Frente a la amenaza de esa organización terrorista, la línea fijada por el presidente François Hollande se basa, hasta ahora, en acciones militares no oficiales, apuntó. Las mismas se hacen a través de las fuerzas especiales, cuya presencia fue detectada en el este de Libia desde mediados de febrero por blogueros especializados, detalló. Según Le Monde, que hace referencia a algunas fuentes, la lucha contra los terroristas podría cubrir operaciones clandestinas llevadas a cabo por el servicio acción de la Dirección general de la seguridad exterior y consumadas por soldados en uniforme. En el artículo se habla además de operaciones realizadas por militares, pero que permanecen invisibles. Los dos tipos de actuaciones son consideradas, en la doctrina militar, como «precursoras», en ausencia de un contexto disponible para una guerra abierta, pero no implican la apertura de una futura operación de esta naturaleza. Al respecto, un alto responsable de la defensa francesa -cuyo nombre no es revelado en el material- opinó que «la última cosa que habría que hacer sería intervenir en Libia». A su juicio, hay que evitar todo combate militar abierto y actuar discretamente. En Libia, el objetivo no es ganar una guerra sino golpear a ISIS con el fin de frenar su ascenso. Se trata de acciones concertadas por Washington, Londres y París, como lo ilustró el ataque estadounidense del pasado 19 de febrero contra un alto responsable tunecino de ese grupo extremista en Sabratha, una ciudad del oeste libio, remarcó. (Prensa Latina)
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME