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Fernando Pereira: “Si la economía creció 3%, reclamamos que el salario acompase el crecimiento”

El martes el gobierno presentó los lineamientos para la negociación salarial que comenzará en breve. Será la más grande de los últimos tiempos. Para la central sindical se trata de una buena base para negociar.

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Caras y Caretas Diario

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Para el presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, los lineamientos para la negociación salarial presentados el martes por el Poder Ejecutivo constituyen “una señal”. No contemplan todos los reclamos de la central sindical, pero permiten avanzar en las negociaciones. Son un piso, dijo Pereira a Caras y Caretas, ahora depende de la voluntad negociadora de las partes. Durante la entrevista puso énfasis en la necesidad de encarar los cambios tecnológicos que de manera impetuosa han irrumpido en el mundo del trabajo. Insistió en la necesidad de una mayor distribución de la riqueza entre los trabajadores y los sectores más pobres de la sociedad.   Se conocieron las pautas salariales. ¿Cuál es la primera impresión para el movimiento sindical? Nosotros teníamos una prioridad que estaba vinculada a que el salario mínimo nacional se ubicara en 16.500 pesos. Y no es una prioridad  antojadiza, atiende al sector mas débil de la sociedad y tampoco es sin criterio, sino que el criterio es que en un hogar donde viven tres personas, si dos de ellas ganan el salario mínimo, ese hogar no este por debajo de la línea de pobreza. El anuncio que nos hace el gobierno es que va a llegar a 15.000 pesos en enero, 15.500 en mitad de año y 16.500 en enero de 2020. No es todo lo que queríamos, pero no hay duda de que es un salto. Y hay que valorarlo. Al mismo tiempo habíamos exigido que se atendieran aquellos sectores de la actividad que pudieran de alguna manera tener dificultades o sea que se consideraran sumergidos. ¿Qué consideramos nosotros sumergidos? Todos aquellos trabajadores que están por debajo de los 20.000 pesos líquidos, que en el país son unos 400.000. Puede haber diferencias estadísticas, pero son decenas de miles. El Poder Ejecutivo anuncia que va a atender a todos los que estén 25% encima de 15.000 pesos; uno hace la cuenta y anda en 19.000. No es todo lo que queríamos, pero se avanza en el sentido de contemplar los salarios sumergidos. Hay una diferencia: teníamos planteada la posibilidad de alcanzar ajustes salariales que fueran por inflación y aumento según la evolución del sector, y nos hacen una propuesta de ajuste nominal y de porcentaje decreciente. De acuerdo a los estudios que tenemos hechos por el Instituto Cuesta Duarte esta fórmula, nos permite no perder salario nominal. La entendemos como una señal. Es la base de la negociación. El lineamiento es la base de la negociación. Una cosa es la base, pero no es la negociación. En esta, uno puede acordar otras cuestiones con las patronales y, de hecho, ya pasó en negociaciones pasadas. Puede estudiar otro tema o inclusive este mismo o puede estudiar temas de productividad, de capacitación, de salud laboral. Todos los temas que atañen e la negociación colectiva. Si me preguntan: ¿es la pauta que ustedes querían? Obviamente no. Si me preguntan si con este lineamiento no se puede negociar, obviamente que sí. Están las condiciones para ir y negociar sector por sector y están los datos arriba de la mesa de cuáles son los sectores que pueden tener crecimiento real más importante que otros. Si la economía creció 3%, es nuestro reclamo que los salarios acompasen el crecimiento de la economía. No todos los sectores crecieron de la misma manera. Pero no es que ninguno no creció. Si uno hiciera caso al “lloradero”, se bajaría el sueldo.   Esta semana se supo que las exportaciones crecieron 16%. Por eso. Las exportaciones crecen, el turismo crece, la hotelería 100 por ciento de ocupación, los restaurantes llenos. Ese sector no puede pagar? ¿Por qué no puede pagar? ¿En función de qué cuestiones no puede pagar? Vamos a tener negociaciones más complejas y también la  negociación colectiva se tiene que ir enriqueciendo y ver cómo vamos a asumir los cambios tecnológicos.   