En los últimos días se han dado una serie de conflictos y movilizaciones que prefiguran el ambiente que vivirá el país en las próximas semanas, cuando llegue al Parlamento el proyecto de la Rendición de Cuentas del Poder Ejecutivo, la última del período, y comiencen las negociaciones por los nuevos convenios salariales para cientos de miles de trabajadores de las más diversas actividades. Para el secretario general de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), Jorge Bermúdez, el gobierno “se equivoca” y se aparta de su base social al proponer una Rendición de Cuentas con magros recursos para la salud y la educación. Cuestionó al movimiento “Un solo Uruguay” al que definió como “la base social de la derecha, de la restitución neoliberal que se anuncia” y cuestionó sus planteos egoístas que pasan por la reducción de impuestos y del precio del gasoil y la electricidad, “solo para ellos”. Sobre la negociación salarial que se inicia en el sector privado, casi al unísono con la Rendición de Cuentas, Bermúdez, quien integra la comisión de relaciones internacionales de la central sindical, dijo a Caras y Caretas que esta será una “expresión pura y dura de la lucha de clases”. Comienza en breve una nueva ronda de negociación salarial, la más grande, ¿qué características tendrá? Cuando el Poder Ejecutivo (PE) convocó al Consejo Superior de Salarios para iniciar la negociación, presentó sus lineamientos, que básicamente son similares a los de la ronda anterior. Definió a las ramas de actividad en tres grandes sectores: dinámicos, que tendrán un aumento de 8 y medio por ciento de aumento en el primer año y 8% en el segundo; sector medio y sector con problemas. O sea, que el gobierno no ha cambiado su visión. Como en la anterior ronda salarial se habla de una cláusula gatillo para el caso de que la inflación supere el 8 y medio por ciento, no obstante, pese a que ha tenido un pequeño empuje en el último período, la reducción de la inflación en los últimos años haría innecesario aplicar ese instrumento. También se incluyen en los lineamientos para la negociación la inclusión de una cláusula de paz y el impulso a aspectos de la ley de empleo juvenil. En ese marco el Pit-Cnt entiende que se trata de una propuesta que no es suficiente”. ¿Qué propone entonces la FUS para esta etapa de la negociación salarial? Primero hay que tener en cuenta que el convenio colectivo del sector vence el 30 de junio, razón por la cual el congreso de la FUS analizó su desarrollo y definió los objetivos hacia esta negociación. Entiende que la salud privada debería estar incluida en el sector dinámico. Por el número de trabajadores que se desempeñan en esta área, por la cantidad de cotizantes al Banco de Previsión Social (BPS), porque mueve unos US$ 2.000 millones al año, entre otras cosas, entendemos que debemos negociar en el sector de empresas consideradas dinámicas. Además se pagan sueldos, a personal jerárquico, de entre $ 500.000 y $ 600.000, que hay salarios que llegan a un millón de pesos mensuales en algunos sectores de dirección. Llegado el momento de la negociación debemos tener en cuenta estas variables. “Hay que tener en cuenta que en la salud estamos los que hemos trabajado y defendido la reforma, la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), y están los que se han dedicado únicamente a bombardear la reforma. Por eso a la hora de negociar el Poder Ejecutivo debe tener en cuenta esta realidad. Ha mencionado los altos sueldos que se pagan en el sector a una parte del personal jerárquico, ¿cómo entiende la FUS que eso se debe corregir? La FUS entiende que se debe procesar un cambio en la salud privada que debería pasar por la estructura salarial, poniendo topes a los sueldos más altos. No negamos que hay médicos con una alta capacitación y dedicación, pero lo que no podemos negar es que un cirujano no podría realizar su trabajo sin el auxiliar de servicio que mantiene perfectamente limpia la sala de operaciones, o que un anestesista no podría cumplir su tarea sin el instrumentista que está a su lado en el momento de la intervención. Además, hay un segundo elemento y que tiene que ver con el dinero que se maneja en el sector, que es mucho. Se trata de un sector en el que se maneja mucha plata pero que está muy mal administrado. Por ejemplo, las empresas se quejan de los aportes del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) pero cobran por el Fonasa. El 95% de los socios que tienen las mutualistas y otras empresas de la salud son afiliados por el Fonasa. Sin embargo los prestadores privados compiten entre ellos por la cantidad de socios, por atraer nuevos afiliados, rigiéndose por prácticas de mercado, cuando el dinero ingresa, en lo fundamental, por los aportes que el Estado hace mediante el Fonasa. No en vano, cuando el Ministerio de Salud Pública (MSP) decidió a comienzos de este año no abrir el llamado “corralito mutual” las empresas protestaron y alegaron que se estaba limitando la libertad. Nosotros respaldamos en ese momento al ministerio porque entendemos que la salud no puede ser concebida como una mercancía, de la forma en que lo hacen algunos prestadores. Entonces, ¿por dónde cambia? Esto significa que debe haber un cambio que implique mejoras en tiques y órdenes, en los tiempos de