Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME

Una vigilia por La cumparsita

La centenaria

Con un importante ensamble de artistas locales, el sábado 1º de abril se presenta el espectáculo Casi 100: vigilia por La cumpartista en la sala Zitarrosa. Una reconstrucción teatral y musical de la historia de la célebre creación de Gerardo Matos Rodríguez.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Por R.T.

Convertida en ícono de un género y en metonimia de Montevideo, ‘La cumparsita’ cumple 100 años y la feligresía tanguera se apresta a celebrarlo con una nutrida agenda de eventos culturales en distintos escenarios capitalinos. Uno de ellos, que articulará lo teatral y lo musical, será Casi 100: vigilia por La cumparsita, que se realizará el sábado 1º de abril, a las 21.00, en la sala Zitarrosa.

Con una cuidada puesta en escena, dirigida por Lourdes Umpiérrez, con el vestuario y la escenografía de Beatriz Martínez, un importante colectivo de artistas locales reconstruirá la historia de la célebre creación de Gerardo Matos Rodríguez (1897-1948). El maestro Fernando Condon, reconocido por su trayectoria como compositor y director de orquesta, conducirá la orquesta típica del espectáculo, a la que se integrarán Horacio Di Yorio en piano, el actor Eduardo Pérez, el cuerpo de baile de Verónica Lagomarsino y los cantantes Mónica Navarro y Tabaré Leytón. Un ensamble heterogéneo pero de probada musicalidad y calidad técnica, que pondrá en escena una reconstrucción de la historia de esta composición, de su contexto histórico y social, de la vida personal y artística de Matos Rodríguez, con una ambientación que recupera el mítico café La Giralda, donde se estrenó ‘La cumparsita’.

Emblema

Aunque desde la academia se hayan hecho ingentes esfuerzos por explicar ciertos fenómenos que ocurren en torno a la música, la mayoría de ellos siguen calificando como un misterio. ¿Qué variables condicionan los procesos de apropiación y significación de un hecho musical? ¿Por qué algunas creaciones se convierten en emblemas imperecederos de una práctica artística e incluso de un período histórico o de un contexto social? ¿Por qué la música logra movilizar con potencia única las memorias de un colectivo y deviene variable decisiva en la representación del espacio habitado?

Más que respuestas de afinada precisión teórica, para estas interrogantes sólo hay aproximaciones. Lo que sí está claro es que la clave no está ni en los datos de la realidad acústica del hecho musical ni en los detalles de los parámetros del discurso musical (secuencias de acordes, melodías, texturas, timbres, fraseos), sino en algo que es sencillo de enunciar pero que tiene una intrincada fenomenología: “lo que la gente hace con la música”. Y ahí, en eso que parece tan transparente, confluyen las variables discursivas, las características de los contextos y circunstancias puntuales, entre otros factores. Esa compleja suma determinó que ‘La cumparsita’, que fue compuesta como marcha por un joven estudiante de arquitectura, se convirtiera en tango instrumental y, años después, en tango canción por la intervención creativa de Pascual Contursi. Sus innumerables versiones, con los más disímiles arreglos, pronto la erigieron como emblema: un símbolo capaz de movilizar identificaciones generacionales y espaciales con singular eficacia, al punto de ser, sobre todo por su melodía, una creación de inmediata apropiación y rápida reproducción. En pocas palabras, un clásico imperecedero.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO