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Leishmaniasis: los dueños de los perros están obligados a permitir los análisis

De acuerdo con el protocolo de Salud Pública en los casos positivos se aplicaría la eutanasia y el Estado asegurará los medios si el dueño no tuviera recursos.

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A partir de la aparición del primer brote de leishmaniasis, en febrero del año pasado, las autoridades de salud ya han sacrificado a 17 perros, cifra que aumentará pues se han detectado 26 perros infectados y ésta es la “conducta recomendada” para interrumpir la transmisión de la enfermedad. El Ministerio de Salud Pública (MSP) ha señalado que hasta ahora no existe una vacuna eficaz para estos casos ni forma de evitar que los canes afectados transmitan la enfermedad, que puede extenderse al ser humano y resultar mortal sin tratamiento. De ahí que se haya establecido un protocolo para la detección y, en los casos señalados, el sacrificio de los perros. Según este procedimiento los dueños de las mascotas están obligados a permitir que las autoridades competentes tomen muestras de sangre en el animal y en el caso de resultar positivo el resultado se aplicaría la eutanasia. En estos casos el dueño puede optar porque sea su veterinario quien realice el acto, supervisado por la Comisión de Zoonosis. Si el tenedor del perro no tuviera los “medios suficientes” para realizarlo, “el Estado asegurará los medios para realizar el procedimiento de forma gratuita”, señala el protocolo. Cabe remarcar que tiempo atrás las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS y OPS), al tratar la prevención y control de la leishmaniasis visceral -la forma más grave del virus-, instaron a prohibir los tratamientos en los canes con drogas registradas para el uso humano. Éstos, de acuerdo con las autoridades, además de no dar resultados , interfiere en los trabajos epidemiológicos y genera cepas más agresivas para las personas y animales. Acciones del MSP En tanto que el departamento de Salto fue declarado en emergencia sanitaria, el MSP diseñó un plan de acción de “carácter interinstitucional” para controlar la enfermedad. Entre esas acciones la cartera de salud le ha dado relevancia a la comunicación, a la vez que implementa medidas preventivas. La falta de información en torno a la leishmaniasis ha sido, precisamente, uno de los reproches que activistas en contra del sacrificio de perros han argumentado. Según ellos, este tema está siendo “mal abordado” y aseguran que esta es “una enfermedad tratable” y que debidamente medicados, los perros infectados “logran una vida normal, llevando los controles correspondientes, al igual que sucede cuando la enfermedad está presente en humanos”. Las autoridades de salud planean interrumpir la circulación de parásitos mediante el control de los reservorios. Para ello, instan que se mantengan limpios los hogares y sus cercanías, sin acumulado de ramas, troncos, residuos de poda y acumulación de desechos orgánicos. Además, buscan poder realizar un diagnóstico y tratamiento precoz de las personas enfermas. De igual forma se recomienda delimitar el espacio de las casillas de perros, gallineros y otros refugios de animales, y alejarlos de las viviendas. No es aconsejable el uso indiscriminado de insecticidas, ya que tienen corta duración y dispersión espacial, producen contaminación ambiental y favorecen la resistencia. Se debe proteger a los perros con collares repelentes del insecticida deltametrina a 4 por ciento y cambiarlos cada 4 meses. De igual forma, se debería adquirir las mascotas en criaderos reconocidos y exigir un estudio negativo para leishmania del cachorro o de la madre. Para disminuir el riesgo de infección de las personas el MSP considera importante evitar estar al aire libre en las horas de mayor actividad de los flebótomos, cubrirse con ropa adecuada, colocar mosquiteros en puertas y ventanas de la casa y tules sobre las camas de los más pequeños y evitar compartir espacios con los perros en los horarios de actividad vectorial. También recomiendan alejar más de cinco metros el lugar donde duermen los perros de las camas de los humanos, utilizar repelentes con DEET (N,N-dietil-meta-toluamida) y pastillas termo evaporables (piretroides) en la vivienda durante las horas de actividad vectorial.

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