espera, complementándose con otras prestaciones, con el respeto a la participación de los funcionarios y usuarios en los organismos de dirección. Por estos días los sindicatos de funcionarios del Estado comenzaron a movilizarse ante la llegada al Parlamento del proyecto de Rendición de Cuentas, eso se suma al comienzo de la negociación salarial de los privados, ¿cómo se ve esta coyuntura desde el Pit-Cnt? Estamos en una situación muy difícil para la negociación en los Consejos de Salario. Hace unas semanas el Poder Ejecutivo planteó adelantar la negociación, o sea, no esperar a que venzan los convenios para empezar a dialogar. Las cámaras empresariales se negaron. La FUS estaba dispuesta a adelantar la negociación, hay que tener en cuenta que el convenio vence el 30 de junio. Ante esta situación es que decidimos realizar una gran jornada de movilización, el jueves 28 de junio, acompañando el paro general parcial convocado por el Pit-Cnt para ese día, pero levantando nuestra plataforma. Creemos que el gobierno se equivoca en la Rendición de Cuentas cuando al tratar a la salud pública y la educación plantea no aumentar la inversión; cuando insiste con que el único factor capaz de dinamizar la economía es la inversión extranjera directa o cuando argumenta con el déficit fiscal para, por ejemplo, no aumentar recursos para la salud. O cuando entiende necesario contener un empuje salarial para evitar un posible avance de la inflación. Se equivoca porque enfrenta a su propia base social. A quien tiene que enfrentar no es a su base social, es a aquellos que se favorecieron con la acumulación de capital y que ahora mediante movimientos como Un solo Uruguay plantean que la solución de los problemas de la economía del país pasan por la rebaja de impuestos, la reducción del precio del gasoil o la electricidad, solo para ellos. Ahí no está la base social de este gobierno. Esa es la base social de la derecha, de la restitución neoliberal que se anuncia. El gobierno se confunde y queda aislado de su base social. Y hay una cantidad de temas que no se concretaron. Por ejemplo, algunas de las propuestas que el Pit-Cnt hizo y que el Frente Amplio no tuvo en cuenta o no trasladó al Poder Ejecutivo, como algunos planteos para avanzar en el cambio de la matriz productiva. ¿Qué reclama, entonces, el Pit-Cnt? A un año de las elecciones y en medio de una situación regional que tiene al gobierno dictatorial de (Michel) Temer en Brasil y a (Mauricio) Macri en Argentina, que permitió de nuevo el desembarco del Fondo Monetario Internacional por estas tierras, con sus recetas antipopulares de recesión y pobreza, lo que le reclamamos al Frente Amplio son señales claras. Una de ellas es respecto al empleo. Si bien no llegamos a los niveles de 2002, o del último gobierno de (Julio María) Sanguinetti, es evidente que hay sectores que están complicados. Pero por ejemplo, la salud privada es un sector que requiere de mucha mano de obra, es un sector en crecimiento. Y para ello reclamamos capacitación de los trabajadores. Con el convenio colectivo que vence ahora el 30, logramos establecer cursos por los cuales pasaron unos 50.000 compañeros de todos los niveles y categorías. Ahora pretendemos ampliar esa cobertura porque la realidad del empleo y de este sector en particular lo demandan. Volviendo a la negociación salarial, usted ya dijo que la FUS pretende considerar a la salud privada como un sector dinámico, además, ¿qué otras cosas proponen para esta etapa? Nosotros vamos a plantear al negociar el nuevo convenio colectivo que la salud privada sea considerada en el sector dinámico, por las razones que ya expuse. Pero, además, vamos a proponer un convenio salarial a dos años en lugar de tres, con aumentos de 8 y medio por ciento para 2018 y de 8% para 2019, porque la realidad de este sector así lo permite. Estimamos inconveniente un convenio a tres años porque no sabemos qué gobierno va a venir en 2019 y creemos que no es conveniente atarlo. El Pit-Cnt aprobó un paro general parcial para el 28 de junio y ustedes realizarán una movilización propia. ¿Qué características tendrá? En el caso de la salud privada la paralización se llevará a cabo entre las 8 y las 15 horas para permitir la participación de los compañeros en la movilización, y en el interior se hará de acuerdo a la realidad de cada lugar. Estamos frente a una negociación muy difícil y sabemos que en este caso se tocan grupos de poder. Esta negociación será, por las características que hemos mencionado, una expresión pura y dura de la lucha de clases. Será el enfrentamiento entre los trabajadores y quienes se llenan sus bolsillos. El congreso del Pit-Cnt definió una integración de mujeres para el Secretariado Ejecutivo, incluso una trabajadora de la salud privada pasó a formar parte de ese organismo, ¿cómo se ve desde la FUS? Se trata de la compañera Soraya Larrosa, quien es una de las vicepresidentas de la central. Es la primera vez en la historia en que una mujer ocupa un puesto de esa relevancia en el movimiento sindical. Hay que destacar que fue la FUS la que impulsó la participación de la mujer en los organismos de decisión, en parte porque es una realidad de nuestro sector, donde las mujeres forman parte del 64% del personal.
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