En entrevista con Caras y Caretas, Salgado repasó distintos aspectos de la actividad de un sector que conoce como la palma de su mano y que incluye tanto al transporte de pasajeros como al de cargas.
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El empresario destacó además que actualmente “en Montevideo estamos con la flota de transporte más moderna de toda la historia” y que en el sector del taxímetro “también se ha trabajado en la renovación de la flota, adquiriendo autos más grandes”.
¿Qué inquietudes principales diría que tiene actualmente la Cámara del Transporte?
Primero, todo lo que refiere a los aspectos legales e ilegales del sistema de transporte tanto de pasajeros –en todas sus modalidades– como de carga. Para nosotros es una preocupación constante ver cómo las autoridades encaran el funcionamiento de los sistemas ilegales de transporte, ante los cuales hemos pedido trabajar en igualdad de condiciones y con las mismas reglas de juego.
¿Usted se refiere básicamente a Uber?
A Uber y a otro tipo de aplicaciones que van apareciendo o que prevemos que pueden aparecer. Uber es el símbolo de la piratería de las aplicaciones. Nosotros le damos ese nombre porque basan su negocio en eludir al Estado y en tratar de pagar menos. Y, además, en la Cámara del Transporte también recibimos a los choferes de Uber, y también ellos tienen problemas con la empresa y con la forma en que les liquidan. Además, no compartimos que Uber pueda tener una tarifa dinámica mientras que los taxímetros deben cobrar en base a una tarifa rígida, que, por ejemplo, ahora hacía un año que no tenía variación.
En el caso de los taxis, puede ser que en las horas pico cueste conseguir un vehículo, pero aun en esos momentos cuesta lo mismo. Por otro lado, la tarifa dinámica provoca situaciones en las que el servicio termina saliendo muchísimo más que los taxis. Un ejemplo es a la hora de la salida de los bailes, lo que afecta a los jóvenes.
Entonces, es un negocio basado en evadir, basado en eludir impuestos. No digo nada que no hayamos visto. El Ministerio de Economía los tuvo que llamar y negociar alguna forma en cómo deberían pagar impuestos por su actividad.
Pero, además, nos quedamos con una imagen de Uber con autos muy cómodos, y hoy la realidad es diferente, son autos chicos y con muy poca comodidad para el pasajero.
¿Y tienen el mismo contralor de parte de la Intendencia de Montevideo?
Ha hecho todo lo posible con los recursos que tiene, pero por supuesto que nosotros queremos más controles. Pero hemos trabajado junto a la Intendencia y también con la Junta de Montevideo, que llevó adelante una normativa que topeó la cantidad de autos. No se debe olvidar que se detectó que había gente que tenía flota de autos de Uber. Estas personas tenían autos y los alquilaban, por ejemplo, a inmigrantes, y a cambio de poco más que un plato de comida.
¿En otros sectores del transporte hay informalidad?
Bueno, el transporte de carga es uno. Pero es una informalidad más controlada, pero sin dudas debe existir un mejor control.
¿Cómo ve que se encuentra hoy la tarifa del transporte urbano de ómnibus? ¿Es adecuado el ajuste que se definió?
Nosotros somos conscientes de que hay que mejorar el servicio y ello pasa por mejorar las flotas, la atención al usuario, etc. Por ejemplo, estamos por incorporar 200 unidades de transporte con aire acondicionado, lo que implicará un cambio cualitativo, lo mismo la inclusión de puertos UCV para la recarga de celulares. También estamos trabajando en la incorporación de unidades con piso bajo, lo que facilita la movilidad a personas mayores y a las que tienen algún tipo de discapacidad.
También estamos trabajando en el cuidado del medioambiente al incorporar unidades a gasoil pero que cumplen las normas Euro 5, con una mezcla de urea. A eso se suman los ómnibus eléctricos. A ello se suma la aplicación de nuevas tecnologías para el pago del servicio, al punto que en Montevideo se pasó de pagar el 10% de los servicios con tarjeta a un 70%. Y ahora se incorporará el transporte metropolitano, para lo cual estamos haciendo las primeras pruebas en la Ruta 1. Ese avance en tecnología permite abaratar costos.
Respecto al precio del boleto, hacía un año que no se ajustaba y ahora estábamos en un precio que si se pagaba con tarjeta, y la recarga se abonaba con una tarjeta de débito, el boleto costaba 10 pesos menos que arriba del ómnibus, con lo que quedaba en 28 pesos. Hemos sido muy celosos en trabajar en ese sentido, pero hay que destacar que actualmente en Montevideo estamos con la flota de transporte más moderna de toda la historia. A ello se suma además lo que ha sucedido en el sector del taxímetro, donde también se ha trabajado en la renovación de la flota, adquiriendo autos más grandes. Sólo faltaría llegar a un acuerdo para que definitivamente se quite la mampara de las unidades. No voy a discutir las razones por las cuales se instaló, pero no hay ningún estudio que compruebe que su colocación haya disminuido las situaciones más graves en cuanto a las rapiñas.
