El pasado viernes el presidente Donald Trump volvió a protagonizar otro de los hechos insólitos que lo caracterizan. Ese día, en el mismísimo despacho Oval y ante la prensa, el mandatario abandonó el acto oficial en donde debía firmar dos órdenes ejecutivas. En presencia del vicepresidente, Mike Pence, y del secretario de Comercio, Willbur Ross, Trump debía rubricar dos decretos que contenían medidas contra el fraude en el comercio. Se trataba de un acto protocolar y la firma debía ocurrir en el escritorio del despacho presidencial. Primero el vicepresidente se dirigió a los medios presentes para la ocasión y luego le siguió el turno al inquilino de la Casa Blanca. Pero éste sólo se limitó a catalogar las órdenes como «muy, muy especiales» y a prometer «resultados muy, muy pronto». Seguidamente Trump se dirigió a una de las puertas de salida del despacho y se hizo el indiferente a la pregunta de un periodista que lo interrogó sobre la petición de inmunidad solicitada por su exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, para comparecer ante los comités de inteligencia del Congreso. El propio Pence tuvo que recordarle que debía firmar las órdenes, a lo que Trump le indicó que agarrara los documentos para firmarlos en otro lugar. Lo siguiente que puede apreciarse en la escena es al vicepresidente tomando los papeles del escritorio y siguiendo a su jefe, que se fue sin responder una pregunta ni decir una palabra más.
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