Más allá de los hechos que se evocaban, significativos para el país y para el Partido Nacional en particular, la ocasión fue propicia para que ambos líderes, sin mencionarse, se enviaran recíprocos mensajes, que aparentemente marcarían una pausa para las ásperas acusaciones que ambos se lanzaron en los últimos meses. Como se recordará, la confrontación interna se externalizó con las duras declaraciones de Lacalle Pou, referidas a la conducta del intendente de Soriano, Agustín Bascou (perteneciente a Alianza Nacional), acusado de vender combustible a la intendencia que encabeza. En ese momento, Luis Lacalle pidió la suspensión del intendente cuestionado, mientras el sector de Larrañaga no fue más allá de un apercibimiento. Las fuertes declaraciones del líder de ‘Todos’ fueron replicadas por Jorge Larrañaga, quien cuestionó la postura de Lacalle en la interna, calificándola de “soberbia y equivocada”, y confirmó –lo que hasta ese entonces no había hecho- que se presentaría a las elecciones internas para postularse a la candidatura presidencial por el Partido Nacional. Sin embargo, luego de pasar a la ofensiva, Jorge Larrañaga debió afrontar problemas en su propio sector, ya que cuatro intendentes de Alianza Nacional se reunieron con el propósito de constituir una alternativa electoral al margen del liderazgo del Guapo, quien rápidamente atribuyó la disidencia a maniobras del sector de Lacalle Pou para llevarlos a su redil. Sin embargo, en la ceremonia alusiva a la defensa de Paysandú, se advirtió una distensión de la situación. En su discurso, Larrañaga (que jugaba como local) insistió en la búsqueda de la “unidad en la diversidad”, al tiempo que Lacalle Pou se mostró contemporizador con su rival en la interna, agradeciendo el apoyo que este le brindara en las elecciones de 2014, cuando integraron conjuntamente la fórmula presidencial del Partido Nacional.
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