Lourdes Rapalin viene trabajando en temas sociales desde antes de ser electa como representante nacional por el Partido Nacional. En su rol de empresaria trata temas como el acoso laboral y la prevención del cáncer de mama, entre otros. Caras y Caretas conversó con Rapalin sobre las acciones que viene llevando adelante.
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“Hace años que a través de mi empresa [Bethel Spa] vengo trabajando con MAMA MIA en concientizar a las mujeres y a los hombres en todo lo que es la prevención del cáncer de mama”.
Las acciones son a través de internet (facebook.com/fb.mamamia) evacuando consultas de mujeres que están en tratamiento y también de hombres que se preocupan por la salud de las integrantes de su familia.
“Las personas que integran MAMA MIA ya han vivido la experiencia de padecer cáncer y lo que hacen es ayudar a otras que tienen dudas y miedo. Una de las cosas que más se necesitan son pelucas”. En Bethel Spa se dedican a cortar pelo para hacerlas. Las personas que quieran donar su cabello tienen que llamar al 2 613 88 99, las recibe un profesional, y la empresa les hace el corte que quieran de forma gratuita. Para que el pelo sirva tiene que tener por lo menos 22 centímetros de largo y debe ser atado con una cola de caballo y cortado en forma recta. Si la gente tiene pelucas para recuperar las pueden llevar al local (José Ellauri 795) y son prestadas e intercambiadas. También hay charlas sobre cómo maquillarse y usar pañuelos, esto para las mujeres que no les gustan las pelucas. De esa forma acompañan el proceso terapéutico.
“No siempre las mujeres pueden recurrir a una peluca y muchas veces es momentáneo. En Bethel Spa lo que hacemos es poner a disposición las pelucas que después las pasan a otras personas”.
En octubre, mes elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la prevención del cáncer de mama, Ripama (Rehabilitación Integral en Patología Mamaria), MAMA MIA y la propia Rapalin promovieron la intervención del cartel de Montevideo: pintaron de rosa las letras.
“En 2015 tratamos de darle más fuerza a este tipo de iniciativas. Pintando el cartel de Montevideo tratamos de involucrar a toda la sociedad. No es que por eso se elimine el cáncer, es una forma de que la gente recuerde la importancia de la prevención y la necesidad de realizar los controles correspondientes. Fue una de las pocas veces en las que ese lugar de la rambla fue cuidado por todos. Nos donaron la pintura y todos se sintieron involucrados”.
Acoso moral laboral
Otro de los temas que toca Rapalin es el mobbing o acoso moral laboral. De hecho, en su rol de representante nacional, está elaborando un proyecto de ley que será presentado en la próxima legislatura. Trabaja junto a la psicóloga Silvana Giachero y al especialista español Iñaki Piñuel, brindando charlas tanto a empleados como a empresarios.
Según Rapalin, uno de los indicios de acoso moral laboral es la rotación permanente de personal. “Todos los empresarios dicen que la gente no se compromete, a veces sucede, pero uno de los temas principales de rotación de personal es el acoso psicológico laboral. Cuando se saca la manzana podrida todo empieza a cambiar, la empresa comienza a funcionar bien, el equipo está feliz, y si eso pasa la empresa es redituable. Yo insisto con los empresarios, tienen que controlar este tema si es que quieren tener empresas exitosas”.
Rapalin dijo que no es frecuente el acoso moral de parte de empresarios hacia empleados.
“Son pocos los pequeños y medianos empresarios que son acosadores. No es frecuente porque están en contacto directo con el equipo. Por lo general el acoso se da desde mandos medios hacia abajo, aunque ahora se está dando mucho de abajo hacia mandos medios o hacia jefes. Cuando el jefe está en contacto con sus empleados es muy fácil de solucionar, se prescinde de la persona. Lo que pasa es que un empleado puede manipular a un empresario en contra de otro empleado. Una persona puede estar manipulando al jefe”.
En términos coloquiales le está serruchando el piso o dándole manija al jefe. “Hay empresarios que no se dan cuenta. Es como el dicho: cuando Juan habla de Pedro dice más de Pedro que de Juan”.
Para la empresaria uno de los factores que inciden en el acoso es el individualismo.
“La persona que es víctima de acoso psicológico es seducida y no se da cuenta. Hay una manipulación, pasa con los niños, con el bullying en la escuela. Siempre es uno el que echa la bola a andar, después están los cómplices que actúan y está el que sale lastimado. Los cómplices por miedo no hablan”.
“Hoy vivimos en una sociedad individualista. Siempre digo que tenemos que eliminar el ‘yo’, porque siempre es: ‘yo quiero’, ‘yo necesito’, ‘yo voy a hacer’. Hemos dejado de mirar al otro y es lo que nos está convirtiendo en una sociedad agresiva. Si nos proponemos entender al otro creo que podemos mejorar un montón de cosas”.
Un hecho en el que se involucró Rapalin fue el cierre, en diciembre, del Sanatorio Canzani, perteneciente al Banco de Previsión Social (BPS).
“Yo no soy quién para decir si la medida es justa o no, pero considero que hubiera sido bueno que la gente que toma las decisiones se comprometiera más. Ahí había un equipo formado a primer nivel, era un hospital de alta calidad. Si bien se dice que no se cerró, que se trasladó, la forma en que se manejó no me parece la mejor. Se avisó a los funcionarios a último momento y se tomó la decisión quince días antes. Pero bueno, quienes tomaron la resolución están en los cargos y sabrán por qué lo hicieron. Si algún día tienen que rendir cuentas sabrán a quién”.
Seguridad, un tema de todos
“El tema de la seguridad es algo que nos toca a todos. Yo no tuve que esperar a tener un chico de 16 años apuntándome con un arma para darme cuenta de lo que está pasando. No podemos mirar para el costado y esperar que nos pase a nosotros para hacer algo”.
Rapalin dijo que no está a favor ni en contra de la baja de la edad de imputabilidad, “creo que es un tema que está descartado. Creo que la educación hay que darla en casa y que los límites hay que marcarlos. He visto situaciones de chicos que roban y no son niños que viven en zonas carenciadas. Hay chicos de muy bajos recursos que vienen de familias muy complicadas, niños que no tienen ni baño en su casa y sin embargo son muy educados, y he visto chicos de muy buena posición económica que están atravesando situaciones de drogas o alcohol y roban”.
Las drogas, el alcoholismo y la violencia de género son temas que atraviesan todas las clases sociales, así como la discriminación hacia la mujer.
“A mí me ha costado mucho estar en medio de hombres y dirigir una empresa. Siempre nos están subestimando. Pero también he visto muchos hombres víctimas de violencia doméstica, muchas mujeres también pasan por el alcoholismo”.
Rapalin señala que las mujeres tienen tantos derechos como los hombres, “no estamos por encima de ellos pero tampoco por debajo. Tenemos que pelear por nuestros derechos”.
La empresaria aseguró que, aunque le gusta que tengan gestos galantes con ella, como que le acerquen la silla o le abran la puerta, eso no la hace una persona débil.
“Tenemos que tener las mismas oportunidades. Hoy, lamentablemente, somos subestimadas. Las mujeres nos tenemos que unir, no en contra de los hombres, esto no es una pelea. Tenemos que generar derechos para nosotras”.