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MIGUEL SOFÍA DETENIDO EN POCITOS

Habla Caggiani: “Yo estuve en la lista del Escuadrón”

Alrededor de las 22 horas del martes 8 de enero fue detenido el Dr. Miguel Antonio Sofía Abeleira mientras caminaba por una calle de Pocitos. Allí cerca cuenta con un apartamento en Ellauri 350. Está acusado de integrar el Escuadrón de la Muerte, de desapariciones forzadas y homicidios cometidos durante la dictadura militar. Un trabajo conjunto, digno de destaque, entre la Fiscalía y la Dirección de Crimen Organizado e Interpol permitió lograr su captura.

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Caras y Caretas Diario

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Por Víctor Carrato

Mientras los efectivos que allanaron los apartamentos de Miguel Sofía en el edificio Miami Boulevard, de parada 5 de Punta del Este, informaban a Montevideo sobre la documentación incautada, otro grupo de efectivos de Interpol analizaban los datos obtenidos.

En permanente contacto con Fiscalía, se decidió montar un operativo de búsqueda y captura entre Pocitos y Punta Carretas. Efectivos de esa repartición del Ministerio del Interior salieron a recorrer las calles hasta que divisaron a un sujeto que respondía a las características de Sofía.

Sin embargo portaba un documento con otro nombre, que luego se verificó era falso, a nombre de Adolfo Aldo Casaballe Lapido. Así relató los hechos el colega Carlos Peláez.

Su fuga de 10 años, y con alerta roja de Interpol desde el 2 de enero de 2014, llegó a su fin.

 

Payssé pidió la captura internacional

En febrero de 2010, apenas terminada la feria judicial, el doctor Guillermo Payssé, en representación de Ana Castagnetto da Rosa, hermana de una de las víctimas del Escuadrón de la Muerte, solicitó a la jueza Graciela Eustachio la captura internacional de Miguel Antonio Sofía Abeleira.

El entonces fiscal letrado en lo Penal de 1º Turno, Dr. Ricardo Perciballe, solicitó el procesamiento y prisión de Miguel Antonio Sofía Abeleira por un delito de asociación para delinquir en calidad de autor en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de desaparición forzada y dos delitos de homicidio muy especialmente agravados en calidad de coautor. La jueza Eustachio había solicitado la captura de Sofía sólo a nivel nacional, aunque todo hace suponer que el prófugo se encontraría fuera del país. El último domicilio conocido de Sofía era Mercedes 1452.

 

40 años de afiliado al Partido Colorado

En una nota publicada en la revista Caras y Caretas, el 30 de abril del año pasado, Sofía accedió a responder a las preguntas del periodista Luis Casal Beck. En una de sus respuestas, Sofía dice: “Que he ingresado a Estados Unidos en más de 30 oportunidades”. “Nunca fui declarado persona no grata por el gobierno de Estados Unidos”. También declaró que tenía “más de 40 años de afiliado al Partido Colorado” y que “no he resuelto a quién votaré”, refiriéndose a los cuatro precandidatos de dicha colectividad política.

El periodista Luis Casal Beck destacó que Sofía Abeleira amenazó con volver pronto al país, “dejando al desnudo (ante la Justicia) todas las falsedades y ataques de que he sido víctima durante estos casi últimos 40 años”. Sin embargo, luego del procesamiento de otros integrantes del Escuadrón de la Muerte, como Freitas y Bardesio, el desafiante Sofía no se presentó ante la Justicia “a defender su inocencia frente a la solicitud fiscal y el caudal de pruebas en que se fundamentó la misma, y probablemente siga huyendo de la Justicia, a estar a lo que viene siendo su actitud procesal, por lo que se solicita su captura internacional”, dijo entonces el Dr. Payssé a La República.

 

Caggiani sería el siguiente

Ariel Caggiani, un uruguayo actualmente residente en Suecia, habló con Caras y Caretas. Tiene prontas las valijas para volver a Uruguay, está escribiendo un libro sobre el Escuadrón de la Muerte y su demora se debe a la legalización de amenazas recibidas en el país nórdico.

Caggiani estaba en la la lista del Escuadrón, según cuenta, y sería la próxima víctima después del asesinato de Íbero Gutiérrez que se produjo el 28 de febrero de 1972. En la lista había otras personas más. Quien tenía la lista era Miguel Sofía, que vivía en la misma manzana que Caggiani, en Punta Gorda, y en la misma cuadra que Íbero Gutiérrez, en la calle Hernani, casi Caramurú.

Caggiani fue amigo de la infancia de Íbero Gutiérrez, recuerda cómo se enteró de su muerte y las razones por las que debió exiliarse en Chile.

Estuvo detenido 20 días en el Estadio Nacional de Santiago donde fue “interrogado”. Gracias a la colaboración del embajador sueco y las coimas “escapó” de la muerte y se exilió en Suecia. Desde allí trabajó en la solidaridad con Chile y Uruguay, y redactó la primera declaración de líderes socialistas y socialdemócratas europeos con nuestro país, que pedía la libertad del general Liber Seregni y de todos los presos políticos.

Caggiani nunca fue tupamaro, era afiliado al Partido Socialista. Su único “delito” fue militar alrededor de un año en el comité de base del Frente Amplio de su barrio, ubicado en Palermo, entre Príamo y Gral. Paz.

 

Asesinato de Íbero Gutiérrez

En la calle Hernani Nº 1541, en Punta Gorda, vivían los padres de Íbero Gutiérrez. En ese barrio se había criado. “El domingo 27 almorzó en mi casa, con la familia. Luego Olga, su esposa, fue a casa de una compañera a estudiar. En mi auto yo llevé a Ibero hasta su departamento. Eran las 3 de la tarde, aproximadamente. Lo dejé en la esquina, a poca distancia de su casa, con el brazo levantado, saludándome. Esa es la última imagen que tengo de él”, contaba el padre de Ibero.

Su compañera Olga relató los últimos trágicos momentos: “Quedamos en encontrarnos a las diez y media u once de la noche. Él iba a pasar a buscarme por la casa de una compañera, donde yo estaba estudiando. No vino y eso nos sorprendió, porque Íbero era puntual. Así que cerca de medianoche estábamos muy nerviosas, porque no aparecía. Con unos familiares fui hasta nuestro apartamento y allí todo estaba en orden. Íbero no estaba. El lunes en la mañana, temprano, fui con el padre de Íbero a la Jefatura. Allí dijeron que no sabían nada de él. Seguimos investigando hasta cerca de las 7 de la tarde, sin resultado. Fue cuando nos informaron que había aparecido su cadáver”.

El lunes 28 de febrero, la Oficina de Prensa de las Fuerzas Conjuntas emitió su comunicado Nº 43, a la hora 22. El parte decía: “En el día de la fecha, siendo aproximadamente las 12.00 horas, como consecuencia de un aviso anónimo, integrantes de las Fuerzas Conjuntas hallaron debajo de un árbol, ubicado a unos quince metros de la intersección de Camino de las Tropas y Camino Melilla, el cuerpo sin vida de una persona del sexo masculino presentando varias heridas de bala”.

 

Seregni: “Íbero simboliza lo mejor de la juventud uruguaya”

El líder del Frente Amplio, Gral. Liber Seregni, dijo que el ejemplo de Íbero simbolizaba lo mejor de la juventud uruguaya en la lucha hermosa por la liberación de la patria. Así lo expresó en el acto de homenaje póstumo que convocó la FEUU.

Mario Benedetti, quien compartía con el joven su militancia en el Movimiento 26 de Marzo, lo retrató como militante, poeta y hombre: “Esa bondad, esa preocupación por el prójimo, esa esperanza incólume, que están patentes en sus poemas, son una conmovedora muestra de la riqueza interior de un revolucionario. Nosotros mismos a veces perdemos de vista ese nivel humano, que no por humano deja de ser político sino que es más político que nunca”.

