Procuro estar informado y festejo los éxitos del gobierno. En el caso de los entes, festejaría cualquiera fuese el gobierno, pese a lo cual no tengo dudas de que el próximo también será frenteamplista. ¡Buen candidato para salir segundo!, dijo Botana refiriéndose a que nuevamente sea Lacalle Pou el candidato del Partido Nacional. Yo, si fuese burrero, le jugaba unos cuantos “placé”, es una fija cantada. Donde la cuestión es más confusa es en los terceros y cuartos. Hay que ver cómo hace el Partido Colorado para volver convincente al candidato de Sanguinetti, quien nunca se ha distinguido por su capacidad para elegir ganador. El Dr. Tarigo, víctima de la bronca que habíamos acumulado justamente contra Sanguinetti; Luis Hierro López, que llegó de noche, y ahora Talvi. La creación del Dr. Ramón Díaz fue maquillada, para utilizar un lenguaje equívoco. “Vamos bien”, dice, “pero terminaremos mal” Agregando que, modestamente, él es el “Hombre del Destino”, el salvador que, a condición de que le den plenos poderes, tomará las medidas milagrosas que nos harán felices. Achicar el déficit del Estado, lo que, en otras palabras, se puede decir “bajar costos”. A como dé lugar. Despidiendo funcionarios (no policías y menos militares), rebajar salarios y privatizar entes y servicios. “Moderar la inflación” liquidando los Consejos de Salarios, dejando de lado la indexación y llevando la discusión salarial en los privados a la escala más reducida. Por supuesto, con especial atención a los más débiles. Trabajos no especialmente calificados, rurales y domésticas. Y por supuesto, “salvar” a la Previsión Social eludiendo con alguna artimaña la disposición constitucional, dejando caer las pensiones y elevando la edad mínima para el retiro a la vez que se aumenta el número de años. Por supuesto, aunque no remarcado: moderar o liquidar toda esta moda nueva de atender a los sectores más desprotegidos. Callando que el crecimiento de la economía en este último tiempo ha tenido como fundamento no la exportación que tiene buenos volúmenes, sino precios “planchados”. Si la economía se ha recuperado y ganado impulso ha sido, sobre todo, por el consumo interno. Porque muchos que estaban por fuera ingresaron al circuito de consumo gracias a la especial preocupación que hemos tenido por los más débiles. Y en general, porque la gente tiene más plata. Volveré sobre el tema. Nada de eso lo destaca, pero está implícito en el proclamado fin de reducir el déficit. Y nada es novedad, desde los años 60 lo proclamaban los gobiernos blancos, colorados y verdes como el momentáneamente desagradable remedio para alcanzar, luego, la felicidad. Hay, con todo, una novedad respecto de la vieja prédica: en esta ocasión no está el reclamo de la libertad cambiaria. ¡Bien saben que si el Banco Central no interviniese para sostenerlo el dólar estaría bastante por debajo de lo que está ahora! En fin, no creo que el coloradismo, expulsando al batllismo, logre una colocación mejor que el tercer puesto. Pero esos son otros López. A lo que quiero ir es a que no me chupo el dedo y festejo que UTE haya, por primera vez en su historia, distribuido más energía eléctrica proveniente de fuentes renovables que la producida por petróleo. ¡Muy bien por el compañero! Pero faltó aclarar que esa energía proveniente de fuentes renovables en su gran mayoría fue comprada. No generada por el ente energético sino comprada por este a particulares. Biomasa a la ex Botnia y a Montes del Plata, y eólica y fotovoltaica a otros privados. Cierto, tenemos algunos parques propiedad de UTE, pero la mayoría son privados que nos venden a precio y cantidades previamente pactadas. De cualquier manera está siendo negocio, porque revendemos al exterior, exportamos energía eléctrica y eso nos da ganancia. A lo que quiero llegar es que ya no somos productores monopólicos de energía eléctrica y que esta privatización se hizo sin que se haya discutido en ningún lado. Ningún lado en el cual eso que se llama “opinión pública” haya tenido conocimiento y, menos, participación. Aclaro, no estoy en contra, no es una especie de fanatismo de que todo lo privado es malo y todo lo estatal es bueno. Ahora, son cosas que hay que manejar con cuidado. La vieja doctrina batllista de que únicamente el Estado tenía la plata y el coraje necesarios para hacer grandes inversiones en servicios estratégicos ha sido superada por la realidad de que los Estados nacionales están más débiles que un anémico grave. El capital trasnacional, provenga oficialmente de donde provenga, tiene la capacidad de inversión que antes tenían los Estados y coloca dónde y cuándo le conviene. Le convino producir celulosa en nuestro