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Marzo negro para un presidente blanco

Por Enrique Ortega Salinas.

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Caras y Caretas Diario

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Marzo ha sido tétrico para Luis Lacalle Pou y es posible que empeore en el lapso entre que escribo esta nota hasta que se publique. Sin embargo, es admirable cómo su marketing personal le mantiene con un alto índice de popularidad pese a todas las promesas electorales incumplidas, mentiras y hechos de corrupción que han caracterizado a este primer año de gobierno multiderechista. Su excelente equipo de marketing lo muestra recogiendo papas con reclusas y santo remedio, los escándalos quedan minimizados en la mente de quienes todavía están en luna de miel con el número 1.

De todas maneras, y pese a que aún son altos los índices de aprobación (debido a su carisma y no a su gestión), estos vienen descendiendo. Cuando la gente despierte del encantamiento y analice cómo vive ahora, cuánto ha perdido y cuánto le han quitado, cuánto le han mentido y cuánto hemos retrocedido, será muy difícil mantener la eficacia de la manipulación barata con que nos tienen sometidos.

En este mes, no terminaba de pasar un escándalo cuando había otro en puerta.

 

Cabido Abierto no para de dar dolores de cabeza al presidente

El apoyo electoral de Manini Ríos a Lacalle II le está costando demasiado caro al presidente. El general le llenó de compañeros de armas la administración pública y los resultados son calamitosos.

“Mañana comienza investigadora de ASSE. Intentaremos terminar con amiguismo, profundizar en presuntos hechos de corrupción y corregir gestión”. Esto es lo que prometía por Twitter Martín Lema (diputado de la lista 404) el 10 de setiembre de 2017. No se le ve hoy con el mismo ímpetu tras quedar al descubierto el clientelismo político que practica en ASSE la coalición que integra.

Todo saltó cuando el representante de Cabildo Abierto, el coronel (r) Enrique Montagno, se desbocó mientras alguien grababa la charla, manifestando cosas como:

– “Estos locos (los blancos) son muy astutos, porque lo jodieron al Partido Colorado y nos jodieron a nosotros”. “¡Son unos reverendos hijos de puta! Nos cagaron en los cargos… ¡Nos recagaron en los cargos! Y hoy se cagan de risa”.

– Si mañana fuera yo a negociar, también te hago lo mismo, te absorbo el 60% de los cargos medios”. Tengo “montada una estructura gigantesca” en ASSE. “¡Yo acá tengo 135 cargos! Esos 135 cargos los conseguí yo.” “Si el año que viene se fuera el Partido Nacional y le dejan ASSE a Cabildo, yo en 48 horas le monto toda una estructura con gente de Cabildo acá adentro”. “La coalición se va a romper y se va a romper feo”. Al gobierno de Lacalle “lo salvó la covid”. “Si no hubiera estado la covid, hoy esto estaba prendido fuego… Y la situación económica hubiera sido un culo, y yo dudo que Lacalle tuviera el 33% de aprobación”.

Al justificar una purga, manifestó: “Si yo te tengo que arrancar la cabeza porque eras frenteamplista, te la tengo que arrancar”. Si yo te quiero cagar, yo te recontra cago”, contó que le habría dicho a Cipriani.

La charla (revelada por Búsqueda) se dio el 23 de febrero entre Montagno, vocal del directorio de ASSE en representación de Cabildo Abierto, con el exmilitante del partido militar Adrián Puppo.

Tal como indica el semanario, ASSE tiene 1.400.000 usuarios (40% de la población uruguaya), 33.000 funcionarios y un presupuesto que ronda los 1.000 millones de dólares. ¿Imaginan el grado de poder que se tiene en estos cargos? Pues bien, Montagno tiró todo ese poder por la borda, por bocón y engreído, ya que tras difundirse la grabación el presidente llamó al general, el general llamó al coronel y este tuvo que renunciar.

Con semejantes confesiones, dio vergüenza ajena oír decir a Manini Ríos que ¨Montagno ha sido de los mejores directores de ASSE en los últimos tiempos¨. Manini habla mucho de ética, pero defiende a quien planifica purgas contra quienes pertenecen a otro partido y usa los dineros públicos para colocar gente del suyo en cargos públicos.

