Agustín Guillén, un niño de 10 años que vive en San Jacinto, departamento de Canelones, y padece diabetes tipo 1, le escribió una carta al presidente Tabaré Vázquez en la cual le relata su convivencia con la enfermedad y le pide que piense en todos los que la padecen.
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En la misiva, publicada por la página de Presidencia, el niño refiere la cantidad de veces al día que debe inyectarse insulina y medirse la glucosa. Cuenta que los pinchazos le duelen y que sus dedos «tienen callos de tanto pincharlos y mis zonas de inyección van quedando con muchos moretones».
“Ojalá muy pronto podamos contar en nuestro país con tecnología avanzada al alcance de todos y así podremos tener una vida sin pinchazos. Lo vemos muy lejos, pero tenemos un país que nos permite avanzar, por ejemplo, tenemos ceibalitas”, escribió el pequeño.
Esta es la carta completa:
“Señor presidente, Tabaré Vázquez:
Mi nombre es Agustín Guillén, tengo 10 años. Soy de San Jacinto, Canelones. Vivo desde los 8 años con diabetes tipo 1, por lo tanto me inyecto insulina 6 veces al día y mido mi glucosa por lo menos 4 veces al día.
Soy un niño como cualquier otro, voy a la escuela N.°105, hago básquet y natación. Como sano, llevo una vida saludable. Con cuidado siempre de mis glucemias, vivo con esta condición de vida que por momentos me hace llorar, me duelen los pinchazos. Mis dedos tienen callos de tanto pincharlos y mis zonas de inyección van quedando con muchos moretones.
Quiero pedirle que piense en nosotros, que al igual que yo hay muchísimos niños y adolescentes con esta misma condición de vida. Mi mamá me ha preguntado si la diabetes me duele y le digo que no, la diabetes no duele. Pero sí me duelen mucho los pinchazos. Me dicen que soy un superhéroe, pero aun así me duele.
Ojalá muy pronto podamos contar en nuestro país con tecnología avanzada al alcance de todos, y así podremos tener una vida sin pinchazos. Lo vemos muy lejos, pero tenemos un país que nos permite avanzar, por ejemplo, tenemos ceibalitas.
Le pido que piense en todos nosotros, cada vez que comemos algo nos medimos la glucosa y nos damos insulina. Eso actúa como nuestro páncreas.
Desde ya le agradezco leer mi carta.
Lo saludo atentamente, Agustín Guillén”