Cuarenta y ocho horas después del asesinato de Íbero, el Frente Amplio solicitó en el Parlamento una investigación sobre el Escuadrón de la Muerte.

 

Abel Ayala, la primera víctima

Abel Adán Ayala Álvez era oriundo de Rivera, había nacido el 15 de noviembre de 1943, (en 1971 tenía 28 años) era soltero y vivía, como pensionista, en un hogar para estudiantes católicos de la iglesia parroquial del Cerrito. No tenía antecedentes de militancia política o gremial. El viernes 16 de julio de 1971, tres hombres llegaron a la casa de Susana, compañera de estudios y de trabajo de Ayala. Un individuo de complexión gruesa, 1,80 de estatura, que conducía un automóvil color rojo marca Opel y que dijo pertenecer a Sanidad Policial, se presentó y preguntó por Ayala. Al no encontrarlo allí, se fueron.

El sábado 17 de julio, Abel se dirigía a la casa de una compañera de estudios y funcionaria de Sanidad Policial en Pocitos. Iba a devolverle un libro.

En ese trayecto es detenido en la vía pública. Sus captores lo trasladaron al Departamento Nº 6 de Información e Inteligencia de la Jefatura de Policía de Montevideo, al mando del comisario Pedro Macchi. Ese mismo día, su compañera de trabajo, Susana, presenta denuncia por la desaparición de Abel Ayala ante el Departamento de Inteligencia y Enlace. El Ministerio del Interior y la Jefatura de Policía de Montevideo no iniciaron expediente relativo a la desaparición del funcionario policial. También ese sábado 17 de julio de 1971, el hermano de Abel, Ariel Ayala, es detenido en una “ratonera” cuando iba a encontrarse con la compañera de estudios y de trabajo para hablar sobre la denuncia.

Abel Adán Ayala estudiaba Medicina y había pasado a 3er. año de la facultad cuando desapareció. Trabajó como profesor de Biología y Física en el liceo de Rivera y en Montevideo era funcionario en Sanidad Policial, encargado de relaciones y asesor con el grado de agente de 2ª desde el 4 de febrero de 1969.

 

Manuel Ramos Filippini, la segunda víctima

El sábado 31 de julio de 1971, entre las 2 y las 3 de la madrugada, personal de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII), al frente de Oscar Delega y Washington Grignoli, vestido de particular y que se movilizaba en dos vehículos, un automóvil Volkswagen y una Combi con chapas falsas, llegó al domicilio de María Zulma Filippini.

En la calle Talcahuano 3134 bis, entre Ricaldoni y Alfredo Navarra, a media cuadra del Estadio Centenario, atrás de la tribuna Ámsterdam, allí vivía Manuel Antonio Ramos Filippini con su madre. Los hombres mostraron documentos que los identificaban como policías. En la puerta se presentó el comisario Oscar Delega, quien le expresa a la madre que iban a buscar a su hijo por una cuestión de rutina. Delega le dijo que se quedara tranquila que en un rato más iba a estar por allí. Conminado a concurrir a la Jefatura, Manuel Ramos Filippini le pidió un pullover a su madre y la tranquilizó, asegurándole que regresaría pronto. Según el dictamen fiscal, “tras ello, Ramos Filippini fue ultimado en lugar desconocido mediante 12 balazos en su cuerpo.

El documento de la Justicia agrega que “muy poco tiempo después el cadáver fue dejado en la zona rocosa de la playa Pocitos, a la altura de la calle Pereira de la Luz, detrás del parador Kibón. Junto al cuerpo se esparcieron panfletos pertenecientes a la organización autodenominada Comando Caza Tupamaros-Grupo Oscar Burgueño”.

