Larrañaga fustigó gestión de gobiernos del Frente Amplio

Larrañaga hace referencia a la seguridad, a la salud, a la vivienda y a la educación, a la inserción internacional y expresa que nada de ello ha mejorado. “Los que tenían la receta para cambiar la educación ¿qué hicieron? No paramos de retroceder y dejar sin oportunidades a los que menos tienen. Es la peor discriminación, la de las oportunidades», indicó.

Indica que el Frente durante décadas predicó un discurso que luego en el poder, no solo no mantuvo sino que lo desechó sin ningún remordimiento ético ni filosófico.

Una de las mayores inversiones de Uruguay, agrega Larrañaga, es una a la que el Frente Amplio y particularmente Tabaré Vázquez se opuso: las papeleras. “El país está jugado a una inversión llena de incertidumbres, tanto sobre la «rentabilidad económica» para el país como para la «rentabilidad ambiental» para nuestra sociedad y las generaciones que nos sucederán”.

Enfatiza que la bonanza que el país vivió por la mejora de precios internacionales no se trasladó a reformas sustentables. “Dilapidaron la bonanza, la tiraron en inversiones ruinosas, en negocios vergonzosos. Con falta de transparencia en todo lo que hace a la gestión pública”.

Más adelante sostiene que el interior sigue sin infraestructura, con capitales departamentales sin CTI, al tiempo que subraya que no hay en el norte ni IMAE ni aeropuertos que operen de noche.

Para Larrañaga, los jóvenes siguen sin tener las oportunidades que merecen.  “Un muchacho nacido en Topador hace 12 años tenía las mismas dificultades que hoy. Tiene que morir en la capital, no tiene trabajo y debe sí o sí emigrar. Nada cambió para el interior”, y agrega que “un muchacho nacido en cualquier barrio de la periferia de Montevideo, tiene menos oportunidades que un muchacho de la zona costera. La inequidad territorial, educativa y económica no ha sido revertida en esta década”. Subraya que “el Estado que moldeó el Frente, no funciona para los que menos tienen. No han generado salidas capaces de lograr autosuficiencia y por el contrario, apuestan a la dependencia que se retroalimenta”. A continuación expresa que cuando se terminó la bonanza de los precios internacionales, el Frente acudió a poner más y más impuestos a los trabajadores y jubilados. “Hicieron volar por los aires la promesa de campaña de no subirlos. Es lamentable pero cierto, en Uruguay quedan tantas cosas pendientes como antes de que llegara el Frente Amplio”. Casi en el final, el senador blanco manifiesta que “las cúpulas frentistas se acostumbraron al poder, se enamoraron de los sillones, de las comodidades y ventajas. Comodidades que durante años repudiaron”, e indica que “ahora vale todo para mantener el gobierno y por eso han dejado de ser un proyecto político e ideológico para ser un proyecto de poder, que se justifica a sí mismo y camufla sus incongruencias buscando enemigos en el resto del sistema político y social uruguayo. La tan vieja táctica de dividir”. Y agrega: “No cambiaron el país, cambiaron ellos”.

“La izquierda culta e intelectual ahora cobija desfachatados. El Frente que se pretendía alternativa moral ahora tiene como símbolo a los patos celestes” sostiene el senador, y subraya que “hoy queda claramente constatada su doble cara, sus mentiras y sus hipocresías”, expresó. Larrañaga indica que siendo oposición, no han hecho lo mismo que el Frente Amplio cuando estuvo en esta posición, apedrear, sino que “Hemos planteado caminos alternativos.

Subraya que “el país precisa un cambio real. Superador. Dejar de lado la división entre buenos y malos, hijo del relato cultural construido por décadas”. “Queremos construir, con el resto de las oposiciones, la alternativa real al proyecto frentista. En estos doce años, los gobernantes frentistas se empacharon de poder”.