, el exdirigente de ADEOM Eduardo Platero, el exintendente de Montevideo Mariano Arana, el exministro del Interior José Díaz y las diputadas frenteamplistas Martina Casás y Margarita Libschtiz.
Para Bottinelli Vázquez fue «disruptivo» en la izquierda en su estilo, en su forma. La izquierda uruguaya tenía dos estilos: el discurso inflamatorio y el discurso cartesiano. Vázquez «sorprende con una forma muy común entre los pastores evangelistas en ese momento», lo común era alguien durito frente al micrófono, y él era un hombre que de movía con el micrófono, con un estilo de diálogo.
El politólogo apuntó también que Vázquez y Tomás Berreta fueron los dos presidentes uruguayos que tuvieron un origen más humilde. Vázquez «siempre tuvo más simpatía recíproca con los sectores más populares que con los sectores intelectuales», porque no solo él se hacía entender por la gente, sino que la gente expresaba «una confianza personal muy fuerte» hacia él, y en eso «la figura del doctor del pueblo no era nada menor».
Destacó también su forma de comunicar, su flexibilidad para dialogar, «no tenía maneras duras». Su técnica de Gobierno «fue muy acertada».
Eduardo Platero por su parte aseguró que «Tabaré llegó a la política en el momento justo». Destacó que una de las características de Vázquez era su capacidad para decir no. “A veces pensaba que como alguien que no es político tiene esa capacidad para decir no, porque decir si siempre es fácil. Era que la profesión lo había formado para eso”. “Con la mayor amabilidad el no de Tabaré era no y lo decía cuando estaba convencido que no se podía avanzar en el tema”, agregó.
Puso énfasis en su relación con el movimiento sindical a la que consideró como muy cercana. Según Platero Tabaré Vázquez había llegado a la política uruguaya en el momento justo, “cuando faltaba alguien que tuviera la simpatía y la confianza de la gente”.
Arana, en sintonía con quienes le precedieron, destacó el esfuerzo de Vázquez para concretar su carrera académica y sostener, al mismo tiempo, su camino en la política.
José Díaz, cofundador del Frente Amplio, exministro del Interior en el primer período de gobierno de Vázquez hizo un repaso por los orígenes del expresidente en la política. Recordó que se acercó de forma orgánica hacia el fin de la dictadura. Tenía «un gran olfato político» y eso le valió «ser un líder sustituto nada menos que de Seregni». Desde la primera intendencia ayudó a que los porcentajes del Frente Amplio fuesen subiendo en las elecciones hasta llegar a más del 50% en 2004, cuando Tabaré fue electo presidente. «Los primeros gobiernos fueron los mejores».
En el último bloque del programa las diputadas frenteamplistas Martina Casás y Margarita Libschitz hablaron de lo que representó Vázquez para las juventudes uruguayas y, en especial, para la militancia joven del partido. Casás rememoró la campaña del 99 cuando Vázquez ganó en primera vuelta, pero el entonces reciente balotaje le quitó el gobierno; contó que su madre le había dicho que se bañara que quizás salían a festejar, y recordó el momento en el que no se dio la victoria. Destacó de Vázquez «su visión» y su «paciencia al enojarse» que lo convirtieron en un líder político respetado, que fomentaba el diálogo incluso en la discrepancia.
Libschitz por su parte compartió que esa fue su «primera gran derrota política» cuando ella recién comenzaba a militar con 14 años. Con padres y abuelos militantes, la legisladora comentó que los comité de base eran como «una segunda casa» y luego decidió participar de forma activa en el MPP. Se sumó a las palabras de Casás en los atributos a destacar de Vázquez y comentó que cuando él planteó el Plan Ceibal parecía algo intrascendente en la cultura más tradicional, del 71, del partido. Pero eso «cambió la vida» de muchas personas pobres, de clase trabajadora, y le dio la oportunidad a niños y niñas para estudiar.
Otro logro que Libschitz enfatizó fue la creación del gobierno de cercanía, el tercer nivel de gobierno «que debería ser llamado el primero». Esa política, afirmó, es de las más trascendentes que ha planteado el Frente Amplio y tuvo un gran impacto en la vida de miles de personas.