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Sociedad

REFLEXIONES DE AEBU

Mercado laboral en crisis por pandemia

La crisis generada por la pandemia dificulta el trabajo remunerado de las mujeres, sostienen la economista, docente e investigadora feminista Alma Espino y Milagro Pau, titular de la Secretaría de Género, Equidad y Diversidad del Pit-Cnt.

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En el mercado laboral la pandemia ha agudizado las desigualdades preexistentes y una de las principales razones de esta realidad fue el aumento de la carga en el trabajo no remunerado, en especial por una mayor demanda de cuidados. Para analizar el impacto de la pandemia en la participación de las mujeres en el mercado laboral radio Camacuá entrevistó a la economista, docente e investigadora feminista Alma Espino y a Milagro Pau, titular de la Secretaría de Género, Equidad y Diversidad del Pit-Cnt.

Espino explicó que, si bien toda la sociedad ha sido “impactada” por los efectos de la pandemia, las mujeres lo han sido en “una doble condición”. Por un lado, afectaron lo habitual: «El trabajo no remunerado, todo aquello vinculado a los cuidados y el trabajo doméstico en sus hogares”. Ahora este “ha sido amplificado debido a las medidas de confinamiento”.

La economista señaló que una encuesta indica que en la pandemia aumentaron de 3 a 3,5 las horas diarias que las mujeres dedican al cuidado de sus hijos. Y por otro lado, si bien la “tasa de actividad subió” un poco, lo que más creció fue “la tasa de desocupación entre las mujeres», quienes tuvieron «enormes dificultades» para conseguir empleo.

En este sentido, Milagro Pau señaló la ausencia de políticas públicas para hacer frente a la demanda de cuidados, situación que aleja a las mujeres del mercado laboral. Espino por su parte explicó que “todos los estudios y los análisis que se realizan en base a las estadísticas oficiales de Uruguay dan cuenta de que, por ejemplo, las mujeres con niños pequeños son las que tienen menor tasa de actividad y tendrían mayores dificultades para ingresar al mercado laboral». Estas dificultades se explican por una cuestión de horarios y distancias, pero en especial pesa la maternidad: «Cuanta más cantidad de niños tenga el hogar a cargo de esa mujer, más dificultades tienen para participar”.

Frente a esta situación la economista entiende que para que “el rol de las políticas públicas” sea “realmente eficaz y cumpla con crear mejores condiciones de equidad para la sociedad en su conjunto, debe considerar la transversalización de la perspectiva de género”. Espino afirma que esto “no es tan difícil” y “quiere decir ponerse unos lentes apropiados para poder mirar la realidad de una forma más desagregada, viendo quién sufre mayores impactos o presenta mayores vulnerabilidades en términos de desarrollo humano, social y económico”.

Esto es importante, estimó, porque se “saldrá de esta crisis muy golpeados”, debido al “aumento de la pobreza, y cuando crece la pobreza, crece la pobreza entre las mujeres” en mayor medida. Desde este punto de vista, entiende “necesario dar apoyo fiscal” a las industrias “con mayor prevalencia de mujeres, como las de la salud, la alimentación o el turismo, entre otras, que pueden tener dificultades para recuperarse debido a la demanda deprimida”.

Otro de los aspectos señalados por Espino es la necesidad de «fortalecer la inversión en infraestructura de atención social”, además de una articulación entre el sector público y privado.

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