Ese es un problema para toda las sociedad. A las nuevas tecnologías no las podemos ver como algo que llega a Uruguay para quedarse con el trabajo de la gente. Lo deberíamos ver como un instrumento para hacer posible una mejor calidad de vida. Y esto no depende de decisiones ajenas, depende de decisiones políticas, a nivel nacional y a nivel global. Si uno entiende que tiene tal nivel de evolución científica y tecnológica que puedo producir en menos horas, ¿no será que hay que discutir jornadas laborales más adecuadas y reparto equitativo del trabajo. Si dice tengo robótica en el lugar del trabajo, ¿no será el momento de decir cómo se va a aportar a la seguridad social para que los seres humanos tengamos acceso a la seguridad social, al salario, a la salud, a la vivienda. Me da la impresión de que estamos ante pautas que nos permiten negociar varios temas. Depende ahora de la voluntad de los actores para que esa negociación se haga de la mejor manera.   ¿Encontraron a los empresarios afines con la propuesta? -empezamos siempre siendo no afines. Pero el 90 por ciento de los grupos acuerda. Hay un debate muy fuerte antes de empezar la ronda y después los sectores llegan a acuerdo. La dificultad que veo es que pasan muchos meses para que acuerden. Y eso tiene dificultades para el trabajador y para el empresario. Razonablemente debería haber una negociación de dos o tres meses. Ahora dependerá de la voluntad de acordar de las partes. Uruguay ha crecido en forma sostenida durante 13 años. Nunca se vio un crecimiento similar. Necesitamos que haya una mejor distribución. Hay sectores de la sociedad a los que todavía no les han llegado esos beneficios.   Como el comercio. El comercio ha mejorado, pero no lo suficiente. Por ejemplo, a los guardias de seguridad se los coloca en un lugar a trabajar sin estar al día con la seguridad. Hay empresas que no cumplen con los derechos de los trabajadores. O sea, que hay mucho por hacer.   -Como la capacitación, por ejemplo. -Es central, absolutamente central. Tenemos que entender que el trabajo repetitivo, rutinario va a ir perdiendo sentido y va a depender de cuanta formación y educación tiene el trabajador. Yo vi un algoritmo que registra un partido de fútbol y hace el comentario. Eso puede dejar sin trabajo a un periodista deportivo. Lo que hay que pensar es cuáles son las herramientas humanas y de política pública que impidan que el avance tecnológico sea concentrador de la riqueza y cuáles son las herramientas que faciliten que sea un distribuidor de la riqueza. Y esas son las políticas que tenemos que discutir, con tiempo pero con rapidez. Porque la diferencia de esta revolución con las anteriores es la velocidad a la que se va procesando: hace 40 años había un teléfono por cuadra, ahora hay uno en casa bolsillo. Ese cambio se produjo en menos de 40 años, pero en los últimos dos uno ve cosas asombrosas. La imagen esa que muestran en los informativos sobre el armado de autos con robots tiene diez años. Hoy esa fábrica no existe.   -Pero se ven diferencias de intereses entre trabajadores y empresarios. -Hay una contradicción de intereses y se dice que hace mal pensar en términos de lucha de clase. ¿A quién? Porque lucha hay, se puede no nombrarla pero lucha hay. Ahora hay Consejos de Salarios y yo voy a pujar para tratar de que una parte de la renta empresarial vaya al salario de los trabajadores y el empresario va a pujar para concentrar un poco más de capital. ¿No hay una contradicción entre capital y trabajo? ¿Cómo se puede discutir algo tan elemental? Se dice que debería ser una política colaborativa, pero ¿dónde hay eso? ¿Dónde es que hay un empresario que dice este año me fue bien y voy a repartir todas mis utilidades con los trabajadores?   -La lucha de clases existe independientemente si gusta o no. -Sí claro, pero eso no significa que no salude a un empresario. Lo saludo, lo respeto, pero hay una contradicción de intereses. Cada uno defiende el de él. Legítimamente defiende el de él. Pero hay uno que es más humano que el otro. Hay uno que plantea redistribuir la riqueza. Entiendo que en un mundo capitalista debemos respetar algunas reglas. Y una regla fundamental dice que hay empresas fuertes en las que hay sindicatos fuertes. No hay empresas débiles con sindicatos fuertes. Eso no existe. Ni al revés. Hay que pensar como en esa contradicción de intereses; el movimiento sindical pelea por sus salarios y pelea por los más débiles. La principal reivindicación del movimiento sindical no tiene nada que ver con los afiliados a los sindicatos: no tenemos afiliados con salario mínimo; sin embargo, estamos atendiendo eso porque se trata de un sector de la sociedad que está postergado. Yo tengo que pensar en mi clase, pero también tengo que pensar en mi nación. Y también tengo que pensar en el Mercosur y tengo que pensar en la inserción internacional de ese proceso en el mundo.   