El presidente Evo Morales renunció en la tarde de este domingo, al cabo de tres semanas de manifestaciones violentas contra su reelección, que denunció como golpe de Estado. «Mi lucha continúa, pero tengo la obligación de buscar la paz. Duele mucho que entre bolivianos estemos enfrentados, duele mucho que señores y comités cívicos que han perdido lleven a la violencia y enfrentamiento entre bolivianos. Por eso y muchas razones estoy renunciando y enviando mi carta de renuncia a la Asamblea Legislativa Plurinacional», dijo.
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El primer gobernante indígena anunció su dimisión en un mensaje por televisión, acompañado por su vicepresidente Álvaro García, quien dijo que también renunciaba.
Mi lucha continúa, pero tengo la obligación de buscar la paz»
La renuncia de Morales fue saludada con vítores de manifestantes en las calles de La Paz, mientras en los barrios surgían las primeras caravanas de automovilistas con banderas y gritos de celebración, hacia el centro urbano donde comenzaban a levantarse los bloqueos que habían paralizado la urbe en los últimos días.
Morales dijo que era víctima de un «golpe cívico-político-policial», en alusión a los comités cívicos que comandaron las protestas especialmente fuertes en las ciudades, a la oposición política que denunció fraude en las elecciones del 20 de octubre, que le habían dado victoria según el resultado oficial, y a una cadena de motines policiales que estalló el viernes pasado.
Duele mucho que entre bolivianos estemos enfrentados, duele mucho que señores y comités cívicos que han perdido lleven a la violencia y enfrentamiento entre bolivianos
El líder indígena afirmó que una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) que precipitó su caída desde la madrugada del domingo, con una recomendación de nuevas elecciones, era una «decisión política» que contradecía la proyección, contenida en el mismo informe, de un resultado electoral que sugería una segunda vuelta.
Morales responsabilizó al candidato opositor y expresidente Carlos Mesa (2003-2005), segundo en los pasados comicios, y al líder cívico de Santa Cruz (este) Luis Fernando Camacho, líder de las protestas callejeras, de la violencia extendida en varias ciudades durante las protestas, que dejaban un saldo preliminar de al menos tres muertos y más de 300 heridos.
«Como dijo el héroe indígena Túpac Katari, volveremos y seremos millones», sentenció García en la misma transmisión televisiva.