Por Edgardo Buggiano
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Los tres últimos capítulos de este diferendo van delineando el campo de batalla. A la manifestación de los jugadores reclamantes y su asamblea compuesta por algunos cientos de futbolistas en las puertas de la sede de la Mutual, hay que agregar la asamblea de la propia Mutual que se desarrolló el viernes y la presentación de la denuncia de los jugadores reclamantes en el Ministerio de Educación y Cultura el lunes pasado.
Aunque el origen del conflicto radicaría en una demanda por administrar los derechos de imagen de los deportistas directamente por parte de estos y no del gremio que los representa, la disputa central no se explicita y mucho huele a un litigio por posiciones de poder.
Desde que el conflicto estalló ha cambiado su razón varias veces. Nadie objeta el derecho inalienable de cualquier persona a protestar por lo que considera injusto. El asunto es que el contenido de la demanda no puede violentar otros derechos tan inalienables como el anterior.
No se puede pedir la destitución de autoridades legítimas de organizaciones legítimas y reconocidas sin razón que lo justifique. Un grupo importante de jugadores no se siente representado por las autoridades recientemente elegidas en el gremio de los jugadores. Pero para cambiar las autoridades hay procedimientos electorales. Y si no se respeta el marco institucional hoy, no se lo respetará nunca.
Bien lo saben los uruguayos que a pesar de haber soportado la peor crisis económica de su historia en 2002, resolvieron respetar los tiempos constitucionales y no buscar atajos para sacar a Jorge Batlle de la presidencia.
La lucha por el poder
Es un diferendo rarísimo. Aunque no debería haber dos bandos, las cosas se han puesto de esa forma. Un grupo importante de futbolistas critica frontalmente a las autoridades legítimas de la organización que los nuclea, desconociendo de hecho el resultado de las elecciones de agosto pasado. Si es por inocencia o por espíritu redentor, poco importa.
El futbolista de Villa Española, Santiago López, declaró días atrás al programa Las Voces del Fútbol que “es un contexto de revolución” porque no se sienten representados. “Nos hartamos de la directiva de la Mutual porque obedece a los intereses de una empresa. Por eso sentimos que no nos representan y entendemos que hay irregularidades”, dijo.
En el mismo programa, pero un día después, el guardameta tricolor Esteban Conde fue más explícito: “No fuimos consultados para hacer la denuncia contra Full Play en junio de 2015”.
Hay que recordar que la Mutual de jugadores fue la abanderada en el proceso penal contra Full Play en el marco de una serie de denuncias continentales contra las autoridades de la Conmebol y sus vínculos comerciales con empresas organizadoras y transmisoras de eventos deportivos. Denuncias que, entre otras cosas, han provocado la destitución y prisión de autoridades y empresarios a lo largo y ancho del planeta. Aunque no se haya consultado a la totalidad de los futbolistas, es claro que las denuncias de la mutual a este respecto tenían asidero.
Cuando se habla de los derechos de imagen también hay que tener memoria.
A pesar de existir un contrato firmado, los derechos que se reclaman fueron devueltos a los jugadores tras los primeros escarceos. Tanto López como Conde admitieron que esos derechos los iba a negociar la Mutual en representación de los jugadores, pero luego de las primeras declaraciones rebeldes y algunas reuniones con nuevos representantes legales, los jugadores resolvieron negociar sus derechos de imagen personalmente porque sostienen que la Mutual representa los intereses de la empresa Tenfield.
La lucha de poder está clara entre Tenfield y los jugadores de la selección uruguaya. Los futbolistas del medio se suman porque creen que los derechos de imagen se van a vender mejor y porque sostienen que eso redundará en una mejora para el fútbol uruguayo.
Cuestión de formas
No es mero formalismo. Por más razones que se tengan, hay ciertos procedimientos que hay que cumplir para que todos los derechos puedan ser garantizados. Los de unos y los de otros.
Si la Mutual de Futbolistas Profesionales es la organización que los representa y sus autoridades emergen de una elección entre sus socios, se deben respetar sus instancias electivas. Si existen mecanismos de destitución, deben convocarse siempre y cuando se cumplan los requisitos para ello. En este caso no se ha mostrado la razón destituyente. ¿Qué cambio sustancial operó entre las elecciones de la Mutual y este desacato masivo?
Es muy probable que existan visiones comunes entre la directiva de la Mutual y los directivos de la empresa Tenfield, pero eso no es suficiente para liquidar una organización. ¿Se violó el estatuto? ¿Hay denuncias de malversación de fondos? ¿Hay pruebas de actos delictivos? Hasta ahora no hay nada de esto.
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La intervención del MEC
El lunes se presentó la denuncia de los jugadores reclamantes en el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Entre los motivos que se exponen está la citación de la asamblea para el viernes pasado. Los jugadores dicen que fue citada fuera de fecha y con temas que no correspondían.
Por el contrario, los representantes legales de la Mutual dicen que fue llamada en tiempo y forma, que la asamblea se pidió el 11 de enero y que se llevó a cabo a los 30 días corridos, el 10 de febrero.
En cuanto a los temas, aducen que sólo se trató el tema por el cual fue convocada, la renuncia de la directiva.
Ahora los abogados del MEC estudian el tema y luego darán vista a la Mutual, que tendrá diez días para contestar. El expediente seguirá su curso luego de la respuesta y allí se resolverá, en una actuación que llevará como mínimo dos meses.
Todo indica que el MEC no tendría motivos para intervención. Algunos futbolistas reclamantes señalaron a Caras y Caretas que si esa fuera la resolución del MEC, buscarán otros caminos.
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¿No más entrevistas a Tenfield?
El futbolista tricolor Esteban Conde anunció que se estudia como medida de lucha no dar más notas a Tenfield. “Estamos ante un claro conflicto”, dijo. “Nosotros queremos mejorar las condiciones del fútbol uruguayo, pero las partes se han radicalizado. Hay que repartir el dinero del fútbol de otra manera”, sentenció.
“Vamos paso a paso y vemos qué es correcto hacer y las armas para dignificar nuestra profesión. Sentimos que hay una censura desde Tenfield con nuestras pancartas y en definitiva le seguimos dando las entrevistas; por eso se está analizando cortar el diálogo con la empresa”, terminó diciendo el arquero de Nacional.