Arqueólogos israelíes descubrieron los restos de un baño ritual judío en una roca ubicada al pie del Monte de los Olivos, en Getsemaní, Jerusalén. Allí, según la Biblia, Jesús se retiró en oración después de la última cena, antes de ser traicionado por Judas, arrestado y, finalmente, condenado a morir crucificado. También hallaron lo que queda de una iglesia de hace 1.500 años del período bizantino, de acuerdo con información de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
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«Por primera vez tenemos evidencia arqueológica de algo que estaba aquí en el período del Segundo Templo, en los días de Jesús», explico el jefe del área de la IAA encargada del trabajo arqueológico, Amit Re’em, en declaraciones a The Times of Israel.
En la época de Jesús, Getsemaní habría sido un campo fuera de los muros de Jerusalén lleno de olivos. Según los arqueólogos, «el descubrimiento del baño, sin edificios, probablemente atestigua la existencia de una industria agrícola en el lugar hace 2.000 años, posiblemente produciendo aceite o vino», ya que que las leyes judías obligaban a los trabajadores involucrados en la producción de aceite y vino a purificarse. «Según la ley judía, cuando se produce vino o aceite de oliva, es necesario purificarse», explicó Re’em, «así que hay una alta probabilidad de que durante la época de Jesús, en este lugar hubiera una prensa de aceite», agregó.
Este baño ritual representa la primera vez que hay evidencia arqueológica física en Getsemaní, donde los cristianos han peregrinado durante siglos, en conexión con el periodo del Nuevo Testamento. Para Re’em esta es una evidencia científica de que Jesús existió, una idea que viene siendo debatida hace siglos, ya que hay señales o pruebas de su vida física, pero el epicentro de la discusión es su condición de hijo del Dios católico.