Mirando las redes, no una encuesta, pero un reflejo del estado de ánimo de determinados sectores, noté algo llamativo. Cada vez que sale una foto mía con un dirigente del Frente Amplio (FA), o asisto al homenaje de algún caído en la lucha o de un amigo muerto después de restaurada la democracia, o si se inaugura un puente, rápidamente militantes del Partido Nacional (PN) espetan el mismo insulto: “Traidor, te olvidas de que vendieron a tu padre en el Club Naval”. Dejemos para otro momento, aunque quiero abordarlas, las heridas que dejaron abiertas entre las dos fuerzas que más combatieron la dictadura; algunos hechos políticos y la Ley de Caducidad. Se empieza, pero no alcanza, con la autocrítica necesaria de los que estamos convencidos de habernos equivocado, mal, en lo político abriendo heridas. Pero volvamos al tema. Cada vez que aparezco en una foto con un militante frenteamplista, surgen personajes que me llaman “traidor” o me recuerdan las negociaciones del Club Naval; personajes que no tienen empacho, no digo ya en sacarse selfies, sino en votar a favor de la interpelación llamada por Bordaberry o coordinar la labor parlamentaria con colorados”. Cuál no sería mi sorpresa ante la foto que se sacaron con el expresidente Sanguinetti los precandidatos del PN. Lo digo con todo respeto al exmandatario. Pero creí que fotos con quienes estuvieron en el Club Naval eran prueba de traición. Me pregunto: ¿el promotor, negociador y más firme defensor del Club Naval, no fue el expresidente Sanguinetti? Yo no creo en el disparate de que el pacto, lo comparta o no, haya sido una traición a la patria. Pero si lo creyera, sostendría lo mismo para todos los que fueron. Lo otro se llama “doble discurso”. Un argumento sirve si lo puedo usar contra alguno, pero si es contra otro, ese mismo argumento pasa a ser falaz. Es de eso, más que de tal o cual programa, que la opinión pública se hartó y es por ello que huyen los jóvenes, primero de partidos en los que crecieron y luego de la actividad política, de la más noble de las actividades. No son indiferentes, rechazan el engaño. Ahora, en este caso, la foto no es motivada más que por una razón partidista. Pero está bien. Es para pactar de antemano un programa de gobierno que les permite juntar votitos en el balotaje. Y, eventualmente, para gobernar juntos en un acuerdo de los partidos tradicionales con la exclusión del FA. Un alto dirigente del PN me escribió (conservo la misiva) tras mi anuncio de que me declaraba independiente por no encontrar un espacio wilsonista en el PN: “Espero no se te pase por la cabeza terminar en el FA, que traicionó a tu padre en el Club Naval, dejándolo preso”. Fue en esas condiciones que Sanguinetti salió presidente. Y eso, tercero y para terminar, en nombre de hacer resurgir el wilsonismo. ¿Qué decía Wilson de esto?: “[…] y me dijo, entre tantas conversaciones surrealistas que tuvimos: ‘Yo soy de los partidos tradicionales’. Y yo le dije: ‘Lo único que no se puede ser. Se puede ser nacionalista, se puede ser colorado, pero no se puede ser las dos cosas a la vez’. Nadie puede ser de los partidos tradicionales, y el que cree que puede ser, es porque no entendió absolutamente nada”. (Ver video en mi Facebook). Somos un país con una sucesión de constituciones armadas para el bipartidismo: Colegiado, Consejo Nacional de Administración, segunda vuelta electoral. Pero como la historia la hace la gente, el FA ya ha ganado en primera y segunda vueltas. “Un acuerdo nacional no puede convocarse con exclusiones” (Wilson). Me pregunto: ¿cuándo Wilson hizo un acuerdo con el Partido Colorado? Durante su gestión en el Ministerio de Ganadería, los partidos tradicionales votaron la Reforma Agraria, en el 71 y 73, para elegir y reelegir al Toba como presidente, y la noche del golpe (aunque editen audios para cambiar la historia), firmó con Seregni para luchar juntos contra la dictadura, apoyó la marcha del 9 de julio, la huelga general de la CNT y la ocupación de los lugares de trabajo. Yo mismo, antes de ir al exilio, militaba con Seregni, Ortiz, Cacho López, Goñi Castelao, dentro del país, en las jornadas de Acción Nacional. Para mantener a Wilson como bandera, en vez de adoptar su conducta, en el PN están reintentando las ideas que combatió toda su vida.
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