Por Edgardo Buggiano “Ya llevo 51 años como empresario de carnaval”, dice el siempre activo Juan Carlos Muiño, para quien en estás épocas no exista día libre, ni siquiera el domingo. Esta historia de poco más de medio siglo arrancó en el histórico club Cordón, en la calle Galicia. “Después seguí con otros proyectos en varios clubes de la capital, como el inolvidable Goes, que es de lo mejor que recuerdo, o como el Albatros, de donde tuve que retirar el escenario por un vecino, o el Liverpool, o el Colón”, recuerda. Hoy la apuesta vuelve a dos puntos claves de la agenda carnavalera: Malvín y la Rural del Prado. Dos escenarios que se suman a los seis escenarios comerciales de la capital, que son los que llevan más conjuntos, y a los 20 tablados municipales que son los que ofrecen espectáculos a precios populares. “El carnaval ha cambiado mucho”, reconoce. “El de ahora es muy profesional. El de antes era más carnaval, carnaval. Las murgas que antes criticaban permanentemente, ahora lo hacen poco; y no como una critica, porque es una realidad, hoy tienen técnicos en cada rubro, y eso encarece los conjuntos, porque la profesionalización los absorbe. Como además hay pocos escenarios, los integrantes de los conjuntos que antes cobraban por tablado, tratan de asegurarse un fijo, generalmente las figuras, y eso es una lotería para el dueño”. Muiño lleva a sus dos escenarios a todos los conjuntos; si bien es cierto que Daecpu ahora lo exige, siempre hubo lugar para todos, en el marco de la exigencia del público. “Mi idea es que siempre se puedan presentar todos, incluso lo hice así antes de que entrara en vigencia esta nueva reglamentación, pero no es fácil armar las programaciones. No es lo mismo para la Rural que para Malvín en primera instancia. Son públicos diferentes: si pongo lo mismo en los dos, a uno de ellos no va nadie. Después hay que mantener el interés del público hasta último momento, por eso es bueno cerrar siempre con un conjunto de convocatoria. La primera semana es la más fácil, pero en la medida que corren los días del concurso, la calle comienza a hablar de uno u otro, la historia va cambiando. Como si fuera poco, los días más fuertes son viernes y sábado, por lo que es difícil armar y conseguir lo mejor para esos dos días, siempre está el recurso de los festivales de murga o parodistas que le gustan mucho a la gente”. En ese sentido, sigue Muiño, siempre hay que apostar a la innovación: “En cada carnaval o cambiás la gente o cambiás los puestos de lugar. Algo hay que hacer. Eso lleva a un cansancio bastante importante, porque la cabeza, durante ese mes y medio, hay que tenerla en lo que tenés que hacer; te levantás mirando el pronóstico del tiempo por ese día, ves qué conjuntos llevás en la semana, cómo los ubicás. Ahí está el rompecabezas, porque las rutas para los conjuntos no son fáciles y se pretende que no haya demoras, lo que es prácticamente imposible. Nuestros dos escenarios tienen su eslogan: el de la Rural es ‘El carnaval junto a la naturaleza’, mientras que el de Malvín es ‘El carnaval de primera’. Como te dije, algo hay que inventar. Son dos escenarios que si los hacés con seriedad, caminan, pero si los hacés al bardo, no van cumplir las expectativas que vos esperás”. Como en cualquier otro negocio, las temporadas de espectáculos de carnaval tienen sus períodos de alta y sus períodos de baja. “Los lunes y martes, por ejemplo, cae la cantidad de público. Miércoles y jueves levanta un poquito y, como te decía, viernes y sábado son los mejores días de la semana. Por eso hay que tener un escenario con una capacidad de más de 2.000 personas. De esa manera paliás la pérdida que se puede tener en la semana. No hablemos si llueve varios días: perdés todo lo que hiciste. Tampoco es lo mismo si llueve un lunes o martes o un viernes y sábado”. Los preparativos para este año Para la propuesta de este año, Muiño ya hizo las pruebas de luces y sonido. “Tuvimos un festival de la murga Patos Cabreros que nos sirvió para ajustar. Así que todo listo para comenzar este viernes 26. Hubo un buen marco de público, lo que habla de la expectativa por este carnaval. Fijate que en estos preestrenos, la mayoría hace presentación y despedida y se van, porque casi siempre es un compromiso entre ellos, más algún conjunto, generalmente el organizador, que hace la actuación completa, y la gente va”. Pero poner un escenario no es fácil, de lo contrario, habría más. “Claro, por eso hay tan pocos tablados comerciales; los municipales abren cuatro días y tienen algún subsidio. Para abrir un escenario hay mucha burocracia, y es muy caro, con el apoyo publicitario hay que cubrir los gastos fijos, tribunas, alquiler, escenario, luces y audio. Nada acá es a plazo o con cheques, todo es contado. Con las entradas hay que cubrir los conjuntos y alguna cosa más, pero de la recaudación en dinero ves el 30 por ciento. Nosotros tenemos dos por uno, podés sacar por Abitab con beneficios, por lo que del total ves poco como entrada entera, pero todo suma”. Las primeras programaciones El viernes 26 se abren oficialmente las puertas de los escenarios tras el desfile inaugural de carnaval. En la Rural del Prado actuarán murga Doña Bastarda, murga Cayó la Cabra, parodistas Momosapiens, murga La Gran Muñeca, parodistas Zíngaros y murga Saltimbanquis. En el club Malvín lo harán murga La Bohemia, murga Saltimbanquis, murga Falta y Resto, murga La Clave y parodistas Momosapiens.
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