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Jaraneando

Por Eduardo Platero.

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Caras y Caretas Diario

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Hoy me levanté a cumplir con mi tarea de dar a luz semanalmente mis opiniones que a nadie interesan, con un ánimo risueño; será porque está probado que amargarse no sirve para nada más que para ahondar la depresión. Por eso lo del título. Mi ánimo hoy está jocundo, propenso a ironizar. Total, por cuatro días locos que vamos a vivir…

El asunto es que, según la prensa, el pedido del arzobispo de Montevideo, cardenal Sturla, de erigir una estatua a la Virgen María en la rambla del Buceo, ha sido bien acogido por la Intendencia, que ya mandó un mensaje a la Junta proponiendo su autorización. Pero hay quienes se opondrían, no sé bien con qué razones. Se aprobará, sin duda. El problema podría estar en la contradicción entre una “verdad de la fe” y nuestras disposiciones legales, que establecen un plazo, después de la muerte, para que se erijan monumentos o se denominen espacios públicos con el nombre de alguien. Según me instruyó doña Tomasa cuando hice el catecismo en Mal Abrigo para poder comulgar, la santísima Virgen María no murió, sino que ascendió al cielo en cuerpo presente. Mi madre, que le era devota, había enmarcado una lámina en la que un sinfín de angelitos, blancos y regordetes, la empujaban hacia las alturas. Como soy partidario de que la estatua se levante en el sitio indicado, que es público y, por tanto, sujeto a las disposiciones legales que reglan el asunto, creo que sería prudente establecer la excepción. No sea cosa que los jueces, calientes por lo de las partidas que ahora deben tributar, se pongan a hurgar y declaren inconstitucional el asunto.

Todo dicho con el mayor respeto por una religión universal que forma parte de nuestra cultura, aunque seamos agnósticos o ateos, y que tiene en nuestro cardenal y en el papa Francisco a dos personas de valía y de valor.

Se la jugó, Francisco, con su condena a los muros que quiere construir Trump, pero me temo que no ayude; el votante republicano medio es xenófobo y antipapista. Al único presidente católico que tuvieron, lo asesinaron.

Con el permiso para la estatua, yo digo que más vale prevenir que curar. Mirá lo que le está pasando a Tabaré con los lecheros. El papel que jugó el gobierno en el tratado con Venezuela parece que fue poco claro, y ahora que la República Bolivariana no pagó, reclaman que pague el gobierno. Supongo que cada cual estaba mirando su parte: el gobierno, solucionar la deuda con Pdvsa; los tamberos, cobrar y recuperar mercado; y Venezuela, pensando que podría pagar. Ahora que todo se trancó, cada cual hace lo que puede. Venezuela, mutis. ¡Como para ocuparse de deudas, está! Los tamberos, acusando al gobierno de haberlos engañado y reclamándole que se haga cargo del muerto. Y el gobierno, ofreciendo un préstamo a tres años y sin interés, pero nada de responsabilizarse por el cobro. El caso es que los que exportaron quieren cobrarle, y no aceptarle la plata como préstamo, porque si paga, significaría que se compromete a seguir pagando.

Menudo entrevero, ¿no?

Recuerdo que algo así pasó con Rusia y una exportación de carne hace ya unos años. Lo que no me acuerdo es cómo se resolvió. O mejor dicho, quién cargó con el muerto. Al final los rusos pagaron, y siguen comprando.

Me gustó la combinación: tamberos que reclaman, Mujica que propone en televisión, Enciso que recoge el pase y le escribe a Tabaré y ¡doble! El gabinete tuvo que salir a ofrecer el préstamo. Y seguirá penando, porque los tamberos quieren otra cosa.

Problemas generados por la diferente velocidad de los actores. ¡Con razón Mafalda le puso Burocracia a su tortuguita!

Algo así nos está pasando con el dengue y los repelentes. ¡Recién ahora se ponen a resolver los problemas de precio y escasez! ¡Menos mal que teníamos planes de contingencia! Recuerdo que a principios de este siglo ya andaban detectando larvas y fumigando. Al parecer, nadie pensó en los repelentes.

En fin, cuando yo estudié economía política, el doctor Viera nos ponía el ejemplo de Australia y su Fondo de Estabilización del Precio Internacional de la Lana. Cuando era bueno, retenían una parte para compensar los períodos de baja. Él creía que era una solución sabia y paliativa. Con el tiempo, he llegado a darme cuenta de que nosotros tenemos algo mejor. Si el precio es bueno, ¡al bolsillo! Y cuando se derrumba, ¡al gobierno! Si seremos ligeros que los hoteleros de Punta del Este ya están clamando que les fue mal esta temporada.

Bueno, en serio, alguna solución habrá que encontrar, porque la cuenca lechera es un capital muy valioso en producción, en genética y, sobre todo, en gente. No debemos dejar que se fundan, o no deberíamos.

Eso sí, no me vengan con que son los únicos en crisis. Si cierran ALUR y es una posibilidad, ya que es innegable que no producimos aceite combustible muy barato–, van a ser varias las familias que queden en la calle. No digo “en la vía” porque pasan pocos trenes.

Miré de a ratos el soporífero debate sobre la Investigadora de Ancap, que no aportó nada nuevo. Muestra de la expectativa pública fueron las barras casi vacías. Parecía una función teatral en la que, a fuerza de repetirse, siempre a cargo del mismo elenco, cada actor recita su parlamento con un énfasis y una cadencia que ya no sorprenden.

Como está matemáticamente probado, 16 son más que 15, y los informes irán a la papelera y al juzgado.

Allí estará el daño: con la velocidad de nuestra tortuguita judicial, el asunto todavía estará a las vueltas en la próxima elección, y a Sendic lo cuestionarán por estar involucrado en un proceso. Como a Lorenzo y a Calloia por el asunto Pluna.

¡Te lo dije, Tabaré, con las instituciones no hay que pelearse! No es prudente. Pero cada cual es dueño.

También quiero reflexionar, con animus iocandi, acerca de las cifras de procesados por año que dio el ministro Bonomi. A grosso modo, unos 14.500 por año. Comparado con los alrededor de 40.000 nacidos por año, y teniendo en cuenta que la cifra de los procesados va en aumento y la de los nacidos está estancada, yo diría que los bebitos de hoy tienen muchas posibilidades de conocer la cafúa en el futuro. Más o menos uno y pico de cada cuatro.

¡Si habrá que construir cárceles!

Aunque, supongo, no es lo mismo nacer en el Británico que en el Pereira.

Por último, y esto muy en serio y con el corazón en la mano, pido perdón a mis compañeros frenteamplistas por haberme olvidado de nuestro aniversario.

Canónicamente, se recordó en La Huella de Seregni, con la presencia de un montón de autoridades y demás. A mí se me pasó y nadie me lo recordó, entre otras cosas porque nadie tenía que hacerlo. Pero yo me avergüenzo de haberlo olvidado. Compañeros de entonces, que sobreviven viejitos y que en su momento, con desconfianzas y recelos mutuos, pero sintiendo que era necesario, lo crearon. Compañeritos jóvenes entonces, que se encontraron con la fraternidad y el orgullo de estar construyendo el futuro. Compañeros que empuñaban con igual decisión la brocha engrudada y la tacuara del “No nos moverán…”. Compañerazos que aguantaron la primera decepción en el 71 y entendieron que era un compromiso sin fin; que se mantuvieron firmes en la Huelga General y la resistencia. Con quienes renacimos a la esperanza en el 84-85, porque si no la tenemos, no luchamos. Compañeros que ahora andamos como apaleados. Compañeros de la esperanza, la lucha y la vida: ¡salud!

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