Lo que realmente disminuirá en forma genuina los robos es quitar definitivamente el dinero de los taxis. Por ejemplo, en Cutcsa puedo decirle que estamos terminando el año con un 30% de las rapiñas que tuvimos en años anteriores. A medida que hemos ido eliminando el dinero de las unidades se ha terminado el motivo de las rapiñas.
¿Y cómo diría que se encuentra el servicio de transporte interdepartamental de pasajeros?
Creo que en precio y en calidad de servicio nos encontramos en un nivel óptimo. Basta ver las características de las unidades que se encuentran en servicio. Tenemos una flota nueva en la que se viaja en mejores condiciones que en un avión.
Eso sí, para cuidar el servicio de los ómnibus interdepartamentales este año deberíamos trabajar en bajar los costos de las terminales que hay en las distintas ciudades del interior del país. En algunos casos, el sistema se fue desfigurando y las Intendencias las terminan teniendo como una fuente de recaudación. Hay trayectos de 150 kilómetros que pagan cuatro o cinco tasas, lo que termina encareciendo el precio del boleto. Vamos a trabajar fuertemente en eso este año.
Lo mismo con el costo que implica para el servicio el uso de tarjetas de crédito para la compra de los boletos. Tenemos que seguir bajando los costos de la bancarización. El transporte le dio un espaldarazo porque a todos nos sirve, pero nos sirve en la medida que no es un costo adicional para el boleto. Debe tener un costo, pero debe ser muy menor, le diría que no tiene ni que figurar en las paramétricas de las tarifas. Si eso sucede es una complicación, ya que no se puede aumentar el precio para pagar a un tercero.
Hoy debe tomarse en cuenta que la gran mayoría de los pasajes del servicio interdepartamental se sacan con tarjeta de crédito, por lo que el uso de la tarjeta debe ser un beneficio para todos, no solo para el emisor. Pero vamos a seguir trabajando y a llegar a un acuerdo.
Otra preocupación que teníamos era el estado de las rutas, pero ha mejorado bastante, tanto en lo que depende del gobierno central como de las Intendencias. Se nota que ha habido un trabajo importante.
¿Y qué perspectivas de futuro ve al transporte eléctrico en el sistema?
Este año viajamos a Alemania y a China dos veces junto a directivos de la Cámara para ver en qué están en esta materia. Nosotros hemos visto que cuando hablamos de transporte eléctrico, no hablamos de híbrido. Una de las bondades del eléctrico –más allá del costo del combustible– es que mientras un ómnibus a gasoil tiene aproximadamente 3.200 componentes que requieren cambio –como el aceite o reparaciones diversas–, los coches eléctricos solo tienen 150, y esa es una ventaja genuina.
Si vamos al híbrido, se trata de un paso intermedio en el que no solo tenemos los 3.200 componentes del vehículo a gasoil, sino 150 más por la parte eléctrica. Por tanto, los problemas los sigo teniendo igual. Definido eso, tenemos que ver en qué está el mundo. Y ahí vemos que los europeos están un poco más atrasados que los chinos que han desarrollado mucho esta área.
Por eso, y aprovechando el hecho de que el Poder Ejecutivo se encuentra interesado en la inclusión de este tipo de unidades, en Cutcsa hemos decidido incorporar 20 unidades que fueron construidas por una fábrica que originariamente se dedicaba a hacer baterías. No es una fábrica de ómnibus que va a comprar baterías para sus unidades, al contrario.
Ahora lo que esperamos definir con las autoridades es un precio adecuado de la electricidad para alimentar nuestras unidades. A ello se suma que debemos crear en nuestros talleres una infraestructura adecuada para atender a estas unidades, así como también las terminales necesarias para realizar su recarga diaria, ya que cuando salen a la calle deben tener la autonomía necesaria como para funcionar durante todo el día.
En algunos recorridos esto puede funcionar, pero en otros no, dada la extensión que se debe transitar a lo largo de la jornada. Podemos hablar con propiedad, tenemos en funcionamiento desde 2016 una unidad que nos ha servido para realizar una serie de pruebas. En algunos recorridos nos sirvió más que en otros.
Esta recarga deberá hacerse de noche, cuando le conviene al Estado que así sea, ya que se evita que el excedente de lo generado se pierda. Que no nos pase con la energía eléctrica lo que le pasó al país con la nafta, cuando hubo épocas en las que prácticamente hubo que regalarla.