Tal y como fuera anunciado la inmunización masiva contra el coronavirus arrancó en Rusia y el Reino Unido.
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“Los ciudadanos rusos ya han empezado a recibir la vacuna Sputnik V del Centro Gamaleya en Moscú, mientras que a los británicos les será administrado a partir de este martes el antídoto BNT162b2 de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech” consigna en la jornada RT.
Ambos países aventajan a los EE.UU. donde aún no existe una vacuna aprobada para su uso, aunque la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) prevé reunirse el próximo jueves para decidir si autoriza, o no, la vacunación a gran escala con el fármaco de Pfizer y BioNTech, continúa explicando el medio de prensa.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), por su parte se encuentra analizando la solicitud de comercialización, tanto de la vacuna de Pfizer y BionNTech como del fármaco de la estadounidense de biotecnología Moderna.
“Se espera que los reguladores europeos emitan su decisión sobre la vacuna alemana el 29 de diciembre y sobre la estadounidense el 12 de enero”, consigna RT, quien abre a continuación una serie de interrogantes sobre lo que puede esperarse a partir de la vacunación.
Respecto a cómo es la inyección y qué se siente, RT describe, las experiencias de algunos de sus empleados quienes se ofrecieron como voluntarios en la fase 3 de los ensayos clínicos de Sputnik V, la primera vacuna registrada en el mundo tras demostrar su seguridad.
“Después de la primera dosis, parte de ellos experimentaron efectos secundarios leves como fiebre, fatiga, dolor de cabeza y dolor muscular. Al cabo de unos días, todos los síntomas desaparecieron.
Después de recibir la segunda y última dosis de la vacuna, ninguno de los trabajadores de RT que participó en los ensayos informó de efectos secundarios significativos”.
Con relación a las rutinas cotidianas, en los primeros días, luego de recibir la primera dosis “se aconseja no realizar ejercicios físicos intensos, y posteriormente, durante el tiempo que dure el ensayo, se recomienda no beber alcohol. Además, la persona no puede ponerse la vacuna contra la gripe en los treinta días siguientes tras haber recibido una dosis de Sputnik V.
En cuanto al fármaco de Pfizer y BioNTech, los efectos secundarios más graves reportados durante los ensayos fueron fatiga y dolores de cabeza, experimentados después de la segunda dosis”.
Las vacunas disponibles se administran en dos dosis (Sputnik V/Pfizer y BioNTech), en la primera dosis se “inicia la respuesta inmunológica con el desarrollo de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, mientras que la segunda debe potenciar sus efectos”.
No hay una “eficacia completa (…) hasta alrededor de una semana después de la segunda toma”.
Con respecto a este punto, RT, señala que “la vacuna de Moderna también se aplica en dos dosis, con 28 días de diferencia, mientras que los ensayos de desarrollada por la biofarmacéutica británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford demostraron que la inoculación tiene mayor eficacia (de hasta el 90 %) si se administra primero la mitad de una dosis, seguida de una dosis completa con al menos un mes de diferencia. La protección contra el covid-19 se genera 14 días o más después de recibir dos dosis de la vacuna”.
Respecto a un efecto de inmunización de por vida, se señala que “por ahora resulta imposible prever la duración de la inmunidad que generará cualquiera de las vacunas desarrolladas”, algo que sólo será posible de establecer en la medida que avancen las investigaciones que se realicen por los especialistas.
Los especialistas han señalado que, aunque se produzca la vacunación y a pesar de su efectividad, ello no supone dejar de atender al resto de las medidas que hasta ahora se han incorporado a la vida de las personas,” independientemente de que se hayan vacunado o no, todas las personas deben seguir cumpliendo con todas las restricciones pandémicas impuestas por las autoridades sanitarias locales”.
Respecto a la vacuna más eficaz, RT señala que “las empresas Pfizer y BioNTech, Moderna y el Centro ruso Gamaleya sitúan los niveles de efectividad de sus vacunas por encima del 90 %. En este sentido, resulta imposible evaluar en qué medida una vacuna en particular es mejor”.
Las diferencias si pueden compararse en términos de “precio y las características de su almacenamiento y transporte”.
“La vacuna de Pfizer y BioNTech, cuesta 19,5 dólares la dosis (39 dólares por las dos) tiene que conservarse a -70 grados centígrados y solo se puede descongelar hasta cinco días antes de su administración. Esto significa que para garantizar la vacunación de todos sus ciudadanos los países deberán contar con un sistema de producción, almacenamiento y transporte de ultracongelación, lo que supone un gran reto para muchos países (…) la vacuna de AstraZeneca no cuenta con una eficacia superior al 90 %, pero ofrece unos requisitos de almacenamiento relativamente sencillos (temperatura normal de un refrigerador), así como un precio significativamente más asequible. Según la empresa, una dosis de su vacuna costará entre cuatro y cinco dólares (…) en cuanto a Sputnik V —que tampoco requiere de temperaturas extremadamente bajas— las autoridades sanitarias rusas anunciaron que su vacuna será dos o más veces más barata que las vacunas extranjeras basadas en tecnología de ARNm con tasas de eficacia similares. Para los mercados internacionales, el precio total de las dos dosis necesarias para vacunar a una persona será de menos de 20 dólares, mientras que, para los ciudadanos rusos, la vacunación con Sputnik V será gratuita”.
Respecto a posibles “nuevas olas” de Covid-19, aunque se comience la vacunación, RT afirma que todavía es temprano para declarar por finalizada la pandemia, ya que, “algunos expertos advierten que la relajación de las restricciones frente al coronavirus durante la Navidad podría conducir a una tercera ola de la pandemia y advierten que este tipo de comportamientos comprometen el control de la extensión de la enfermedad”.
¿Podemos volver a la “normalidad”, cuándo?
La información del medio de prensa recuerda que se desconoce si las vacunas actuales “también puedan prevenir la transmisión del virus”.
«La vacuna no te ayudará si no la tomas», comenta el profesor Jonathan Van-Tam, asesor médico del Gobierno británico, que advierte de que una baja vacunación hará que las restricciones duren más. «No sabemos si esta vacuna [de Pfizer y BioNTech] o cualquier otra evitará la transmisión, tenemos que esperar a que la ciencia nos lo diga», recoge sus palabras The Telegraph (…) las restricciones «deben mantenerse» para evitar una «nueva ola de infecciones» que complique aún más la inmunización de la población mundial, señaló Van-Tam”.
Una vuelta a “la plena normalidad” significa “lograr un porcentaje significativo de inmunidad de la población a escala mundial”, algo que podría llevar meses o años, según del tipo de país del que se hable, remarcándose así las diferencias que existen en países con disímiles niveles de desarrollo.
El otro factor a considerar es “la desconfianza generalizada de la población hacia vacunas anticovid”.
En este sentido RT, recuerda lo que dijera, al respecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, «las personas de todo el mundo deben estar dispuestas a ponerse» la vacuna y los líderes mundiales deberían hacer todo lo posible “para combatir la difusión de información falsa, ya que muchas personas suelen desconfiar de este tipo de fármacos debido a la desinformación generalizada”.