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Argentina

Impresión monetaria, los símbolos del poder

Por Eduardo Silveyra.

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Por Eduardo Silveyra

Desde Buenos Aires, especial para Caras y Caretas

La impresión de billetes con una nueva estética en la que la ausencia de personajes históricos es notoria (fueron cambiados por animales en peligro de extinción y ositos de peluche), forma parte de la embestida liberal contra cualquier forma de politización en la que esté presente la memoria colectiva. Personaje. Cuando el presidente del Banco Central Federico Sturzeneger, declara “El lugar hacia dónde vamos es sin próceres y sin historia”, en relación a la ausencia de estos en los nuevos billetes, nos está diciendo una verdad atroz. Ese lugar tiene un camino que lleva a la destrucción de la memoria colectiva con sus referentes liberadores y con un proyecto de nación, uno de los fines del liberalismo para sostenerse es despojar al ser humano de un proyecto político que lo convierta en un ser histórico e integral. Para nosotros la Patria es el Otro; para ellos no existe la Patria ni el Otro, tan sólo existen territorios poblados de usuarios y consumidores, manejados desde la información y desinformación de los medios de comunicación hegemónicos. La declaración de Sturzeneger no es para nada ingenua. Basta repasar su currículo en la página de la Universidad Torcuato Di Tella, de la cual es profesor, para saber que es una de las cabezas pensantes de la nueva asonada neoliberal. Allí nos enteramos de que es Ph. D. in Economics del Massachusetts Institute of Technology (1991) y que fue Profesor Asistente de Economía en UCLA (1991-1995), Economista Jefe de YPF (1995-1998), Decano de la Escuela de Negocios en Di Tella (1998-2000/2002-2005), Secretario de Política Económica de la República Argentina (2001), y Profesor Visitante de Política Pública en la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard University (2005-2007). En 2005, el Foro Económico Mundial de Davos, uno de los lugares desde el cual se dictan las políticas económicas globales del capitalismo, lo eligió como Joven Líder Global. Vale agregar que la Corte Suprema de Justicia confirmó su procesamiento por delitos de estafa cometidos durante el “megacanje” de deuda externa que llevó adelante cuando estuvo en el gobierno de la Alianza. Símbolos. Tanto la nomenclatura de una ciudad, como sus monumentos, hablan de todo lo que el poder oligárquico instituye desde el Estado cuando se apodera de él. Esta reflexión, que tributa a la mirada de Michel Foucault sobre las operaciones simbólicas del capitalismo sobre la cosa pública, tampoco deja lado a la impresión del papel moneda: los próceres estampados en los billetes durante el mandato de Carlos Menem eran Sarmiento, fomentador de limpiezas étnicas y otras destrucciones concretadas durante la Guerra de la Triple Alianza, o el General Julio Roca, quien con su Conquista del Desierto vino a concretar el segundo despojo de tierra a sus verdaderos dueños –-el primero fue durante la conquista española– para consolidar un modelo de país construido por latifundistas agroexportadores. Por lo cual, también es posible observar que extender la frontera agropecuaria no es una práctica nueva cuando se pretende volver a un modelo agroexportador ligado a la especulación financiera, que es hacia donde van las ganancias de los pooles sojeros a los que está ligada la oligarquía. Afirmar que el gobierno macrista es el mitrismo del siglo XXI no es una idea loca ni panfletaria, porque todas sus medidas apuntan a consolidar ese modelo de país excluyente y sin distribución de la riqueza. La imagen de don Bartolomé contribuye desde los 90 hasta el día de hoy en la estética del billete de $2. Impresiones. Una ciudadana suizo-argentina que fue coordinadora de prensa de las cuatro sedes de una multinacional dedicada a la telefonía celular en Europa hasta que la empresa debió dejar el continente tras la crisis capitalista de principios de siglo, argumentaba, cuando discutíamos con ella la despolitización manifiesta en la nuevas impresiones monetarias (que sustituyen las figuras de San Martín, Rosas, Evita e Islas Malvinas por animales en peligro de extinción), que no se puede aprender historia mirando billetes de banco. Sin embargo, es bastante lo que se puede aprender y enseñar. En ese sentido, el INCAA, durante el año 2015, convocó a un concurso de cortos con la premisa de “La moneda anda diciendo”. Tampoco se puede obviar que la serie lanzada por la anterior administración con el nombre Tenemos Patria fue reconocida por el  Regional Banknote of the Year 2015 por sus logros sobresalientes en el diseño, la sofisticación técnica y las medidas de seguridad de los billetes de banco, y por la excelencia a la hora de combinar estas características con el arte visual y la representación del patrimonio cultural de nuestro país, durante la 4° Conferencia Latinoamericana de Imprentas de Alta Seguridad, celebrada en Lima (Perú). Un hecho que contrasta con la pobre impresión de animales mal pintados y puestos al revés, tal el caso de la ballena austral, y que también expresan una paradoja trágica y burlona: el responsable de la impresión es Lucas Llach, conocido cazador y exterminador de guanacos que –precisamente, uno de los animales impresos. Lo que invalida de por sí las palabras de Macri cuando dijo “también vamos a cuidar de los animales”. Imágenes. El ex director del Banco Central, Alejandro Vanoli, obligado a renunciar un día antes de que el autoritarismo macrista comenzara su embestida, filtró, ante la andana de críticas que recibió el cambio de personajes históricos por una fauna salvaje rodeada de ositos peluche, las imágenes de los billetes que hubiera impreso su administración, entre los que estaban dos líderes del nacionalismo popular e impulsores de la unidad nacional y latinoamericana, como Yrigoyen y Perón. Este último habría sido imagen del billete de más alta denominación, el de $500, lo cual también es indicativo de que habría una inflación controlada. Todo lo contrario a lo que se presagia con la emisión de un billete de $1000 dedicado a un hornero que construye su nido, y que revela otra paradoja: las medidas de devaluación del peso tienen entre sus objetivos generar ingresos para pagar a los fondos buitres. Tal vez esa ave carroñera debería estar impresa en el billete, para homenajear a los saqueadores, dejando en paz al hornero, que, mientras sepamos que “anda diciendo la moneda”, no corre riesgo de extinción.

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