María Zulma Filippini, la madre de Manuel, logró identificar no sólo al comisario Delega sino también a Miguel Sofía (cuyo procesamiento fue solicitado) y a Oscar Rodao, un policía de Durazno, departamento de donde también era originaria la familia Ramos Filippini. En sus confesiones al MLN, el fotógrafo policial e integrante del Escuadrón de la Muerte Nelson Bardesio identificó a Rodao como uno de los policías reclutados por orden del entonces subsecretario del Interior, Carlos Pirán, para integrar un “grupo de inteligencia” compartimentado y entrenado para la vigilancia y seguimiento de personas en Argentina. Después comenzaron su accionar poniendo bombas de gelinita, secuestrando y asesinando jóvenes.

Ante testigos calificados como los legisladores Zelmar Michelini, Hugo Batalla, Daniel Sosa Díaz, Héctor Gutiérrez Ruiz, Juan Pablo Terra, Guillermo García Costa y Juan José Sotuyo, el entonces policía Mario Benítez Saldivia aportó detalles y acciones del Escuadrón de la Muerte voluntariamente. Su testimonio fue realizado antes de que se conocieran las confesiones de Bardesio y coincidían exactamente en varios aspectos.

 

La desaparición de Héctor Castagnetto

Alrededor de las 10 de la mañana del martes 17 de agosto de 1971, Héctor Castagnetto Da Rosa salió de su casa de la calle Luis Lamas 3474, apto. 1. Se dirigía a Malvín. No se supo más de él. Tenía 19 años. Nunca más regresó.

En las inmediaciones de Avenida Italia y Propios fue detenido por el subcomisario Delega del Departamento 5 de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) y otros funcionarios del Departamento 4, los que viajaban en el automóvil de su jefe, Pablo Fontana. Frente al Hotel Carrasco los secuestradores se juntan con Nelson Bardesio y el inspector Pedro Freitas, que viajaban en un VW escarabajo de color blanco propiedad del Ministerio del Interior. Inmediatamente, ambos grupos se dirigieron hacia un rancho ubicado en el balneario de El Pinar, que se encontraba abandonado y que años antes había pertenecido al MLN. “En el lugar la patota procedió al interrogatorio y tortura de Castagnetto, probablemente para que aporte el lugar donde se encontraba la ‘Cárcel del Pueblo’ (lugar en el que el MLN mantenía en cautiverio a las personas secuestradas)”, dice el dictamen fiscal.

Transcurridas las horas, al anochecer del mismo 17 de agosto, Delega ordenó el traslado de Castagnetto a una casa ubicada en Araucana y la Rambla (en Carrasco), perteneciente al Ministerio del Interior, donde residía el paraguayo Pedro Closas Cuevas, quien los aguardaba. Allí permanecieron toda la noche junto a Freitas, Delega y Bardesio.

A la mañana siguiente al lugar llegaron Miguel Sofía y los policías del Departamento 4 de la DNII, por lo que se marcharon Bardesio y Delega, en tanto aquellos continuaron con los interrogatorios y tortura de Castagnetto.

En la tardecita del 18 de agosto Delega pasó por el estudio fotográfico Sichel, de Bardesio, para que consiguiera alguien en el Puerto de Montevideo a fin de que les franqueara el ingreso al mismo. Así, Bardesio se conectó con el capitán de la Marina Jorge Nelson Nader Curbelo. Tras ese contacto Castagnetto fue sacado de la casa de Araucana y subido al vehículo de Closas, donde también se ubicaron Miguel Sofía y los funcionarios del Departamento 4. En el lugar también se hallaba Bardesio, que se encontraba en su automóvil VW junto a Delega. Ambos grupos emprendieron la marcha y se dirigieron a Propios y Pasaje Hansen, en la esquina con Verdi, donde se encontraba esperándolos Nader. “Producido el encuentro, los tres vehículos se dirigieron al Puerto de Montevideo, donde, luego de ingresar en el auto de Nader con Castagnetto, este fue arrojado al mar sin saberse hasta el momento si lo hicieron estando vivo o muerto”, dice la Justicia. Eso fue alrededor de la 1 de la madrugada.

