Hubiera preferido que el mensaje fuese más escueto y se limitase a establecer los límites de la negociación. En lugar de una larga y olvidable composición escolar, prolijamente dicha por Fernando Vilar hubiese optado por algo más directo. Algo que no diese lugar a la búsqueda de errores o planteamientos rebatibles. No me sumo a quienes critican a Tabaré por no haber aparecido personalmente optando, en cambio, por comunicarse por vía de un profesional. Fue lo que se llama “medida espejo”, ya que en Durazno también fueron comunicadores quienes enunciaron la proclama. Supongo que, en ambos casos, lo determinante fue la extensión del mamotreto. Difícil que un no profesional lo hiciera sin incurrir en furcios y equivocaciones. Lo de “medida espejo” me parece que no fue lo medular ya que, en ambos casos, lo importante era lo que se decía y no quién o quiénes lo hacían. Temo, incluso, llegar a destiempo con mis consideraciones, ya que tanto la declaración-proclama de Durazno cuanto la respuesta gubernamental son documentos olvidables. Lo que no es olvidable es que tenemos un conflicto serio entre una fuerza autoconvocada (cosa de la que me permito dudar) que no pretende representar únicamente al descontento de los productores agrarios. Cubriéndose con la bandera nacional, afirma representar a “Un solo Uruguay” y enfrenta al gobierno, que sí lo representa legítimamente. Supongo que tal cosa también fue la pretensión de Aparicio Saravia cuando se levantó “por la patria”, la de los golpistas del 73 y la de quienes los resistimos. Nadie puede ser condenado por querer representar a todo el país o, por lo menos, a lo mejor del mismo. Nadie tampoco debe creerse lo que proclama. Nadie representa a todo el país y, mucho menos, nadie puede creerse el único con derecho a enarbolar la bandera nacional. Tal pretensión divide y enfrenta. Y, creo, todos debemos ser cuidadosos respecto de la unidad de base que conforma el ser nacional. No creo que el desaforado que proclamó “¡Aunque tenga que correr sangre!” lo esté buscando de verdad; más bien lo atribuyo a un “irse de la lengua” en el entusiasmo oratorio. Pero, eso sí, más vale que todos lo tengamos en cuenta; si empieza a correr, nadie le va a hacer asco. Todo bien, pero cuidado con las palabras. Traicionan deseos escondidos y pueden volverse realidad. El asunto central, por lo menos lo que yo hubiese preferido, es la respuesta. Que, para mí, no tenía que ser ni larga ni referirse al pasado, sino que debía ser algo así como: “Hemos escuchado con profunda atención y estamos dispuestos a atender todo lo que ha sido solicitado con algunas condiciones. La primera, que lo solicitado sea justo. Lo segundo, que sea posible sin alterar el equilibrio económico del país”. Sobre esta base conversaremos y seguiremos buscando soluciones. Si la pretensión es otra, cada cual es libre y responsable. En fin, esto es lo que yo hubiese contestado y es lo que el gobierno está haciendo. ¡Nada de composiciones escolares! ¡Hechos! No hay que darle vueltas a lo que es sencillo. Lo justo y lo posible se acordará; y lo que no es justo, o no es posible sin poner en alto riesgo los equilibrios macroeconómicos, no se acordará. Pregunto: ¿alguien tiene la pretensión de que les quite a otros para favorecerlo? ¿A quién? Tengo decenas de miles de jubilados y pensionistas ganando menos de 15.000 pesos. Decenas de miles de trabajadores ganando menos de 20.000: ¿les saco a ellos? Dejando de lado la cháchara acerca de la locomoción oficial o de la empleomanía que con números se desmiente, ¿a quién le saco? Enseñanza, Policía, salud pública, asistencia… ¿a quién? Fueron muy prolijos en la enumeración, pero se han olvidado de algunas cosas y no fue un olvido casual, sino que es un olvido político. Un olvido de clase. Una omisión voluntaria. Cierto, desaparecen mil productores por año; no de ahora, desde siempre. Las leyes que rigen el capital no están suspendidas para el campo. El grande se come al chico. El tigre se come al venado, el tiburón a lo que venga y el latifundista al minifundista. Ciudadanos autoconvocados que se sienten cruzados del buen gobierno y de la justicia, ¿cómo es que se han olvidado de los arrendamientos? ¿Cómo puede ser que reclamen rebaja de lo que los colonos deben pagar por la tierra que recibieron de “papá Estado” y no reclamen rebaja de los arrendamientos? ¿Son todos productores? ¿Nadie arrienda en este país? Vamos, vamos, somos pocos y nos conocemos. Con un salario de 20.000 pesos se podría vivir si el alquiler fuese de 5.000, y con un tercio de lo que se está pagando por concepto de arrendamiento