El exasentamiento Las Láminas de Bella Unión fue transformado en un verdadero barrio de 187 viviendas, por el esfuerzo de sus vecinos, la solidaridad uruguaya y el compromiso asumido por el presidente Tabaré Vázquez en 2005, afirmó la titular de Vivienda, Eneida de León, en la inauguración de obras en esa ciudad del departamento de Artigas.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Denominado Las Láminas por la madera que utilizaron los vecinos para construir sus viviendas al momento de instalarse en ese predio hace más de una década, es hoy un barrio que ocupa un predio de 20 hectáreas e inaugura obras de mejoramiento que benefician a los más de 800 habitantes que conforman 199 familias.
Las obras comenzaron en 2015, superan los U$S 9 millones e incluyen infraestructuras y equipamiento urbano, que comprenden vialidad, apertura de calles, sistema de drenaje de aguas pluviales, red de energía eléctrica, alumbrado público, ampliación de redes existentes de agua potable y de saneamiento, mejoramiento de la policlínica y creación de una plaza y cancha polifuncional.
En la ceremonia de inauguración la ministra De León felicitó a los vecinos, porque gracias a su entereza y lucha lograron salir de la situación tan vulnerable en la que estaban sumidos. “Ustedes nos han enseñado cómo ser solidarios y cómo organizarse para llegar más lejos”, les dijo.
Por su parte, Cecilia Cairo, titular del Programa de Mejoramiento Barrial, aseguró: “Este es un gran día para nosotros, las autoridades (…), porque tenemos que agradecerles (a los vecinos), ya que nos enseñaron que se pueden superar todas las dificultades, nos dieron muestras de lucha y de que en la vida hay que organizarse para salir adelante”.
Antecedentes Durante la crisis económica que afectó al país en 2002, los pobladores del exasentamiento Las Láminas presentaron indicadores de alta vulnerabilidad social con elevados niveles de mortalidad y desnutrición infantil que convocaron a la solidaridad de todos los ciudadanos uruguayos. Entre otras dificultades, los pobladores de esta localidad fueron víctimas de hepatitis, producto de la situación sanitaria de emergencia en que se encontraban.
Por tal motivo, los vecinos decidieron nuclearse en una comisión barrial y presionar a las autoridades de esos años para que se les otorgaran servicios esenciales. El primer logro fue la instalación de una canilla pública y la red eléctrica, a partir de gestiones ante el Ministerio de Defensa (propietario de las tierras en aquel entonces).
En 2005, durante la sesión del Consejo de Ministros realizado en ciudad de Bella Unión, el presidente Tabaré Vázquez se comprometió con los habitantes del asentamiento a otorgarles viviendas dignas. Así fue que, en agosto del 2008, el Ministerio de Vivienda firmó un acuerdo con los representantes de Las Láminas para determinar la viabilidad del predio donde se construirían.
La etapa inicial incluyó un censo que identificó, en 2010, 179 hogares y 719 personas. Se constató una situación de alta vulnerabilidad socioeconómica, con el 59 % de los hogares con jefatura femenina, el 40 % de los jefes de hogar sin educación primaria finalizada, y el 76 % de los económicamente activos dependía del trabajo en la caña de azúcar.
Por otra parte, el 91 % de las viviendas era de techo liviano (el 44 % era de paja, cartón y nylon), el 58 % tenía una sola habitación, que cumplía las funciones de cocina, dormitorio y espacio común. El 73 % de las paredes era de madera, lata y paja, la totalidad de los baños era de absoluta precariedad, construidos con latas, estaban ubicados fuera de la vivienda,muchos de ellos sin techo, y vertían a la superficie. El 60 % solo accedía a agua potable fuera de la vivienda, el 74 %, luz eléctrica, pero se usaba gas y leña para cocinar, y los niveles de confort estaban por debajo de los promedios habituales: sólo el 37 % tenía heladera.
El proyecto de ejecución de las viviendas definitivas se inició en mayo de 2011, en un proceso participativo en el que los vecinos intervinieron en la construcción de casas de hasta cuatro dormitorios a través de un sistema de ayuda mutua.