Por A.L.
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Nacida en San Pablo, Brasil, y con una elogiada trayectoria en la escena sinfónica de su país y en la internacional, Ligia Amadio es, desde comienzos de este año, la primera mujer que asume la conducción del proyecto artístico de la Filarmónica de Montevideo. Y este no es un dato menor, ni pintoresco, ni oportunista. Es que en un competitivo campo como el de la dirección orquestal, que además está dominado por sus colegas varones, Amadio rompe el molde. O, mejor dicho, lo hace trizas con su apasionada convicción del lugar que deben ocupar las mujeres en esta función musical, con su técnica y su capacidad de comunicación; un impulso que llega como saludable viento fresco para la práctica sinfónica local, en la que el potencial de llevar adelante proyectos artísticos de valor compite (o se lleva a los codazos) con un lastre de problemas de gestión, presupuestos y infraestructura.
Formada primero como ingeniera, Amadio se graduó después en dirección orquestal en la Universidad de San Pablo, hizo un postgrado en artes en la Universidad de Campinas, ha realizado varios cursos de especialización en reconocidos centros académicos latinoamericanos y europeos, y cursa un doctorado en música en su ciudad natal. En materia de premios la lista es bastante larga. En 1997 fue la primera mujer en ganar el concurso internacional de Tokio; también fue el primer premio en el Concurso Internacional de Santiago de Chile al año siguiente; en su país recibió varios premios por su labor en el podio orquestal. Y sigue.
Pero estos datos, y otros detalles académicos que pueden consultarse en su sitio en internet, sólo son una parte del aval de su trayectoria. De su temperamento interpretativo y de la precisión de su técnica, los principales testigos son los escenarios, la crítica, el público. Dos performances de 2004, en el Teatro Colón, de Buenos Aires, quizás alcancen como muestras: su personal versión de la ópera para radio Los dos tímidos (1950), compuesta por el italiano Nino Rota (reconocido por sus trabajos musicales en el cine), y la vehemente revisión del Concierto para piano No 3 de Beethoven junto con la notable pianista argentina Martha Argerich (fue en el marco del festival que lleva el nombre de Argerich). Dos obras con diferencias notables en sus lenguajes, en sus concepciones estéticas, que actualizaron sus sentidos musicales y metamusicales con interpretaciones conmovedoras. Youtube, la vidriera audiovisual y planetaria de referencia, exhibe las pruebas concretas.
De su carisma y capacidad de comunicación, los testimonios los dan los músicos. Contó Daniel Lasca, concertino de la Filarmónica de Montevideo: “Recuerdo muy bien cuando Ligia vino por primera vez a Uruguay, que fue para dirigir a la orquesta sinfónica del Sodre. Y lo recuerdo muy bien porque hizo algo inusual. Ella llegó y, antes de empezar el ensayo, fue a cada uno de los asientos a saludar a los músicos, a presentarse, a preguntarles sus nombres y a presentarse. Eso habla de su calidad humana. La amistad con muchos de los músicos se ha consolidado a lo largo del tiempo. Con ella hemos hecho programas con músicas formidables, y ahora se harán muchas más”.
Manos a la obra
A un mes de asumir el nuevo cargo, Amadio ya hizo sus primeros movimientos. El martes, en la presentación oficial ante la prensa y autoridades locales realizada en la sala Delmira Agustini del teatro Solís, dio a conocer apenas algunos detalles, los suficientes para al menos inquietar a algunos de los custodios del protocolo, de la corrección.
“Fui recibida por todos con mucho cariño y con mucha apertura, algo que es muy importante. Apertura para escucharme, para compartir proyectos, para crear juntos nuevas ideas y para buscar soluciones para algunos problemas que tendremos que enfrentar con coraje pero con alegría… porque tengo la esperanza de que vamos a encontrar la salida para esos problemas”, dijo al comienzo de su presentación.
Y sin mayores rodeos, anunció que en tiempo récord se logró definir los contenidos de la temporada 2017 de la Filarmónica, que la tendrá en el podio orquestal en más de la mitad de los 39 conciertos programados. “Pensamos que una temporada de esta importancia, de la que en marzo se presentarán los detalles completos, debe tener en un lugar privilegiado al músico uruguayo, a los compositores, a los solistas. Haremos estrenos importantes y también se incluirán obras de compositores ya consagrados en los programas de la temporada principal, como Eduardo Fabini, Jaurés Lamarque Pons, Ricardo Storm, Álvaro Méndez, Beatriz Lockhart, Felipe Ortiz, Florencia Di Concilio, entre otros. Entre los solistas estarán Enrique Graf, Eduardo Fernández, Raquel Boldorini, nuestro concertino Daniel Lasca, Élida Gencarelli, Ciro Foderé, que está radicado en Estados Unidos”.
