La determinación de la expulsión se basa en que el Partido Digital acordó que los candidatos cedieran al partido el total de lo obtenido por los votos de la campaña, pero Goldman transfirió una parte. Declaran que se le reiteró que abonará en resto del dinero en varias oportunidades y que no lo hizo.
Por su parte, Goldman le dijo a Montevideo Portal que el comunicado que difundió el partido no incluye su descargo, lo cual entendió como una «falta de transparencia del Partido Digital».
«Estoy triste a nivel personal por la falta de empatía, de humanidad, y también por la ingratitud, porque no sé si los ciudadanos saben el nivel de impacto en lo personal, familiar y profesional que significa ser candidato a presidente de un partido, cuando uno lo hace por la idea», expresó.
Continuó explicando que el año pasado se fundió económicamente. «Fui pasando fondos al Partido porque creo que la plata que entró a mi cuenta pertenece a todos los ciudadanos, pero me prometieron que me iban a ayudar, apoyar y que nunca iba a pasarme nada, que iba a ser un año de éxito, pero fueron frases vacías de contenido».
Argumentó que debido a su dedicación en la campaña, sus ingresos bajaron drásticamente en su otro rubro, situación que, dijo, se agravó con la llegada del Covid-19. «Tuve que decidir si pagaba el alquiler y llenaba la heladera para mis hijos o aceptaba las amenazas injustas e ingratas por no poder pasar los fondos en este momento. ¿No tiene sentido que esté en el horno económicamente?, preguntó.
Según declaraciones de Goldman al medio citado anteriormente, se trata de una suma de 280.000 pesos que no tiene disponible en este momento. «Vienen con esta ingratitud a escracharme públicamente porque no puedo sacar esta plata de abajo de la manga».
«Acá un tipo de clase media aceptó por ideales ser candidato a presidente de una excelente idea, pero se fundió, no llega a fin de mes, y gente que se ve que no tuvo problemas nunca para llegar a fin de mes, lo escracha», agregó.
Insistió en que el Partido Digital no fue transparente con «todo lo que fue dialogado», ya que él planteó pagar el monto tras superar sus dificultades económicas. «A mí me pusieron una presión inquisidora y tuve que ser justo conmigo mismo y decir que no podía aceptar que me endeudaran y me quisieran embargar a futuro».
«Lo digo con mucho dolor. Soy un ciudadano normal que aceptó exponerse y al que ahora le hacen esto. Recibí muchas amenazas y honestamente soy un tipo sencillo del que nunca nadie tuvo nada malo para decir. Me ensucia públicamente gente a la que le di mucho sin ánimo de lucro, pero no tengo ganas de estar fundido y no poder darle de comer a mis hijos. Hasta la dueña de la casa es más empática y me permite pagar la mitad de alquiler».