La hidradenitis supurativa -mal llamada “acné inversa”-, es una enfermedad poco conocida, que afecta entre el 1 y el 4% de la población mundial. Se trata de una enfermedad inmunológica, inflamatoria, crónica y recurrente de la piel, cuyo origen se desconoce, aunque podría relacionarme a una respuesta anormal del propio sistema inmune Esta patología que suele aparecer después de la pubertad y que se manifiesta a través de lesiones dolorosas e incómodas, como pueden ser nódulos inflamados, llagas o forúnculos en áreas donde crece el vello (ingle, axilas y/o entre los glúteos) o donde una parte de la piel se roza con otra, como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres. Se trata de una enfermedad para la cual prácticamente no hay cura, pero estudios recientes muestran importantes avances en la forma de combatirlo. En efecto, recientemente, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los EE.UU aprobaron el primer y único medicamento biológico ANTI-TNF para la hidradenitis supurativa: el Adalimumab. Este medicamento fue aprobado para el tratamiento de pacientes con hidradenitis supurativa de moderada a severa, con respuesta inadecuada a los tratamientos sistémicos convencionales. Los resultados de esta terapia fueron presentados en el “24º Congreso de la European Academy of Dermatology and Venereology” (EADV), en Dinamarca En este sentido, el doctor Néstor Macedo -dermatólogo y miembro de la Sociedad de Dermatología del Uruguay- afirmó que el tratamiento de esta enfermedad “constituye un enorme desafío”, ya que “se han ensayado cursos repetidos con antibióticos, isotretinoina sistémica, y cirugía, pero en general estas opciones terapéuticas no han sido satisfactorias para lograr un control a largo plazo de la enfermedad”. En este marco, Macedo explicó, en un artículo publicado por la Fundación Salud, que “la remoción quirúrgica de las áreas comprometidas a menudo requiere amplias amputaciones mutilantes”. “Por eso, con el advenimiento de las terapias biológicas, se abre una nueva expectativa en el control de la enfermedad”, afirmó Macedo. ¿Cómo se manifiesta? El especialista explicó que el evento primario de esta enfermedad “es la oclusión folicular debido a una queratinización anormal a nivel del folículo”, lo que “deriva en la formación de quistes y la posterior ruptura del folículo a inflamación, formación de abscesos, trayectos sinuosos, y cicatrices mutilantes”. A nivel clínico, la enfermedad “se manifiesta por la presencia de nódulos dolorosos, abscesos, fistulas, y cicatrices profundamente antiestéticas”. Las que provoca esta enfermedad son “dolorosas y frecuentemente drenan de manera espontánea”. Asimismo, Macedo señaló que es una enfermedad “crónica, recurrente o recidivante, con episodios de exacerbación durante años. En los casos severos se evidencia la formación de cicatrices, que deforman las áreas afectadas”. En general, se trata de una enfermedad con diagnóstico tardío, a raíz de la vergüenza que provocan sus efectos en los pacientes. La enfermedad que suele ser abordada multidisciplinariamente entre el dermatólogo, el médico general y el cirujano para el tratamiento óptimo. Sin embargo, las terapias para la hidradenitis supurativa se solían ubicar en la categoría de necesidad médica insatisfecha por la falta de un tratamiento efectivo. Hasta ahora se aplicaban una gama de procedimientos, como por ejemplo: antibióticos para combatir infecciones; antiinflamatorios para bajar la inflamación; cirugía para remover la piel dañada; pequeñas incisiones y drenajes; pero las opciones terapéuticas eran muy limitadas. Por eso, la aparición de esta nueva terapia abre expectativas favorables para el control de esta enfermedad, dijo Macedo.
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