Los dos grandes partidos, (FF) y el Fine Gael (FG), habían podido hasta ahora aislar la incómoda presencia en la vida pública del Sinn Féin (SF), el brazo político de la organización político militar, IRA. El histórico ascenso de éste grupo político de izquierda , que se ha beneficiado del hartazgo general con el bipartidismo y ha sabido renovar su discurso sobre su pasado con un eficaz mensaje social, ha cambiado las reglas del juego.
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La organización de izquierda lleva camino de obtener, en un complicado recuento que todavía sigue en marcha este lunes, una cifra cercana a los cuarenta diputados (los cálculos hablan de 36) en un parlamento de 160 escaños.
La presidenta del SF, Mary Lou McDonald, ha sido la clave en el ascenso de la esta fuerza política, que tenia una presencia casi testimonial. A diferencia del legendario Gerry Adams no se le conocen vínculos con el IRA. Su acento es dublinés, y no norirlandés. Su imagen de ciudadana corriente, implica la renovación de la la generación de Adams. Un mensaje muy centrado en los problemas del día a día (la carestía de la vivienda y las pensiones), y la decisión estratégica de guardar en un cajón la perenne reivindicación de una Irlanda re unificada ha conseguido convencer a varias generaciones de irlandeses.
El Sinn Féin quiere gobernar, pero es consciente de que sus electores no entenderían que apoyara el viejo bipartidismo. Su líder ha anunciado que intentará formar coalición con el resto de partidos progresistas minoritarios (los verdes, laboristas, socialdemócratas…) pero no parece que puedan alcanzar la cifra mágica de 80 diputados. La alianza más realista para ellos sería con el Fianna Fail, que todavía mantiene un cierto halo de fuerza de centro izquierda.