Lula fortalece la tesis petista de que el impeachment (juicio político) contra la Presidenta Dilma Rousseff fue un golpe parlamentario y acusa a sus responsables de estar, ahora, en vías de apoyar el nombre de la “serpiente fascista”: “Fueron ellos quienes crearon esa amenaza a la democracia y a la civilización”.
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A continuación, la carta.
Brasil está muy cerca de decidir, una vez más, por el voto soberano del pueblo, entre dos proyectos de país: el que promueve el desarrollo con inclusión social y aquel en que la perspectiva de desarrollo económico solo está para hacer a los ricos, más ricos y a los pobres, más pobres. El primer proyecto fue aprobado por la mayoría en las cuatro últimas elecciones presidenciales. El segundo fue impuesto por un golpe parlamentario y mediático travestido de impeachment.
Esta es la verdadera disputa en las elecciones del 7 de octubre. Fue por esa razón que mi nombre creció en las encuestas, pues el pueblo comprendió que el modelo impuesto por el golpe está equivocado y es necesario cambiarlo. Anularon mi candidatura, de forma arbitraria, para impedir la libre expresión popular. Pero es también por la existencia de dos proyectos en disputa que la candidatura de Fernando Haddad viene creciendo, en la medida en que va siendo identificada con nuestras ideas.
Con cierta perplejidad, pero sin gran sorpresa, veo líderes políticos y analistas de prensa decir que Brasil estaría dividido entre dos polos ideológicos. Y que el país debería buscar una opción “de centro”, como si la opción por el PT fuera “extremista”. Además de falsa y, en ciertos casos, hipócrita, es una lectura oportunista, que pretende confundir al elector y falsear lo que está realmente en juego.
Desde la fundación, en 1980, el PT polarizó, sí: contra el hambre, la miseria, la injusticia social, la desigualdad, el atraso, el desempleo, el latifundio, el prejuicio, la discriminación, la sumisión del país a las oligarquías, al capital financiero y a los intereses extranjeros. Fue luchando en ese campo, al lado del pueblo, de la democracia y de los intereses nacionales, que nos acreditamos para gobernar el país por el voto; jamás por el golpe.
El pueblo brasileño no tiene ninguna duda sobre de qué lado estuvo siempre el PT, sea en la oposición o en los años en que gobernamos el país. La sociedad no tiene ninguna duda sobre el compromiso del PT con la democracia. Nacimos luchando por ella, cuando la dictadura imponía la tortura, la reducción de los salarios y la persecución a los trabajadores. Peleamos en las calles por las elecciones directas e hicimos avanzar la Constituyente. Gobernamos con diálogo y participación social, en un ambiente de paz.
La fuerza electoral del PT está respaldada en esa trayectoria de compromiso con el pueblo, la democracia y el Brasil; en las transformaciones que realizamos para superar el hambre y la miseria, para ofrecer oportunidades a quienes nunca las tuvieron, para probar que es posible gobernar para todos y no solo para un puñado de privilegiados, promoviendo el mayor ascenso social de todos los tiempos, el mayor crecimiento económico en décadas y la soberanía del país.
Fue el pueblo que nos trajo hasta aquí, a pesar de todas las persecuciones, para que se pueda revertir el golpe y retomar el camino de la esperanza en estas elecciones. Si cerraron las puertas a mi candidatura, abrimos otra con Fernando Haddad. Es el pueblo que pone en jaque al proyecto ultraliberal, y eso no estaba en el cálculo de los golpistas.
Son ellos el otro polo en estas elecciones, cualquiera sea el nombre de su candidato, inclusive aquel que no osan decir. Ya tuvieron que responder por el nombre de Aécio Neves, ese mismo que hoy quieren esconder. Intentaron con un animador de espectáculos, un vigilante y un aventurero; les faltó un candidato sin votos. El nombre de ellos podrá venir a ser el de la serpiente fascista, sorprendida en el nido de odio, de violencia y de mentira.
Fueron ellos quienes crearon esa amenaza a la democracia y a la civilización. Asuman la responsabilidad por lo que han hecho contra el pueblo, contra los trabajadores, la democracia y la soberanía nacional. Pero no vengan a predicar una alternativa electoral “al centro”, como si no fueran los responsables, en colusión con la Red Globo, por el despertar de la barbarie. Escribo este artículo para el “Jornal do Brasil” porque es un vehículo que viene practicando la democracia y la pluralidad.
Quien coquetea con la barbarie, cultiva el extremismo. Quien lucha contra ella, nada tiene de extremista. Tiene compromiso con el pueblo, con el país y con la civilización. En la disputa entre civilización y barbarie, se debe elegir un lado. No hay lugar para quedarse arriba del muro.
En octubre tendremos la oportunidad de recuperar la democracia otra vez, cerrando uno de los períodos más vergonzosos de la historia y de los más sufridos para nuestra gente. Estoy seguro de que estaremos juntos con todos los que lucharon por la conquista de la democracia con gran dificultad y con gran sacrificio. Y estaremos juntos con las mujeres que no aceptan la sumisión, con los negros, indígenas y con todos y todas quienes han sufrido, a lo largo de siglos, la discriminación y el prejuicio.
Estaremos juntos, todos los que, independientemente de diferencias políticas y trayectorias distintas, tienen sensibilidad social y convicciones democráticas.
Será una batalla difícil, como pocas. Pero estoy seguro de que la democracia será victoriosa. De mi parte, estaré donde siempre estuve: al lado del pueblo, sin ilusiones ni vacilaciones. Con amor por Brasil y compromiso con el pueblo, la paz, la democracia y la justicia social.
LUIZ INACIO LULA DA SILVA
Ex presidente de la República y presidente de honor del Partido de los Trabajadores