 

Miguel Sofía, alias “José”

Las pruebas contra “José” -ese era el alias de Miguel Sofía en el Escuadrón de la Muerte- son variadas: abundan los testimonios que lo involucran en acciones ilegales de la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), y otros cualitativamente muy importantes -por tratarse de sus excómplices- lo señalan como uno de los civiles operativos en casos de atentado y desaparición forzada de personas.

A la vez, declaraciones de un exlegislador lo vinculan a actividades delictivas en la época represiva predictadura, en tanto que el acopio de información de prensa de los años sesenta y setenta ayuda a armar el rompecabezas del Escuadrón, en el cual Sofía encastra como pieza importante.

La declaración brindada a los tupamaros por el exfotógrafo policial Nelson Bardesio -mientras estuvo secuestrado en 1972 en la denominada “Cárcel del Pueblo”- es particularmente reveladora, relata el colega Walter Pernas en Brecha.

Bardesio, un integrante del Escuadrón de la Muerte que ahora se encuentra detenido en prisión domiciliaria, describió con lujo de detalles cómo se realizó en agosto de 1971 el secuestro y la desaparición forzada del estudiante Héctor Castagnetto.

En ese testimonio sostuvo que Sofía participó del secuestro, tortura y desaparición del joven. “A primera hora de la mañana llegaron los dos funcionarios en compañía de Miguel Sofía, a quien llamaban José y que había sido presentado por (Pedro) Closas en el Ministerio como su principal ayudante.

El afiliado número 1
Miguel Sofía: “Desde las elecciones de 1966 en que pude votar, siempre milité en el Partido Colorado y fui afiliado al mismo. Primero milité en filas de la lista 315 del Dr. Amílcar Vasconcellos, luego en filas de la 123 de Jorge Pacheco Areco y con posterioridad, en la lista 15. El tener más de 40 años de afiliado al Partido Colorado me ha llevado, como usted dice, a ser el afiliado número 1 de dicha fuerza política y no porque lo solicitara sino porque me correspondía”. Esta declaración de Sofía forma parte de una entrevista realizada por Luis Casal Beck y publicada en la edición número 398 de Caras y Caretas, del 30 de abril de 2009.

 

Varias entradas a Uruguay

Según datos de Interpol a los que accedió Caras y Caretas, Miguel Antonio Sofía Abeleira, uruguayo, nacido el 24/08/1948, cédula de identidad 1.153.871-5, se encontraba requerido desde el 26 de marzo de 2010.

En febrero de 2010, el doctor Guillermo Payssé, en representación de Ana Castagnetto da Rosa, hermana de una de las víctimas del Escuadrón de la Muerte, solicitó a la jueza Graciela Eustachio la captura internacional de Miguel Antonio Sofía Abeleira.

Miguel Antonio Sofía Abeleira, aparentemente se fugó de Uruguay el 4 de abril de 2009, a las 09.55 en el vuelo de Pluna PU 163, según datos de la Dirección Nacional de Migraciones.

Sin embargo, Sofía poseía Notificación Roja a Nivel Internacional desde el 02/01/2014.

Los datos de Interpol reportan que Sofía registra una entrada por Fray Bentos el día 10 de febrero de 2017. En tanto se reportan siete salidas por Fray Bentos, con fechas 5 de febrero de 2017, 7 de marzo, 30 de mayo, 16 de julio, 13 de noviembre, todas en 2017. Mientras que este año, se registraron salidas, también por Fray Bentos, el 3 de enero y el 26 de febrero.

Todos estos movimientos los realizó con el documento falso a nombre de Adolfo Aldo Casaballe Lapido, efectuados en el vehículo matrícula SBU 1633, en el cual se desplazaba Sofía.

El documento utilizado registra que Casaballe Lapido es nacido el 28/05/1944 y su número de cédula de identidad es 1.006.987-0.

Interpol Washington también reporta que Sofía ingresó a Estados Unidos, vía Miami, el 11 de julio de 2014, aun con la Notificación Roja a Nivel Internacional, partiendo en el vuelo 43 de Avianca desde Nueva York, destino Medellín, Colombia.

No se conocen datos sobre el uso del pasaporte utilizado.

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