Justamente, hablando de distribución de la riqueza, en esta semana los “autoconvocados” realizan movilizaciones en todo el país. ¿Desde el Pit-Cnt se ha analizado esa situación? Parto de la base de que es un tema para negociar colectivamente. El gobierno los citó, los convocó, se hicieron una serie de propuestas, pero si lo que se propone afecta a buena parte de la sociedad, la sociedad no va a estar de acuerdo. Si se propone llevar el dólar a 36 pesos, ¿por qué los endeudados en dólares, por qué los productores que venden en Uruguay van a estar de acuerdo con esa propuesta? No lo están. Si plantean que se quite toda la publicidad oficial, o una gran parte, de aquellos organismos que no están en competencia, ¿qué va a pasar con las pequeñas radios o los pequeños diarios del interior, los pequeños emprendimientos de comunicación? Se van a ir muriendo. Por un lado el Estado tiene la responsabilidad de cuidar sus bienes, pero por otro lado tiene la obligación de promover la libertad de expresión. Insólitamente, Andebu se pliega a un llamado que dice que hay que recortar al máximo. Pero es la sobrevivencia de buena parte del país. La reducción de la publicidad oficial ha impactado. Cuando se dice que no se deben dar políticas sociales para los débiles, yo entiendo que puede haber dificultades, pero ninguno tiene los problemas de quién está viviendo en un asentamiento. O sea que hay planteos que son contra natura. Y hay otros que hay que estudiarlos. A algunos se les dieron soluciones parciales. Y también hay que mirar sector por sector porque no a todos los sectores les fue mal. Cuando dicen políticas universales, no hay que tener políticas universales. ¿Cómo va a ser lo mismo un productor de 4.000 hectáreas que un pequeño tambero? El pequeño productor tambero es más del movimiento sindical que del movimiento empresarial. Tal vez no le llegamos. Deberíamos discutir sobre lo razonable, el costo de la energía, cuáles son elementos que hacen a la competitividad. En fin, hay muchos temas para discutir. Pero merecen discutirse sensatamente. Si ninguna propuesta los va a satisfacer, es porque sencillamente han decidido que nada les satisfaga.   Estuvo en plaza Independencia con monseñor Daniel Sturla, con él y con el papa Francisco. ¿Ustedes ven una apertura de la Iglesia? -No hay ningún líder global que tenga un mensaje más revolucionario que el papa. Esto hay que tomarlo en cuenta. Hay varios documentos. Una encíclica y documentos que entregó a una cumbre de líderes sindicales en el Vaticano; son de avanzada, plantean que hay que darles a los pobres lo que les pertenece y esto es estar contra la concentración de la riqueza. Cuando cuestiona al capitalismo salvaje y lo hace desde la perspectiva de que hay que atender a los sectores más débiles de la sociedad. Cuando hace un llamamiento para que las organizaciones defiendan a los sectores más pobres de la sociedad. ¿Cuantos líderes globales están planteando esto? Entonces no es una cuestión de si se es cristiano o no. En mi caso soy cristiano, pero si fuera ateo estaría prendido a este discurso, porque es un líder global que le llega a millones en todo el mundo, que está generando un discurso que claramente es de avanzada. Uno lo analiza desde el punto de vista de un militante social que quiere una transformación de la sociedad; naturalmente que el discurso del papa va en el sentido transformador de la sociedad. Hacer jugar eso en favor de los más débiles es una tarea del movimiento obrero y eso no tiene que transformarlo en cristiano. Lo que quiero decir es que cuando hay líderes globales de este peso, tratando de influir positivamente en favor de los más débiles, se trata de cambios sustanciales. A mí personalmente me devolvió el alma al cuerpo, pero a los que no tienen alguna creencia seguro que les va a ser muy útil para su trabajo. En algunas cosas creo que la Iglesia tiene posiciones retardatarias. En cuestiones de género no las ha logrado abordar nunca bien. En el tema diversidad sexual hay algunos gestos del papa, pero no son suficientes. Todos deberíamos ayudar para que la Iglesia lo trate de mejor manera. En otros temas uno ve que monseñor Sturla fue al acto de la Seccional 20, en homenaje a los ocho mártires comunistas, cuando la última autoridad de la Iglesia que había pasado por ahí fue [Carlos] Partelli. Ese hombre fue a la huelga de hambre de los trabajadores del gas, fue a la del trabajador que reclama contra el despido de su esposa en Alur. Ha venido a conversar con el movimiento sindical sobre la pobreza. Hay que generar ámbitos para tender puentes, pero es obvio que hay temas a los que la Iglesia le pega mal y hay otros en que efectivamente ha mejorado su posición.  

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