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SITUACIÓN ESPESA

Lácteos: Venezuela pagó pero aún debe y a Brasil le interesan otros quesos

El lunes 25, Venezuela hizo efectivo una parte de la deuda que mantiene con empresas lácteas uruguayas. Fue por el producto ya enviado. Se ignora qué pasará con el excedente. Brasil interesado por otros quesos.

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Por IPF

En el mes de julio, el presidente de la República, Tabaré Vázquez, daba “una noticia tremendamente importante”, según sus palabras. Lo que diría significaba “oxígeno puro para el país” y, por ende, para el sector lácteo, que era básicamente de eso de lo que trataba un acuerdo firmado. Tan optimista era el presidente, que llegó a expresar que esperaba que alguna de las industrias lácteas que habían cerrado pudieran reabrir sus puertas. Lo cierto es que el acuerdo se firmó, pero por distintos motivos, los negocios terminaron más cerca del fracaso que del éxito preanunciado. No fue suficiente El jueves 21, el embajador venezolano Julio Chirino afirmó que Venezuela pagaría. A los cuatro días, el lunes 25, se estaba efectuando el pago que, según una fuente del sector, resultó insuficiente: “Entre dos empresas, Pili y Calcar, recibieron US$ 10 millones, que es la diferencia que quedaba por cobrar de 50 millones de dólares que ellos debían haber efectivizado totalmente en noviembre y sólo pagaron 40. Que quede claro que eso es un remanente”. La misma fuente dijo que Claldy “no recibió un peso”. Caras y Caretas Portal quiso comunicarse con Claldy para confirmar esa información, pero aún no ha recibido respuesta. Lo cierto es que la fuente afirmó que Calcar cobró el 25 % de lo embarcado; Pili cobró algo más, la tercera parte, pero como se endeudó a cuenta de esos negocios, el Banco República del Uruguay (BROU) le retuvo el pago; Claldy aún no habría visto un peso. De deudas y de gustos El grave problema que tiene este negocio es que los industriales lecheros no pensaron dos veces a la hora de endeudarse. El acuerdo con Venezuela implicaba que la tonelada de leche la pagarían a razón de US$ 5 mil, cuando el mercado no pagaba más de US$ 2.700. El acuerdo parecía redondo pero, hasta por lo mismo, podía fracasar estrepitosamente. Las empresas igual confiaron en él y se endeudaron. Pili, por ejemplo, construyó una nueva planta y hoy piensa en cuánto deberá rebajar el pago de la leche a los productores, que pasarán de recibir $ 7 a $ 5,80. Algunos han podido colocarse en el mercado brasileño, que aunque esté en crisis no deja de ser un mercado grande. El problema es que a la mercadería la han tenido que colocar a US$ 2.300 la tonelada y los requerimientos del mercado brasileño no son exactamente los mismos que el del venezolano, aparte de competir con países arraigados en la región, como Perú. Mientras que Brasil se interesa por los quesos muzzarella, semiduro, duro y fundido, Venezuela lo hace por el colonia, dambo y requesón.

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