Lacalle consideró vergonzoso que se difundieran grabaciones privadas; para mí lo vergonzoso es esta costumbre de usar los cargos públicos para comprar voluntades, por lo que aplaudo tanto a quien grabó la charla como a Búsqueda por difundir el contenido.

Este acto de imbecilidad extrema protagonizado por Montagno nos hace recordar a Pablo García Pintos, cuando declaró que durante la administración de Lacalle I, siendo director del BROU, se le exigía sacar dinero para el Partido Nacional con la tarjeta corporativa.

 

Los gorilas del Guapo , descontrolados

Prácticamente todos los meses nos enteramos de abusos policiales. Con Larrañaga como ministro del Interior, Luis Lacalle Pou no pasará jamás a la historia como un presidente respetuoso de los derechos humanos.

Tras la defensa pasiva que el ministro hizo de los policías que detuvieron a una chica por filmar a dos policías mientras pateaban en el piso a un indigente, los uniformados continúan obligando a borrar filmaciones. El viernes 12, los uniformados detuvieron a unos jóvenes y obligaron a uno a borrar lo que había filmado con su celular, sin saber que otra persona les grababa. Mientras le decían “Borre, borre”, uno de ellos le pegaba cobarde y alevosamente por la espalda.

¿Qué había filmado? ¿Qué querían ocultar? Ante la indignación en las redes sociales, Larrañaga aseguró que se investigaría el hecho; pero él es el instigador, él es el primer responsable, y si este fuera un país serio, renunciaría de inmediato.

Para colmo, un padre presentó una denuncia en la Seccional 5ª de Montevideo contando que su hijo de 16 años, Santiago, se encontraba en el Parque Rodó cuando llegó la Guardia Republicana para disolver una aglomeración y uno de los policías le golpeó dejándole un ojo literalmente cerrado. La foto, publicada por Montevideo Portal, no deja lugar a dudas. De haber cometido un delito, lo habrían detenido.

El 21 del mes anterior, policías que perseguían a un delincuente por Malvín Norte, realizaron varios disparos al azar sobre algunas viviendas del asentamiento Aquiles Lanza, lo que alarmó e indignó a los vecinos, terminando todo en una trifulca. Uno de los policías abrió fuego y tres mujeres, de 56, 28 y 20 años, resultaron heridas con perdigones y derivadas al Hospital Pasteur. La más joven recibió impactos a corta distancia en abdomen, tórax y cara.

 

Alfie

Cuando el contador Isaac Alfie se enteró en 2019 de que sería nombrado director de la OPP, presentó un proyecto de inversión en equipamiento de su empresa. Más de un año después de ocupar tal cargo, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, estampó su firma para que la empresa Isaac Alfie Stochek, de su compañero de coalición, fuera exonerada del pago de tasas y tributos a la importación, entre otros beneficios.

Aquí hay dos instancias a analizar: la de la solicitud y la de la aprobación. Si la primera se hubiera presentado antes de que el presidente le dijera que sería director de la OPP, nada tendría de censurable; pero tras asumir, dejó pasar todo un año sin retirarla, por aquello de que “si pasa, pasa”, sabiendo que obtener tal beneficio no era compatible con su cargo. Tampoco renunció al mismo tras saber que la ministra aprobó la solicitud. Solo cuando el escándalo estalló en las redes y el presidente lo llamó, renunció a ello en un “común acuerdo” que nadie cree.

Arbeleche no debería haber firmado lo resuelto por la comisión correspondiente. Ambos son economistas y saben bien lo que corresponde o no, tanto en lo legal como en lo ético. ¿Por qué la ministra arriesga su carrera política desafiando al artículo 161 del Código Penal uruguayo (Conjunción del interés público y personal)? Porque es obvio que Alfie tiene más poder que ella.

Del economista y contador no nos asombra nada. No es la primera vez que incurre en dicha conjunción. No olvidaremos nunca que traicionó a su propio pueblo al viajar a Estados Unidos para declarar en un juicio de la empresa Aratirí contra el Estado uruguayo por 3.536 millones de dólares.

Isaac Alfie tiene una idea obsesiva con el dinero, y la ética (tal cual lo demuestra con hechos) es solo un estorbo en su camino para acumular todo lo que pueda. ¿De dónde proviene su poder en la coalición? ¿Por qué Lacalle se quema defendiéndolo en lugar de correrlo como hizo con tantos otros?