En coordinación con la política de descentralización que lleva adelante la Intendencia de Montevideo, la orquesta no sólo presentará sus programas en la sala principal del Solís, donde realizará veinte conciertos, sino que además llegará a otros puntos de la ciudad con diversos repertorios. “Además, alinearemos nuestra gestión hacia la equidad de género”, subrayó la nueva directora. “Y por eso hemos invitado a varias directoras para conducir a la orquesta a lo largo de la temporada, y haremos aquí la segunda edición del Simposio de Mujeres Directoras, que se realizó por primera vez el año pasado en Brasil, y también el primer Curso Internacional de Dirección de Orquesta”, informó Amadio. “Hay muchos proyectos, pero todavía quedan detalles por definir. Estamos en el arranque. Una de las ideas que este año no se pudieron concretar fue la de la grabación o filmación de música de creadores uruguayos, que es uno de los objetivos de la Filarmónica. Pero, ciertamente, trabajaremos para que esto se concrete en el año próximo”, añadió.
Camino empedrado
Como bien indicó Lasca en la presentación oficial de Amadio, para una orquesta sinfónica es fundamental el trabajo de un director titular: “Es, sin duda, el que encausa todo el potencial artístico de la formación. Es el que la hace crecer. Los maestros que precedieron a la maestra Amadio, más allá de sus diferencias, dejaron una marca en lo que hoy es la Filarmónica”.
En ese trabajo, las cualidades personales y artísticas de la directora paulista juegan a favor. Pero el camino no estará exento de dificultades. Una de ellas tiene una larga historia: buena parte del plantel de músicos de la Filarmónica también integra la Orquesta Sinfónica del Sodre, lo que ha generado y genera un sinnúmero de serios inconvenientes en la coordinación de ensayos, conciertos y ciclos en una misma temporada.
Sobre este tema, la visión de Amadio, al menos por ahora, es optimista: “La coordinación con el Sodre ha sido maravillosa. Y para esta temporada está todo muy bien planeado. Tuvimos que ajustar algunos detalles, por ejemplo, con el Ballet Nacional, que exige muchos ensayos. Pero encontré gente que sabe dialogar y que está dispuesta a coordinar esfuerzos e ideas. En ese sentido, con algunos eventos tuvimos que ceder fechas, pero, por ejemplo, para equilibrar la situación el Sodre nos cedió su coro para poder hacer el fantástico Requiem de Giuseppe Verdi”.
La solución a este problema, agregó, pasa por lo político: “Es en ese campo de decisiones que se puede resolver, ya que esto tiene que ver con los presupuestos, con la asignación de fondos para separar realmente los ámbitos de trabajo de las dos orquestas, con músicos exclusivos para cada una. Es la única salida que yo veo. Claro, si es que quieren resolver realmente el tema. Para los músicos eso sería lo mejor, porque, debo reconocer, con esta superposición ellos trabajan hasta la muerte. Entonces, obviamente, tendrían que ser remunerados justamente en los dos organismos”.
Otro de los problemas, también marcado por Lasca, es que la Filarmónica no cuenta con una sala de ensayos adecuada. “Una de mis metas para este año –recalcó Amadio– es tener, al fin, ese espacio. Cuando comencé a trabajar recibí sólo una agenda de fechas ya definida, pero no los contenidos artísticos. Y al avanzar en los detalles me di cuenta de que se iban a hacer pocos conciertos y muy pocos ensayos en el Solís. El Solís es nuestra casa, así que tiene que haber una coordinación técnica en este espacio que permita que la orquesta ensaye todos los días en esta sala. En los grandes teatros del mundo hay actividades en la mañana, en la tarde y en la noche. Y no puede ser que por una actividad en la noche no se pueda ensayar ni en la tarde ni en la mañana. Pienso que esto tiene que ver con las políticas de administración, que seguramente irán cambiando con el tiempo, con la buena voluntad, y si todos entienden la importancia que tienen para una orquesta los ensayos en la sala donde va a tocar”. No hay que agregar ni una palabra más.