país, más por los eucaliptos que tenemos y crecen mejor que en ningún lado, que por las facilidades que obtuvieron y por las cuales se instalaron papeleras en Uruguay. Estaba implícito que así sería desde que aprobamos la ley de Forestación. Que nos sirvió para ingresar al Plan Brady y salir a un costo relativamente soportable de la crisis de la deuda de los años 80 y que luego nos abrió un nuevo y lucrativo renglón exportable: la celulosa. Como desecho de la producción de celulosa está este asunto de la biomasa que puede producir -y produce- energía eléctrica cuyo sobrante compramos. Me parece muy, pero muy bien, lástima que uno tiene que llegar a saberlo averiguando. ¡Concluyamos! La convivencia con la inversión privada es inevitable y no podemos oponernos cerradamente. Si UTE hubiese hecho con su sola fuerzas la inversión en molinos no tendríamos la mitad de los que están produciendo y no hubiese podido volcarle 500 millones de dólares al Presupuesto. Y si las papeleras no venían nos tendríamos que comer los eucaliptos. Lo que diría es “condición necesaria” para admitir y auspiciar la inversión privada transnacional y anónima en nuestros servicios esenciales es que nos reservemos el derecho de decir ¡basta! Hasta aquí llegaron, de aquí en adelante sigo solo o con otro socio, ¡y no me podés dejar en la vía! Cualquier corte de suministros tendrá que ser por convenio y el momento lo pone el Estado. Y, para eso, no hay que andar dando vueltas en los contratos, lo que hay que tener es capacidad propia de suplir el servicio que se nos retire. Eso sí, me gustaría, porque creo que vivo en un país ejemplarmente democrático, que, cuando se me informa, se me informe todo. Unos rengloncitos para este amague de “revolución con pitos y matracas” de algunos rurales y otros disfrazados de tales o “vinculados” al agro. En este momento el agro está pasando mal: precios bajos, costos relativamente altos (sobre todo porque precios y dólar están planchados) y perspectivas inciertas. Muy bien, vayamos por partes. Son “todos” o son todos los que se juntaron. Porque una cosa es una cosa y otra es que un agregado informe de autoconvocados se mande sus “agitetas” auspiciados sobre todo por el diario del Opus Dei que dirige Peirano. Las principales gremiales se desmarcaron un poco pero, como se saben débiles, no terminaron de marcar la cancha. Todos están pasando por dificultades, pero en esta época la mayoría tiene cosas que hacer para enfrentar el año. Y muchos, si bien se sienten un tanto desamparados, tienen que reconocer que el Estado está haciendo. Está buscando soluciones y que no son los únicos que están en dificultades. ¿Qué les parece si el Banco Central se retira del mercado cambiario y deja que el dólar flote o se hunda de acuerdo al juego de la oferta y la demanda? Recuerden que el Banco Central está vendiendo moneda buena (pesos en Letras de Regulación Monetaria) para comprar moneda mala. Porque el dólar en este momento es una mercadería a la baja que no gobernamos. Así que, antes de quejarse y amenazar con cortar carreteras, vamos a conversar. Es decir, conversar con los representativos, y no con los autoproclamados radicales. ¿Quieren cortar?¡No se priven, por favor, la libertad es libre! Eso sí, una cosa es empezar y otra es la forma en que se termina. Siempre me dije que en toda guerra hay uno que se equivocó y la empezó pensando en que la ganaría. Con el pico y un micrófono somos todos guapos. El asunto es empezar. Y no los estoy desafiando, les estoy advirtiendo que una cosa trae la otra y que siempre hay escalones por subir. Supongo que no soy el único que ha visto lamentables líos en canchas de fútbol empezadas por un par de bocones que se trancaron. Primero a los gritos, luego a los pechazos y, cuando querés acordar, medio mundo anda a los piñazos. No quisiera que por culpa de unos pocos que se sintieron potencia porque los rodeaban algunos cientos y tenían un micrófono en la mano terminemos en un enfrentamiento serio. Eso sí, compañero presidente, si necesita convocar para ver quién es más, cuente con mi presencia. Y una última cosa que tengo planteada como una duda que nadie ha encarado. Con lo que se ha gastado en automóviles cero km se habrían comprado casi doscientas mil hectáreas de campo. ¿Cómo es la cosa? ¿Quién está ganando? Pasa lo mismo con los argentinos, vienen de a millones y gastan a lo porteño pero en la Argentina hay gente pasando muy mal. Rebajaron las prestaciones sociales, hay desocupación. La “academia” debería darnos una explicación. Yo únicamente alcanzo a vislumbrar el fenómeno, pero alguien tiene que poder explicarlo.
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