El Papa Francisco llegó a Egipto este viernes para una visita de 27 horas donde espera unir cristianos y musulmanes contra actos violentos promovidos por grupos extremistas La comunidad c cristiana egipcia fue el punto en el que se llevaron a cabo tres atentados suicidas –dos de ellos en el domingo de Ramos que dejaron por lo menos 75 muertos. Los ataques fueron reivindicados por el Estado islámico. Francisco fue recibido de forma discreta pero con un fuerte aparato policial en el aeropuerto internacional del Cairo. A pesar de los temores por su seguridad el Pontífice descartó el papa móvil blindado. En su lugar optó por circular por la capital egipcia con un Fiat azul con la ventana abierta. El primer compromiso del Pontífice fue un encuentro en el palacio presidencial con el mandatario Abdel fatah el Sisi acusado por grupos de defensa de los derechos humanos de instalar un régimen opresor desde el golpe en 2013. Después de despedirse de el-Sisi, el papa Francisco fue a visitar la Universidad de al-Azhar, una institución de mil años donde se forman clérigos sunitas y eruditos de todo el mundo. Él es el segundo Pontífice que visita el lugar-el primero fue Juan Pablo II en el año 2000. En su discurso, realizado al lado de Ahmed-al Tayeb, Francisco recordó que las civilizaciones del antiguo Egipto valorizaron la búsqueda del conocimiento y la educación con una mente abierta y el mismo compromiso es necesario ahora para combatir la barbarie del extremismo religioso entre los jóvenes. -Como líderes religiosos somos llamados a desenmascarar la violencia disfrazada de supuesta santidad-dijo Francisco ovacionado por el público.-Pronunciaremos más de una vez un NO claro y firme a todas las formas de violencia, venganza y odio hechas en nombre de la religión o en nombre de Dios. De acuerdo con el Pontífice la educación de los jóvenes es fundamental para combatir la violencia. -Para efectivamente enfrentar la barbarie de aquellos que promueven el odio tenemos que acompañar a los jóvenes, ayudarlos en el camino para la maduración y enseñarlos a responder a la lógica incendiaria del mal trabajando pacientemente para el crecimiento de la bondad-resaltó. En la mezquita el papa aseguró que la religión no es la causa de los conflictos y si la solución ya que “los populismos demagógicos no ayudan a consolidar la paz” -Para evitar conflictos y construir la paz es esencial trabajar para eliminar las situaciones de pobreza y explotación donde el extremismo hecha fácilmente sus raíces. Aunque al-Azhar haya condenado con vehemencia el fundamentalismo islámico la prensa partidaria del gobierno egipcio acusa a las autoridades religiosas de no haberse esforzado lo suficiente para reformar el discurso islámico dejando espacio a las interpretaciones fundamentalistas. La tensión entre el estado y los religiosos aumentó después de los atentados en abril contra las iglesias coptas. De acuerdo con el secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, el papa quiere llevar un mensaje de paz a un país derrotado por ataques extremistas islámicos y promover una cultura de respeto y tolerancia para las minorías religiosas. -El asunto principal para combatir la intolerancia es la educación. Hay que educar personas con diferentes creencias religiosas, especialmente jóvenes para que tengan un mayor respeto hacia otras religiones-afirmó al diario del vaticano “L’Osservatore Romano” — El tema del lenguaje es fundamental: cuando se usa un lenguaje violento existe un peligro que puede llevar a actos peligrosos. Juntos afirmamos la incompatibilidad entre la violencia y la fe, entre la creencia y el odio. El Papa también se encontró con Teodoro II, patriarca de la Iglesia Católica Ortodoxa Copta. Cerca del 10% de los 92 millones de egipcios son cristianos. La comunidad cristiana del país que es la más importante en Oriente Medio dice ser víctima de discriminación por parte de las autoridades y de la mayoría musulmana.
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