Guido Manini Ríos ordenó a los militares en actividad a no asistir al homenaje que el Centro Militar tenía previsto en memoria del dictador Gregorio Álvarez. Al momento de morir, el 28 de diciembre de 2016, Álvarez cumplía una condena por 37 homicidios muy especialmente agravados, siendo sus víctimas personas detenidas y desaparecidas. Un homenaje a un genocida es inconcebible en una sociedad democrática. El ministro de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, expresó: «Quienes profesamos profundas convicciones democráticas, no tenemos en nuestro ideario conmemoraciones de este tipo», a la vez que recordó que el Centro Militar es una asociación civil sin vínculos con el ministerio. Según ha trascendido, Manini Ríos se comunicó con Carlos Silva, presidente del Centro Militar, y le sugirió que suspendiera el homenaje, ya que eso perjudicaría la negociación política por la reforma de la Caja Militar. Con ese argumento altruista, el Centro parece no haber tenido problemas en entender la inconveniencia del acto y lo suspendió sin más trámite.
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