Como ministro de Economía de Jorge Batlle, cabalgando sobre su soberbia, nos llevó a un desastre; aun así, siempre logra acomodarse. La Intendencia de Maldonado le contrató por 2.800.000 pesos (entre 2015 y 2018) para ordenar el supuesto caos financiero que dejó la administración anterior; sin embargo, y tal como bien narra la periodista Mónica Robaina, “el período cerró con un endeudamiento histórico y duplicó el déficit acumulado recibido del Frente Amplio”.

 

El país más caro del mundo

En marzo, también fue noticia el canciller Francisco Bustillo. Diplomático de carrera, ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1986 por concurso de méritos y es uno de los pocos ministros realmente preparado para ejercer la función. Sin embargo, el fácil acceso de los uruguayos a la información lo puso en aprietos. Por un lado, el gasto de 38.000 pesos por un almuerzo con la ministra de Economía y su equipo resultó chocante en el marco del discurso de austeridad del gobierno y puso de nuevo en el tapete la discusión sobre la diplomacia de cóctel. Bustillo lo pagó de su bolsillo; pero luego de que las milanesas con puré se convirtieran en un misil en las redes sociales.

A eso le siguió el tema de la  compra de 10 engrampadoras por 4.000 dólares. También aquí Bustillo hizo lo correcto: ordenar una investigación administrativa para detectar si hubo irregularidades o culpables. El problema fue que también en ese caso, la medida vino después de que se hiciera público el gasto.

Sin embargo, debo señalar que sigo creyendo que Bustillo es una persona de bien y no me alegra incluirlo en una misma lista con Alfie y Montagno.

Hablando de gastos menores pero llamativos a la vez, nuestro colega Ricardo Pose dio a conocer el pago de 10.599 pesos por una pinchadura de un vehículo de la Jefatura de Lavalleja.

 

Un camión de aspirinas para el presidente

Y marzo continuó mortificando a Lacalle. En Dolores, la Fiscalía ordenó el allanamiento de la casa del arquitecto y alcalde Juan Andrés Oronoz, incautándosele dispositivos informáticos. Oronoz, del Partido Nacional, fue denunciado por un padre y su hijo de 16 años por un presunto delito sexual.

Por esos días, el tribunal de apelaciones falló a favor del ex secretario de presidencia Miguel Ángel Toma. En diciembre, el Poder Ejecutivo le inició un sumario y este presentó un recurso acusando al presidente Lacalle de prejuzgamiento, solicitando que fuera apartado del trámite de la investigación. El prejuzgamiento quedó claro durante una conferencia de prensa de Lacalle. El recurso había sido rechazado; pero el Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º Turno revocó el fallo de primera instancia y ahora el Poder Ejecutivo deberá explicar por qué no instruyó el recurso presentado por Toma.

Mientras tanto, las licitaciones adjudicadas por las intendencias blancas de Maldonado, Paysandú, Rocha y Durazno a la fundación blanca A Ganar están en el ojo de la tormenta.

En AFE, el vicepresidente colorado Gustavo Osta, declaró a El País que el relacionamiento con el presidente blanco Miguel Baczyi es “complejo y malo” y lo acusa de abuso de funciones.

En marzo, Lacalle no dejó dudas de que no le importa colocar en cargos estatales a los adversarios del Estado. Al caso Isaac Alfie le sigue el del contador y empresario Pablo Sitjar, a quien el presidente mantiene como director del BROU mientras este demanda al Estado por 50 millones de dólares, ha sido multado dos veces por el Banco Central, embargado por la DGI y acusado de “justicia por mano propia” por la Dirección Nacional de Casinos.

¿No era que no se podía estar a ambos lados del mostrador?

En Paysandú, el intendente blanco Nicolás Olivera le adjudicó “la casa del intendente” al director de Tránsito Luca Faccello para su uso personal. Mientras gobernaba el frenteamplista Guillermo Caraballo, esta vivienda estaba destinada a albergar a las víctimas de violencia doméstica; pero para los blancos, primero están los privilegios de los políticos y luego, si sobra, se da algo a la gente.

Lacalle estará pensando que lo peor de marzo es que aún no termina.

 

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