del campo que se trabaja ¡también! Si yo fuese gobierno, en aras de la difícil situación económica de muchos de los habitantes del país, la emprendía contra los alquileres y los arrendamientos. ¡No me digan “comunista”, ya lo fui y sigo respetando a ese partido! Ser comunista no descalifica, fueron blancos y colorados los que mantuvieron congelados los alquileres como 20 años. ¿Sería “comunista” César Batlle? Por mi cuenta dejaba de sostener al dólar para que no se caiga y dedicaría esa montonera de mala moneda a expropiar todo campo que no sea trabajado por su dueño. ¿No les gusta la idea? ¿Cómo hacemos para que la bandera nacional tape este olvido en los reclamos? Hubo otro olvido que tampoco ha sido casual sino voluntario. Las Fuerzas Armadas. 450 millones de dólares anuales nos está costando su servicio de retiro. Año y medio y ya emparejamos con el despilfarro de Ancap. Con el agravante de que este ya se corrigió y los retiros militares irán creciendo. ¿Qué pasó? ¿Son tuertos o miran únicamente lo que les conviene? Así que “hay que revisar el régimen de jubilaciones” porque la gente vive más tiempo, pero a la Caja Militar nadie le mete mano. Tenemos una Marina casi sin barcos y una Aviación con aviones que exigen heroísmo para ponerlos en el aire y necesitamos urgentemente dotar estas Armas. Con lo que se precisa para custodiar nuestro espacio aéreo y marítimo. No precisamos dotarnos de submarinos, portaaviones o misiles balísticos. Tampoco necesitamos tanto ejército de tierra. El país no puede seguir fingiendo que necesitamos un ejército con tanta gente, con cañones y blindados cuando no existe posibilidad alguna de conflicto bélico clásico. Lo que no quiere decir que no necesitemos una guardia territorial dispuesta y entrenada para servir a sus conciudadanos ante emergencias naturales, sean estas ciclones, inundaciones, sequías o la eliminación de las ranas toro. Lo aprecio positivamente, ya que es una operación necesaria, que requiere mucha gente coordinada en un solo y gran operativo. No desprecio a la Defensa Nacional, pero tampoco la sobrevaloro, ni los quiero justificando su existencia en labores policiales ni como instrumento de represión interna. Justamente, el haberlo sido es lo que impide la formulación de una doctrina de la Defensa Nacional que los ponga en el papel de especialistas militares que conduzcan la resistencia de todo el pueblo. Las heridas del pasado han abierto una ancha zanja que nos separa. Nosotros no estamos dispuestos a perdonar y confiar en tanto un equivocado sentimiento de defensa del camarada no eche luz de verdad sobre lo sucedido en el pasado. En fin, es un tema que se coló porque los autoconvocados se olvidaron de lo que nos cuesta y porque los acuso de olvidarse con la esperanza de tenerlos de su lado si “tiene que correr sangre” o algo así. Me gustaría saber, con certeza, ¿de qué lado están? Y ¿de qué lado estarían si…? Y me conformo, mejor dicho, reclamo un claro pronunciamiento de respeto y acatamiento de las instituciones. De neutralidad respetuosa de la Constitución. De toda la Constitución. Queda poco espacio y no quiero que se me quede sin tocar una preocupación constante. El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, que nos obliga a todos y no únicamente a ellas, y abril es el Mes de la Mujer. Mi saludo, mi respeto, mi convicción de la justicia del reclamo de igualdad en la proclama y en la práctica. Y mi reiterada preocupación por la Nueva Agenda de Derechos en tanto miro alrededor de nuestro país. Estoy orgulloso del laicismo tolerante de este país y, por eso mismo, preocupado por mantenerlo. El régimen patriarcal está ligado a las religiones judeocristianas y a otras también, pero aquí son “las del libro” las predominantes y todas están decidida y frontalmente en contra de esta nueva agenda. Hace pocos días Lilita Carrió logró que se aplazara la discusión sobre la despenalización del aborto en Argentina con el pretexto de que sería un pecado tratar el tema durante la Cuaresma. ¡Como si para todos fuese lo mismo su Cuaresma que este entretiempo que va de Carnaval a Semana de Turismo! Ojo al gol, como dicen. Pongan atención a los “si Dios quiere”, a los que dicen “Semana Santa o de Turismo”. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. La reacción tiene muchas caras, pero siempre, tras esa multitud de presentaciones, está la convicción de que existe un “orden natural” del que no debemos apartarnos, orden que rige en lo social, en lo económico y también en las relaciones entre los sexos.
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