La ex ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, no concurrió este lunes a su comparecencia ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Representantes sobre “licencias irregulares” de dirigentes de la Federación Nacional de Educación Secundaria (Fenapes).
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Muñoz, que ocupó la cartera de Educación en el último gobierno frenteamplista, envió una nota justificando los motivos de su ausencia en la comisión, prevista para este lunes a las 14.30 horas.
La ex jerarca declinó “amablemente la invitación” en el entendido de que su presencia sería “innecesaria e irrelevante”.
Argumentó que no escapaba al conocimiento de los legisladores que, “tal como establece la ley de educación del año 2008, los consejos encargados de la gestión de la enseñanza pública tiene autonomía en la gestión técnica y administrativa”, siendo tarea del Ministerio marcar “los lineamientos generales de la gestión, de acuerdo a lo establecido por el Poder Ejecutivo, sin violar la autonomía de los consejos, que toman luego autónomamente sus decisiones”.
“El ministerio no puede ni debe por lo tanto interferir en los controles de asistencia de docentes y de personal a cargo de los consejos, y durante mi gestión no lo hizo, lo que vuelve innecesaria e irrelevante mi presencia en esa comisión investigadora”, señala Muñoz.
En otra parte de la nota, la ex ministra aprovecha para remarcar “con claridad” la importancia de que “los representantes gremiales tengan horas para dedicarse a las tareas propias de la representación de otros docentes”.
“Del mismo modo que los legisladores cobran un sueldo para representar a sus votantes, ellos deben tener la libertad de trabajar por los derechos de todos los docentes, agremiados y no agremiados a FENAPES, sin ver resentidos sus ingresos”, agrega.
Además, Muñoz expresa en la nota consideraciones acerca de la relación que mantuvo con el gremio docente durante su gestión. Allí reconoce que cometió “errores en la gestión del ministerio”, de los cuales el “principal fue la decisión de decretar la esencialidad de los servicios docentes”. Según la ex ministra, esto ocurrió “por impericia o apuro para cumplir con el programa que nos habíamos trazado para la educación pública”.
Finalmente, la ex jerarca señala a los legisladores de la comisión que, “hecho el público reconocimiento de esos errores”, mantuvo durante su período “una relación respetuosa, con acuerdos y desacuerdos” con el gremio docente, y que “siempre” valoró “mucho los aportes del sindicato, de los profesores”.
“Estoy profundamente convencida de que cualquier cambio real que se pretenda introducir en la enseñanza no puede realizarse sin la activa participación de los docentes”, concluye.