Finalmente la mañana del jueves, se conoció el anuncio por parte del gobierno de Iván Duque sobre el retiro de sus negociadores en la mesa con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El Alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, anunció que el equipo compuesto por por unas 15 personas, se debe retirar de La Habana, donde se encontraban a la espera de la orientación del Gobierno.
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Aunque el presidente Duque no habló de una ruptura, el retiro de los negociadores, en la práctica, termina de facto las negociaciones que se habían congelado mientras el nuevo gobierno se posesionaba el pasado 7 de agosto.
Por su parte los delegados del ELN han tomado el retiro de los negociadores como el anuncio del fin de las conversaciones, pues a pesar de que en las últimas semanas los insurgentes han acatado todos los llamados hechos por el Gobierno, Duque ha repetido en varias ocasiones que que la mesa no se volverá a instalar hasta que el ELN «muestre verdaderas intenciones de paz»; lo que en la práctica se traduce en que dejen por completo su actividad, lo que implicaría una desmovilización unilateral, con lo que la mesa en sí misma sería innecesaria per se.