El núcleo sindical del Liceo 32, donde funciona Ciclo Básico para estudiantes sordos e hipoacúsicos, había resuelto la ocupación del centro por falta de intérpretes para los alumnos y superpoblación. En ese contexto, también se solicitaba la apertura de nuevos grupos, para poder atender de buena manera, a esta población que requiere herramientas específicas para el aprendizaje. Actualmente había 12 estudiantes sordos o hipoacúsicos por clase, cuando el ideal es de 8 alumnos.
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