– “¡Decí, por Dios, qué me has da’o/ Que estoy tan cambiao!/ ¡No sé más quién soy!/ El malevaje extrañao/ Me mira sin comprender/ Me ve perdiendo el cartel/ De guapo que ayer/ Brillaba en la acción”. -Supremo, Borges, pero ¿por qué se lleva la lapicera hacia sus labios y la hace temblar? -A ver, ¿usted por qué cree que es? ¿Porque estoy imitando a Larrañaga cuando le preguntan por Luisito? Emulo al gran Polaco Goyeneche, abombado. -Perdóneme, Borges. Ando distraído por la penca del Mundial que estoy haciendo con los muchachos de la revista. Pero, hombre, cuente su relato. -Hablaba recién de los dos líderes blancos. Mire que yo no sé hoy quién tiembla más… -¡Recórcholis! -Es que Larrañaga pisó primero con la recolección de firmas para convocar a un plebiscito con el objetivo de reformar la Constitución de la República en temas vinculados a la seguridad, harto conocidos por todos. -Lo sigo… -Es que la propuesta obtuvo una amplia repercusión en todos lados: fue tapa de los diarios y de la mayoría de los portales digitales. El Guapo, que hasta se sacó la barba para anunciar la recolección de firmas, resurgió en la opinión pública y aparecieron figuras de distintos ámbitos apoyando su propuesta. -¡Exactamont! Hasta Petru Valensky firmó. -Entonces, la pregunta que surge es qué hace Todos ante una movida tan popular como la de Larrañaga. -No me diga nada, se reunió con allegados de Lacalle Pou. -Más precisamente con uno de los miembros de su círculo rojo. -A la masita… -La reunión fue en un despacho del edificio anexo del Palacio Legislativo. Le consulté directamente cómo “el efecto firmas” podría repercutir en las internas en contra de Luisito y cómo iban a hacer para neutralizar el movimiento que generará el Guapo con esta iniciativa. -Siga cochero a comprar un poquito… -Me explicó que lo peor que podía hacer Todos es salir a criticar la recolección de firmas porque se trata de una movida que es sensible para la sociedad uruguaya y que es transversal a todos los partidos políticos. En buen romance, es patear clavos. -Continúe… -Me dijo que el tema seguridad no puede ser un plebiscito anticipado entre Larrañaga y Luis. -Entonces… -“Tenemos que darle para adelante aunque no firmemos”, sentenció mientras mascullaba el capuchón rojo de una lapicera Bic. -¿Cómo es eso? -Me explicó: “No criticar, dejar el campo libre para que nuestros compañeros si quieren firmen y mostrar que estamos todos unidos en el tema de inseguridad que ha sido uno de los grandes flagelos del Frente Amplio”. -Un ejemplo fue el integrante de Todos, el intendente de Florida, Carlos Enciso, que firmó y nadie le dijo nada. -Claro, Álvarez, la alternativa del grupo de Lacalle Pou a esta movida es seguir insistiendo en el tema de la inseguridad y ya hay legisladores de esta agrupación que están abocados a formular proyectos de ley en ese sentido para machacar en los dos últimos años de gobierno. La afonía de Mónica -La que tiene oídos, supuestamente, pero aparentemente no tiene voz es la secretaria general del Partido Socialista (PS), Mónica Xavier. -¿Está en Uruguay? Hace tanto que no la escucho… -Mónica elige los temas; sobre cuestiones de género o de diversidad sexual sí habla. Pero para plantear los temas del PS no se la siente en ningún lado. -Es verdad, Borges. -Hay flor de molestia en filas del sector “ortodoxo” del partido por este mutismo. Recuerde que esa ala tiene diez componentes frente a 12 que respaldan a la senadora. -Ajá. -Hablé con dos legisladores de los opositores a Mónica. Hubo coincidencia. Uno de ellos me dijo claramente: “Creo que un gran problema del PS es que no se pronuncia en determinados temas, hay una falta de presencia a nivel público”. A lo que agregó el otro dirigente, mientras ponía azúcar al café: “Xavier tiene un erróneo concepto de que cuando hay errores y omisiones no se deben poner arriba de la mesa”. -¡Terremotos de pipetuás!!! -Uno de los que compartía el café conmigo fue más allá: “Cuando hay una decisión de la mayoría te hacen callar la boca”. -¡Mordazas de pipetuás!!! -La otra persona dejó el pocillo sobre la mesa, me miró a los ojos y me dijo: “Mirá, yo no soy más frenteamplista por callar errores que eventualmente se cometieron en el gobierno. Si hubo una macana, mejor manifestarlo para debatirlo y que se corrijan las fallas. Cuando hay que tomar postura sobre algo, en el PS no se dice, salvo que sea a favor del gobierno, como el TLC con Chile”. -¡Pumba! Toma pa’ vos y tu tía Gregoria, como decía mi abuela. -Estos dirigentes me aseguraron que se realizarán planteos en los organismos del PS para que exista una mayor transparencia en la información porque temen quedarse encallados en las arenas del silencio. Hola, soy Verónica -Borges, recién hablamos de los blancos y omití preguntarle por la senadora Verónica Alonso. Anduve por el Parlamento un par de días y no la vi. ¿Está en el país? ¿En qué anda? -La posible precandidata del Partido Nacional está enfocada en su campaña electoral de cara a las internas. -¿Ya arrancó? -Sí, se fue al norte del país, más precisamente a los departamentos de Rivera y Artigas, a efectuar reuniones con los referentes locales y organizaciones sociales. -Ajá. -Se trata de una figura muy poco conocida en el interior del país y, más aun, en el norte. -Sí, sin dudas Alonso tiene su caudal de votos en Montevideo. ¿Y qué sabe del famoso “timbrazo”? -Por lo que me dijeron en su entorno, les ha ido muy bien. -¿Pero se selecciona previamente a la gente que van a visitar? -No, según me informaron, es al azar y la idea es escuchar las preocupaciones de los vecinos sobre el barrio y temas que los inquietan a nivel nacional. La primera reacción del visitado es de sorpresa, pero luego se lanzan a hablar cuando entran en confianza. -Dicen que le fue muy redituable a Mauricio Macri en su campaña electoral. Pero le fue mucho más positivo a la actual gobernadora de la Provincia de Buenos Aires porque cuando salió a hacer campaña era una desconocida y terminó ganando las elecciones. En ese sentido, hay una importante semejanza con Verónica, ya que debe hacerse conocer tierras adentro.
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