En febrero de 1972, un comando del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, había secuestrado al fotógrafo policial Nelson Bardesio, señalado por ésta organización como uno de los integrantes de los Escuadrones de la Muerte, denominados Comando Caza Tupamaros y Defensa Armada Nacionalista, que venían realizando atentados con explosivos y homicidios, no sólo contra miembros del movimiento guerrillero sino también contra dirigentes del Frente Amplio, sus familiares y abogados de presos políticos.
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En las actas labradas en la Cárcel del Pueblo, que luego fueran entregadas a varios legisladores, el nombre de Miguel Sofia, fue mencionado por Bardesio como integrante activo del Comando Caza Tupamaros.
En el 2009 la justicia uruguaya procesó a Bardesio y al ex-agente de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, Pedro Freitas por homicidio muy especialmente agravado. El entonces fiscal letrado en lo Penal de 1º Turno, Ricardo Perciballe, solicitó también el procesamiento y prisión de Miguel Sofía por el delito de asociación para delinquir en calidad de autor en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de desaparición forzada y dos delitos de homicidio muy especialmente agravados en calidad de coautor.
Miguel Sofia, hoy en prisión luego de haberse hallado prófugo de la Justicia, realizo denuncias por difamación contra el dirigente frenteamplista Juan Raul Ferreira.
En conversación con Caras Y Caretas, sobre su absolución manifestó que :»la resolución judicial me da una profunda sensación de paz espiritual por dos razones muy importantes; la primera es de carácter personal y es la reafirmacioń de que no me había equivocado ni infligido ninguna norma; la segunda razón es mas importante que la primera y es tener la tranquilidad de que en el camino de la Verdad y la Justicia, en este país se puede declarar sin tener miedo a consecuencias posteriores».
Agregó que recién cuando fue citado se enteró que Sofia y su esposa habían realizado ocho denuncias contra su persona por sus manifestaciones. «En el libro que escribí sobre mi padre, «Wilson, bitácora de lucha», cuento una anécdota , donde Sofia como integrante del escuadrón que atentaba contra la familia de dirigentes políticos, había sido unos de los autores de los disparos contra el apartamento de mi padre, en el cual yo me encontraba sólo. Yo no tenía manera de saber ese nombre, y lo supe a raíz de los innumerables testimonios que se recogieron durante años, entre ellos el de Bardesio».
«A pesar de las insistentes denuncias, la justicia logró que pasara lo que tenia que pasar, yo volví a mi casa y Sofia a la cárcel», concluyó.